sábado, 24 de mayo de 2014

Hacia el triunfo popular: Cámpora al gobierno-Perón al poder Por Aritz e Iciar Recalde

[De: Universidad y Liberación Nacional. Un estudio de la Universidad de Buenos Aires durante las tres gestiones peronistas: 1946-1952, 1952-1955 y 1973-1975. Puede descargar el libro completo desde el enlace de eSnips, pdf 3,70 MB]

Dada la necesidad de enfrentar las elecciones, se abriría dentro del peronismo un complejo debate en torno a qué sectores del Movimiento serían los abanderados en la conducción del nuevo armado electoral para 1973. La disputa se daría principalmente entre los siguientes actores: -entre el sindicalismo tradicional, a veces "demasiado autonomista" según Perón, pero pilar de la organización obrera y de la masividad del peronismo; -entre los políticos del partido, que desde 1955, estaría conformado por los actores menos devotos de la lucha dentro del frente nacional por el regreso del líder; -entre la juventud de la Tendencia, el sector más dinámico en términos de movilizaciones callejeras de la sociedad argentina entrada la década de 1970.

Hacia 1973 y bajo la mirada absorta de Lanusse, a la hora de elegir entre los tres actores mencionados, el armado político de Perón dispararía por izquierda: marcando un enfrentamiento con Lanusse y a diferencia de las propuestas del sindicalismo de la CGT que tenía a Cafiero como candidato, Perón nombraría a Cámpora en lugar de Paladino, como conductor del partido y responsable de estimular el proceso que se abría en la Argentina. La designación de Cámpora, tal como quedaría expresado en la nómina de los ministros y funcionarios de gobierno, no sería y pese a las relaciones del Tío con la izquierda, un gobierno de la Tendencia. Por el contrario, Cámpora nunca desconocería las órdenes de Perón, como si lo intentaría más tarde Montoneros. Pese al perfil de Cámpora, caracterizado por ser el dirigente más cercano a la Tendencia entre el abanico político antes mencionado, el armado de candidaturas contaría con funcionarios de las distintas expresiones del frente nacional, incluidos los personajes confesos de la derecha, tales como Osinde, consejero militar de Perón y responsable en parte de la organización de la masacre de Ezeiza. El "Tío", sería el delegado de Perón y a su vez, un referente fundamental de la Tendencia, moviendo el péndulo dentro de la conducción del movimiento nacional hacia la juventud y la izquierda peronista, pero no sólo eso. La señal sería clara por parte de Perón respecto del gobierno militar: intransigencia ante las propuestas de los promotores del GAN. La posibilidad de Lanusse de interferir en los debates del perfil del nuevo proceso, contenidas sus intenciones de ser candidato de gobierno, se reducirían ante el correr del tiempo y el crecimiento de la violencia callejera y militar de las Formaciones Especiales. En este marco, Cámpora ocuparía el sillón presidencial y desplazaría el lugar del candidato de los sindicatos y futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires después de la dictadura de 1976, Antonio Cafiero. Asimismo, en el Comando Superior del Peronismo, Perón nombraría al hermano de Fernando Abal Medina, líder Montonero asesinado por la dictadura en William Morris: Juan Manuel Abal Medina sería el nuevo representante del Consejo, acentuando la disputa del General respecto de las intenciones del gobierno militar. El fantasma de la guerrilla de las FAR, FAP, Montoneros, ERP y Descamisados recorrería las calles, las comisarías, las fábricas y los gabinetes militares y Perón, lejos de desautorizarla, sonreiría y esperaría mientras se agitaban las banderas de la juventud combatiente. Con este dejar hacer a las Formaciones Especiales, Perón mostraría que no estaba dispuesto a ceder fácilmente a Lanusse las reglas y los términos de su regreso al poder. Abal Medina sería el responsable de garantizar el armado político que llevaría a Oscar Bidegain a la candidatura en la provincia de Buenos Aires, en lugar de la ambición de Manuel Anchorena y del sindicalista de la UOM, Luis Guerrero, víctima de un intento de asesinato por parte de Montoneros y personaje ligado a la derecha del Movimiento. El representante del Consejo promovería además, las aspiraciones de Cepernic en Santa Cruz, de Ragone en Salta, de Martínez Baca en Mendoza y de Atilio López en Córdoba, todos con buenas relaciones con la Tendencia
 El tercer peronismo ensillaba a la historia y la subía por izquierda y más tarde, trágicamente, la bajaría por derecha entrado el año 1975. Perón, además de auspiciar la acción de las Formaciones Especiales, ampliaría el frente político más allá del peronismo y con eso, pondría definitivamente en jaque al lanussismo. Inicialmente, llegaría a un acuerdo con sectores de la burguesía industrial: en abril de 1971, José Bel Gelbard y José Rucci establecerían un acuerdo entre la CGT y la CGE, anticipándose al futuro Pacto Social.

