viernes, 21 de junio de 2013
Chile para un 1% como modelo de la derecha criolla La piñerización del neoliberalismo argentino
El resurgir de los Chicago Boys en la Argentina explica en buena medida la luna de miel con el país trasandino.
Las elecciones se acercan y la oposición esquiva el bulto a la hora de explicar a la opinión pública su proyecto de país. ¿Por qué será? No obstante, algo de lo que pretenden se deduce de los países citados como referentes: Brasil y Chile. Esta definición política es, como sus críticas al gobierno nacional, un océano de incoherencias que, incluso, los perjudica más que otra cosa. Pero la contradicción les importa un bledo pues, salvando milagrosas excepciones, el periodismo que la entrevista no busca explorar ni debatir posibles objeciones. Todo es marketing político, provisto de supina ignorancia, sobre todo para el caso brasileño. En esta oportunidad, nos concentraremos en el "milagro chileno", al decir de Milton Friedman.
El Chile de Sebastián Piñera está siendo crecientemente tomado como ejemplo a seguir por el neoliberalismo planetario y, muy especialmente, por su versión criolla. El resurgir de los Chicago Boys en la Argentina (Chicago - Di Tella Boys) explica en buena medida la luna de miel con el país trasandino. Si bien los Chicago Boys tuvieron su bautismo de fuego primero con Pinochet y luego con Martínez de Hoz, su adoctrinamiento y accionar fueron idénticos. El debate político en la Argentina y América Latina se desarrolla a gran velocidad y trasciende las fronteras de la Patria Grande. La célebre publicación estadounidense en relaciones internacionales Foreign Affairs, acaba de publicar un interesantísimo artículo sobre la realidad chilena, el cual hemos cruzado con algunos de los últimos informes del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), una suerte de defensa del consumidor que pondría los pelos de punta a más de un liberal en la Argentina. A continuación, el modelo chileno que el neoliberalismo en nuestro país desea aplicar en caso de ser gobierno. En realidad, que ya aplica, para desgracia de los vecinos y vecinas de la ciudad capital de todos los argentinos.
"CHILE ESTÁ CRECIENDO PERO NO DESARROLLANDO." El Sernac, dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo registró en abril del corriente un alza sistemática de las quejas de la ciudadanía hacia el sector privado, con un salto del 57% (de casi 207 mil quejas en 2010 a casi 324 mil en 2012). El "descontento", informa la revista Foreign Affairs (FA) en su nota del 12 de junio, no ha disminuido sino que "por el contrario va en aumento. Su exteriorización simplemente se ha desplazado de las calles a las instituciones. En el sector financiero, por ejemplo, las quejas formales contra los bancos se incrementaron un 139% entre agosto de 2011 y agosto de 2012, con más de 27 mil apelaciones entre mayo y agosto de 2012. Los chilenos también están enojados como consecuencia del aumento en los precios de las mercancías más importantes (ocultos por una tasa de inflación estable). Los precios de los alimentos aumentaron un 3,1% entre marzo de 2012 y marzo de 2013, el alcohol y el tabaco un 7,6%, la salud el 4,1% y la educación un 5,4 por ciento. Si bien estas cifras no parecen excesivas en comparación con los promedios internacionales, el incremento es desproporcionado en relación al aumento de los salarios medios chilenos. Como resultado, el endeudamiento social se está acrecentando en todo el país.
En 2012, un 59% del ingreso anual de los hogares chilenos era deuda. Tal porcentaje puede parecer tolerable en comparación con las cifras en EE UU del 112%, pero sucede que los créditos en Chile son mucho más costosos." Al respecto, un informe del Sernac de diciembre de 2012 denunciaba que los cargos al crédito pueden ascender al 96% para un préstamo de 36 meses. La FA remata con un dato espeluznante sobre la creciente desigualdad en el país vecino: "Alrededor de algunas de las familias más ricas del mundo vive el 60% de los chilenos que, según estudios comparativos, sobreviven con ingresos promedio comparables a los de Angola. Esto explica la aparición de una frase popular durante las protestas de 2011: 'Chile está creciendo pero no desarrollando'."
EDUCACIÓN Y SALUD PARA MUY POCOS. Continúa la FA con su descargo: "En el metro de Santiago, dominan los anuncios sobre educación superior y salud, otrora servicios públicos. Si bien la ley chilena prohíbe el lucro en educación, esta se ha convertido en una de las principales gallinas de los huevos de oro (en efectivo) más grandes del país. Además se trata del sector más fuertemente entrelazado con la industria financiera, desde que la mayoría de los estudiantes necesita de préstamos para pagar su matrícula. En consecuencia, Chile tiene la mayor brecha de los países de la OCDE entre la enseñanza media y el ingreso promedio por persona. Muchos estudiantes terminan pagando dos o tres veces el costo de sus estudios, demorando décadas en cancelar los préstamos." ¿Será acaso que una educación más cara y excluyente elevó el nivel de la enseñanza? "... según encuestas realizadas en 2012 por la International Student Assessment de la OCDE, los estudiantes chilenos de élite están por debajo de sus pares en muchos otros países de la misma organización.