Luego, le llegaría el turno a los partidos políticos de la oposición: con posterioridad a la llegada de Perón al país en 1972, el General convocaría al sindicalismo nacional y a los partidos políticos al restaurante Nino, donde concurrirían políticos de la talla de Balbín. A esta invitación no concurrirían el Partido Comunista, el Partido Socialista, ni Manrique, pero si los representantes del resto del espectro político nacional. Anteriormente, Perón se reuniría con Frondizi en Puerta de Hierro.

El gobierno militar encontraría cada vez más adversarios dentro de la política nacional y sus posibilidades de negociación con Perón, se desvanecerían. El 17 de octubre de 1972, la Junta de Comandantes en Jefe en ejercicio del poder político presidida por el teniente general Lanusse, promulgaría la Ley Nº 19.805, por la cual se convocaba a elecciones nacionales con el objeto de integrar el próximo gobierno constitucional de la Argentina, para el día 23 de marzo de 1973. Tras el exilio de 17 años y dos días, Perón lograría retornar al país el día 16 de noviembre de 1972 para desarrollar el armado electoral y dar la organización y el respaldo a los candidatos para las elecciones venideras. El 5 de diciembre Perón convocaría a la mayoría de los partidos y agrupaciones políticas -CGT, CGE, las 62 Organizaciones y algunas agrupaciones del interior-para conformar el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación Nacional). Pocos días después renunciaría a su candidatura presidencial y sería proclamada por el Congreso Nacional del Justicialismo, la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima. El FREJULI estaría compuesto, a diferencia de la estructura del Movimiento Justicialista histórico, por la representación oficial del 25 % de la Rama Juvenil, que completaría el armado junto a las Ramas Femenina, Política y Sindical. El panorama eleccionario para enero de 1973, vencido el plazo legal para la presentación de listas de candidatos a los cargos electivos de presidente y vicepresidente de la nación, quedaría oficializado y junto a él el regreso de las masas a la política de gobierno.

Tras las multitudinarias elecciones del 11 de Marzo de 1973, en las que participan 14.065.472 electores, la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima obtiene casi el 50 por ciento de los votos contra el 21 por ciento de Balbín (UCR) y el 15 por ciento de Manrique (APF). La UCR declarará que, dadas las cifras, no tiene sentido hacer un ballotage a nivel nacional(251). Éste se realizará, en cambio, en la Capital Federal y en catorce distritos del interior del país donde ningún candidato obtendría el porcentaje indicado por la ley. De esta manera, el radicalismo se impondrá únicamente en la Capital, donde su candidato a senador será el futuro presidente argentino de la tercera década infame en Argentina , Fernando de la Rúa, que derrotará a Marcelo Sánchez Sorondo del FREJULI. En un acto que contaría con la presencia de los presidentes de Chile, Salvador Allende, y de Cuba, Osvaldo Dorticós, junto a más de un millón de peronistas en Plaza de Mayo, Plaza Congreso y en los alrededores de la casa de gobierno, asumiría el presidente Cámpora luego de años de lucha y resistencia del pueblo argentino. El reloj de la historia no podría ser atrasado y la nación inaugurada en el año 1945 ingresaba nuevamente bajo el ocaso cultural del coloniaje de un régimen que crujía tras años de batallas, trincheras, humo, muertos y perseguidos y que parecía, caería definitivamente en desgracia. Las masas tendrían su nuevo 17 de octubre, pero como veremos, la posibilidad de garantizar el programa popular sería más compleja que antes y en poco tiempo, los sueños de los argentinos despertarían con una dictadura sangrienta. De los catorce distritos del interior donde debió recurrirse al ballotage, el FREJULI triunfó en doce; en Neuquén y en Santiago del Estero, la victoria correspondió a Sapag y al peronismo disidente de Carlos Juárez, respectivamente. La APR (Alianza Popular Revolucionaria), cuarto partido en importancia en las elecciones, apoyó públicamente al FREJULI.
Retomando la argumentación en torno a las elecciones, el 22 de mayo de 1973 la Junta de Comandantes en Jefe y el Ministro del Interior, firmarían la ley por la cual se derogaría el estado de sitio en nuestro país y el 25 de mayo, el Presidente Lanusse entregaría las insignias del poder a Cámpora en medio de una enorme movilización popular que abucheaba a los gobernantes salientes y, luego, por la noche, rodearía la cárcel de Villa Devoto, logrando la salida de numerosos detenidos políticos que en los años de proscripción del peronismo se habían multiplicado enormemente. Los nuevos ministros de la naciente gestión camporista, conformarían un gabinete más bien heterogéneo que trataría de mantener algún tipo de equilibrio entre los distintos sectores peronistas en pugna: como Ministro de trabajo fue designado Ricardo Otero, secretario de la UOM Capital y vandorista histórico; en Defensa y Justicia serían electos dos peronistas tradicionales, Ángel Robledo y Antonio Benítez; en Educación, Jorge Taiana, que venía del tronco del peronismo tradicional pero que mantenía buena relación con los sectores combativos de la Juventud Peronista (Puiggrós, un dirigente ligado a Montoneros, sería el rector interventor en la UBA).

Por su parte, como Ministro del Interior se designaría a Esteban Righi y como Ministro de Relaciones Exteriores y Culto a Juan Carlos Puig, ambos camporistas y posibles aliados de la izquierda peronista. En Economía, sería designado José Ber Gelbard, antiguo delegado de la CGE, representante del empresariado nacional y hombre cercano al Partido Comunista y al bloque soviético mundial. Por su parte, el Ministerio de Bienestar Social sería ocupado por López Rega, encarnación de la fracción más reaccionaria del movimiento peronista, que sería nombrado directamente por Perón.

En el terreno legislativo, la Tendencia contaría con ocho legisladores sobre una cámara de Diputados compuestas por 145 representantes del FREJULI: Armando Croatto, Santiago Díaz Ortiz, Jorge Glellel, Aníbal Iturrieta, Carlos Kunkel, Diego Muñiz Barreto, Roberto Vidaña y Rodolfo Vittar. Se calculaba que los funcionarios de la Tendencia en los gobiernos provinciales y las legislaturas locales llegarían a cincuenta; además, estaban ligados a las gobernaciones de Oscar Bidegain en Buenos Aires, a Alberto Martínez Baca en Mendoza, a Jorge Cepernic en Santa Cruz, a Miguel Ragone en Salta y a Ricardo Obregón Cano en Córdoba(252).

La breve gestión camporista -comprendida entre el 25 de mayo y el 13 de julio de 1973, fecha en que Cámpora y Vicente Solano Lima presentan sus renuncias para facilitar el acceso al gobierno a Perón como candidato del Movimiento Nacional Justicialista-, llevó adelante una serie de medidas que fueron radicalmente importantes en términos políticos y sociales, en el marco de un proyecto de reconstrucción nacional que tendrán cierta continuidad durante la breve gestión de Perón. En materia de legislación, por ejemplo, Esteban Righi desde el Ministerio del Interior promovería la promulgación de las leyes Nº 20.508, 20.509 y 20.510 que establecían la amnistía, derogaban las leyes represivas y suprimían el denominado fuero antisubversivo. Se firmaría el Decreto Nº 11 de indulto, por expresa disposición de Cámpora, que alcanzaría a 371 presos políticos. También, por intermedio del Ministro del Interior, se suprimía el funcionamiento del Departamento de Informaciones Antidemocráticas (DIPA), destruyendo todo el material allí archivado. Se firmarían los Decretos Nº 503 y 504, que anulaban las disposiciones dictadas en 1955 que privaban a Perón del uso de uniforme militar, del grado correspondiente y de la baja en el Ejército. Con respecto a la política internacional, en este período y por intermedio del Ministro Juan Carlos Puig y su secretario, Jorge Alberto Vázquez, se reanudarían las relaciones diplomáticas entre Argentina y Cuba, que se hallaban suspendidas desde febrero de 1962 cuando Cuba fue separada de la OEA.
Además, se establecerían relaciones diplomáticas con la República Democrática Alemana, Vietnam y Corea del Norte, continuando la política exterior del segundo gobierno peronista interrumpida en 1955 y base para la consolidación de la tercera posición. En materia económica, se intentaría saldar la interna entre las distintas vertientes del Movimiento y el 6 de junio se firmaría el Pacto Social, que fijaría un aumento masivo de salarios de un 15 % y se congelarían los precios en el marco de la suspensión de las paritarias por dos años, dejando como saldo que los trabajadores pasaran a apropiarse del 35% de la renta nacional en mayo de 1973, al 48% con posterioridad al acuerdo. En este marco, se anunciaría además un plan de viviendas. Se congelaban los precios de los artículos esenciales y se intervenían mercados públicos y privados a la vez que se dictaban normas para industriales y fraccionadores. Una de las primeras medidas a tomar, sería la regulación del mercado de carnes para asegurar el abastecimiento interno. A su vez, se anularían algunos beneficios de promoción industrial a empresas extranjeras y se negarían los permisos de importación solicitados para la construcción del Hotel Sheraton. Se intervendrían las empresas del Estado, YCF, YPF, OSN, Gas, Correos y Teléfonos, Ferrocarriles y Subterráneos, Elma y Administración General de Puertos; se dictaminaría que no se computaran las inasistencias de los maestros, se aumentarían los impuestos al patrimonio neto, se concederían exenciones de impuestos para la fabricación de calzado y textiles, se suspenderían los juicios de desalojo en los arrendamientos rurales, etc.
Las entidades empresarias, mediante declaración pública y por lo menos por un tiempo, darían su respaldo al Pacto Social. Además, se comenzaba a gestionar el proyecto de los planes trienales. Esta tregua entre los empresarios, los sindicalistas y la juventud alineada en la Tendencia, duraría poco y tras la muerte de Perón, se fragmentaría e iniciaría una violenta lucha por el poder y la conducción del frente popular. Siguiendo en el plano económico y tras la renuncia de Cámpora, el breve intervalo de Lastiri en el poder y durante la gestión de Perón, el '73 continúo siendo un año de reformas fundamentales para la soberanía de la Argentina. Se sancionó la ley de renacionalización de los depósitos bancarios y otra de regionalización de los bancos de la nación. Se renacionalizaron el Banco Argentino de Comercio (Chase Maniatan, NY), el Banco Argentino del Atlántico S.A., el Banco Francés del Río de La Plata (Morgan, NY), Mar del Plata (City, NY) y las sucursales de Córdoba y de Rosario del Banco Santander S.A.(254). Se resolvió prohibir los embarques de trigo, harina y trigo para semilla, correspondientes a operaciones concertadas en las gestiones militares con países extranjeros frente al desabastecimiento para el consumo interno. El 6 de agosto se otorgaría a Cuba un crédito por 200 millones de dólares -gran parte de ellos gestionados por intermedio del Banco Comercial de La Plata liderado por David Graiver-y se autorizaría a empresas argentinas a exportar autos a ese país, lo cual le permitiría a la isla romper el bloqueo norteamericano y adquirir maquinaria liviana y automotores fabricados en nuestro territorio. En un intento del Justicialismo por reforzar el frente externo en el marco de una clara avanzada del imperialismo a nivel latinoamericano, a partir de lo que serían las dictaduras en Chile, Uruguay y Brasil, Argentina se presentaría como candidata al Movimiento de Países No Alineados con sede en Argel.

Las primeras dificultades del frente nacional durante el tercer gobierno peronista

Revista El Descamisado Nº 2, 29 de mayo 1973. Clic para descargar.
Luego de 17 años, un candidato peronista sería el responsable de llevar las riendas de la política nacional. Ahora bien, el peronismo de 1970 ya no era el mismo del 1945, tal como lo había pronosticado Cooke en la década anterior. Este esquema de frente nacional tendría entre sus actores a los obreros, a la CGE y a la juventud del "Luche y vuelve" que llegado el año 1973, tendería a centralizarse en Montoneros. Ni las FFAA, ni la Iglesia serían parte del nuevo diseño de gobierno. Dentro de la CGE, factor que a la larga sería contraproducente, ingresaría además el capital transnacional con la UIA. Participarían en el acuerdo también, sectores anteriormente comprometidos con la Libertadora: fracciones de la UCR que hacia 1973 y tras los acuerdos con Perón, abandonarían por lo menos por un tiempo, su posición antipopular y apoyarían la presentación a elecciones del FREJULI, convirtiéndose en fiscalizadores de la posibilidad del acto y del triunfo peronista. No sólo los actores políticos del frente nacional habían cambiado, sino que además, las condiciones materiales del tercer peronismo eran otras: las divisas de posguerra eran cosa del pasado y toda posibilidad de implementar una política industrial, nacionalista y popular dependería ahora, de un acuerdo político entre la CGT y la CGE. El Pacto Social sería el tratado a través del cual, el movimiento nacional debería enfrentar el programa del capital trasnacional, financiero y terrateniente. Las divisas del primer peronismo serían sinónimo de la negociación entre la CGT y CGE del Pacto Social del tercer gobierno. La CGT, en el marco del Pacto tendría en el país a su dirigente y junto a él, el recuerdo de los días de bonanza del primer peronismo; la CGE, en muchos casos a regañadientes, debería pactar con la CGT tras una década de fallidos intentos de disciplinar a la clase obrera. Los terratenientes y el capital industrial y financiero trasnacional, serían los perjudicados del nuevo esquema político del peronismo y con este propósito, por ejemplo, el gobierno redactará la nueva Ley Agraria y se nacionalizarán los depósitos bancarios. En este juego político del GAN, otro de los actores que quedaría en falsa escuadra dentro del frente nacional, sería la juventud y las Formaciones Especiales. El Socialismo Nacional acaudillado por la Tendencia no encontraría lugar en el GAN y por eso, el pacto sería apoyado descontentamente por la juventud, que por un tiempo, estaría a la espera de las señales de Perón para marchar hacia la radicalización de la revolución justicialista.

Las tensiones políticas del movimiento nacional en 1973 se agudizarían, ya que entre otras cuestiones, habían cambiado los actores y el contexto respecto del primer peronismo y tal como lo había expresado Cooke, las alternativas para resolver el conflicto social en Argentina deberían ser otras: la posibilidad de pactar sobre principios similares a los de 1945 que intentó Perón en 1973, duraría el período en que se mantuvo con vida el General, único dirigente capaz de mantener unido el frente nacional. Tras décadas de proscripción, represión e intensa resistencia del Movimiento Nacional Justicialista, éste llegaba nuevamente al poder y junto a él, las banderas de los protagonistas de la lucha popular: la juventud argentina, activistas de los frentes de masas y militantes de las Formaciones Especiales y del Luche y vuelve, que flameaban la consigna del Socialismo Nacional fogueado por Perón desde el exilio; en el mismo cuadro, gran parte de los obreros y de las conducciones de varios sindicatos, elevaban los principios de la justicia social y del peronismo histórico, cercano a la Tercera Posición de la década de 1940. Esta interna del movimiento nacional durante la gestión de Cámpora tendría a los primeros, a la "gloriosa Juventud Peronista", como actor central para el desembarco y el armado político del "Tío" y adquiriría un rol protagónico en la universidad del período, como analizaremos en los capítulos siguientes. [NOTA: descargar el libro completo en pdf].
La correlación de fuerzas políticas dentro del Movimiento, se modificaría con la llegada de Perón al poder un par de meses después de la victoria de Cámpora. Ahora bien, el conflicto entre la Tendencia y Perón quedaría expresado antes de la llegada del General, en el marco de una reunión entre el líder en el exilio y cuadros de la juventud. Este encuentro estaría augurando lo que sería la ruptura con Montoneros del 1º de mayo de 1974. La famosa reunión se llevaría a cabo en Roma y estaría organizada por sectores de Montoneros y FAR por intermedio de Firmenich, Quieto y Perdía. La "juventud" demandaría al General 300 cargos de gobierno, solicitud que Perón esquivaría y respondería ofreciendo espacios en la administración, pero no en los lugares propuestos por la juventud.

Perón ofrecía a la juventud el manejo de la política social de la Fundación Eva Perón para ir consolidando el trasvasamiento generacional.255 El viejo General, a diferencia de lo que suponían algunos sectores de la juventud, no estaría dispuesto a compartir la conducción del Movimiento.
Asimismo, las Formaciones Especiales y algunos sectores de la Tendencia, no estarían tampoco dispuestos a abandonar fácilmente la lucha armada y a someterse a los tiempos políticos y a las propuestas programáticas de Perón. Este divorcio de intereses, la diferencia sobre los tiempos políticos y en muchos casos, las marcadas divergencias de puntos de vista entre la juventud y Perón, serían uno de los elementos que llevarían al fracaso del tercer gobierno peronista y a su caída estrepitosa con la muerte de Perón y la llegada de la dictadura de 1976.

El gabinete de Cámpora contenía en su interior la tensión explosiva del movimiento nacional, mantenida en suspenso por lo menos por un tiempo, bajo la firma del Pacto Social.
No habría transcurrido demasiado tiempo del Pacto, específicamente el 20 de junio en Ezeiza, para que estas contradicciones se expresaran fatalmente y evidenciaran la dificultad para sostener la tregua. En estas jornadas, los hombres de López Rega por intermedio de Osinde, ex Jefe de Seguridad del Servicio de Información del Ejército en el período anterior a 1955 y consejero militar de Perón, iniciaría lo que sería el primer gran suceso público de enfrentamiento y por qué no, el paso inicial para el posterior conflicto directo entre la derecha y la izquierda del peronismo. Los embriones de las AAA operarían en Ezeiza y posteriormente serían las fuerzas de choque del lopezreguismo, expresión de la derecha del Movimiento, ligadas según denuncias de Agustín Tosco, a la CIA y a EEUU. La acción de López Rega a lo largo de su gestión de gobierno sería la de desestabilizar toda posibilidad de unidad del frente nacional a través de acciones terroristas de secuestro y asesinato de dirigentes políticos de la Tendencia. La persecución a la Tendencia por parte de la AAA adquirirá supremacía tras la muerte de Perón bajo el gobierno de Isabel Martínez (256).
NOTAS
250 La listas participantes serían las siguientes: FREJULI (Frente Justicialista de Liberación): Héctor CámporaVicente Solano Lima; UCR (Unión Cívica Radical): Ricardo Balbín-Eduardo Gamond; APR (Alianza Popular Revolucionaria): Oscar Alende-Horacio Sueldo; APF (Alianza Popular Federalista): Francisco ManriqueRafael Martínez Raymonda; ARF (Alianza Republicana Federal): Ezequiel Martínez-Leopoldo Bravo; FRIP (Frente de Izquierda Popular): Jorge Abelardo Ramos-José Silvetti; Nueva Fuerza: Julio Chamizo-Raúl Ondarts; PSD (Partido Socialista Democrático): Américo Ghioldi-René Palestra; PST (Partido Socialista de los Trabajadores): Juan Carlos Coral-Nora Ciaponi 251 FREJULI: 5.908.414 (49,56 %); UCR: 2.537.605 (21, 29 %); APF: 1.775.867 (14, 90 %); APR: 885.201 (7, 43 %); ARF: 347.215 (2, 91 %); Nueva Fuerza: 235.188 (1, 97 %); PSD: 109.068 (0, 91 %); PST: 73.796 (0, 62 %); FRIP: 48.571 (0, 41 %).
251 17 252 Gillespie (1987), p. 167.
253 Seoane, María, El Burgués maldito, Planeta, Buenos Aires, 1998, p. 255.
254 Seoane (1998), p. 261.
255 Galasso, Norberto, La Dictadura Militar en Retirada, Cuadernos para otra historia, N° 27, Centro Cultural Enrique Santos Discépolo, Buenos Aires, 2000.
256 Flaskamp, Carlos, Perón y la Triple A, Desafíos, N 3°, Buenos Aires, diciembre de 2005.

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