El resultado combinado entre privatización, desregulación y competencia que caracteriza el sistema educativo chileno puede funcionar para las empresas privadas pero no para el estudiante medio de hoy en día", concluye categóricamente la FA. Similar es el caso de la salud. "Gracias a la privatización de la atención sanitaria, el nivel del sistema de salud chileno ha mejorado objetivamente en los últimos años. El problema es que sólo los más ricos pueden acceder a los hospitales privados bien equipados. Contrariamente, la mayoría de los chilenos continúa dependiendo de un sistema público inadecuado. Hay enfermedades que siguen sin ser cubiertas y las personas mueren por falta de tratamiento adecuado. Mientras tanto, el costo de las visitas médicas ha aumentado y las farmacias han sido acusadas de fijación de precios sin tener en cuenta las consecuencias para los pacientes que ya no pueden costear sus píldoras". El "sálvese quien pueda", un poroto.
LA CRECIENTE INFELICIDAD DEL PUEBLO TRASANDINO. En el año 2000 y desde el punto de vista económico y financiero, Chile llegó a ser considerada una de las naciones liberales líderes del mundo. Su éxito se convirtió en leyenda. La economía chilena creció un 6% anualmente, muy por encima del promedio mundial, y su tasa de desempleo se ubicó por debajo del 7% (mejor que en Estados Unidos y la mayoría de los países europeos antes de la crisis de 2008). A propósito, la publicación FA afirma que: "Hoy día, Chile ocupa el primer puesto en cuanto al Índice de Desarrollo Humano en América del Sur, inimaginable hace apenas dos décadas. Pero en 2011 algo sucedió que sacudió la confianza en un sistema supuestamente estable y progresivo. A pesar de los indicadores sociales y económicos positivos, los chilenos no estaban felices. Al igual que en otros países del mundo en desarrollo, la industrialización de Chile descansó en bajos salarios y altos beneficios para los inversores, la promoción de las exportaciones y un ambiente agradable para la inversión extranjera con bajos impuestos."
EL "MILAGRO CHILENO" DEL 1 POR CIENTO. En fin y como puede observarse, es absolutamente lógico que la reacción criolla tenga al Chile de Piñera como gran ejemplo a emular. En el último informe sobre desigualdad social publicado por la OCDE, y sobre un total de 33 naciones relevadas, Chile figura al tope de la desigualdad en el ingreso. La tendencia, verificada desde 2007, se ha acelerado desde la llegada al poder del actual presidente. El "milagro chileno", según acaba de publicar (febrero de 2013) un centro de estudios que depende de la Universidad de California y de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile no es ningún milagro para las clases populares del país hermano. Entre sus desventajas e inconvenientes destaca: 1) una de las economías más abiertas del mundo pero incapaz de diversificar suficientemente sus exportaciones; 2) brechas de desigualdad en todos los niveles aún no cerradas (ingresos, salud, empleo, educación y vivienda); 3) tasas absolutas de pobreza que indican una completa negligencia en la distribución del ingreso; 4) informalidad y condiciones de empleo precario en el sector formal; 5) anticuada legislación laboral; y 6) sindicatos débiles. Según los autores de este trabajo, la contradicción principal en Chile es hoy "ciudadanos vs. élites", con estas últimas "atrincheradas y trabando el fortalecimiento de la democracia".
En un segundo estudio, el centro de estudios aludido explica el posicionamiento y poder de estas mismas élites: "Chile resulta por lejos el país de toda la muestra [sobre unas 20 naciones OCDE] con mayor concentración de su ingreso en el 1% más rico de la población; y aparece como segundo, sólo superado por EE UU, en la participación de los dos grupos más extremos, el 0,1% y el 0,01% más ricos. Asimismo, la participación relativa del 1% más rico es más deL 20% mayor en Chile que la del país ubicado en el segundo lugar: EE UU". ¿Lógico que este Chile desigual y elitista sea modelo para el neoliberalismo que supimos conseguir? Piñera y sus Chicago Boys reeditan del otro lado de los Andes la Argentina del Centenario, la Argentina entre 1955 y mayo de 2003, cuando nuestro "cobre" (la renta agraria) era apropiado por un grupúsculo insignificante pero muy poderoso, en detrimento de las grandes mayorías, la modernización económica y la justicia social.
19/96/13 Infonews
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario