lunes, 24 de junio de 2013
“Las letras más importantes de Argentina se volcaron de lleno a una lucha revolucionaria”
Entrevista a Ernesto Ardito, realizador junto con Virna Molina de la serie “Memoria iluminada”, esta vez dedicada a Paco Urondo.
APU (Por Juan Ciucci): Queríamos hablar sobre el estreno de ayer, finalmente se pudo ver, en Canal Encuentro, el documental sobre Paco Urondo. ¿Cómo fue el proceso para llegar al estreno?
Ernesto Ardito: La serie se llama “Memoria iluminada” y el objetivo es poder rescatar la vida y la obra de personajes revolucionarios de la década del 70. Con este proceso ya llevamos dos años y con respecto a Paco, venimos investigando hace un montón de tiempo. Veníamos haciendo todo un trabajo con Raymundo Gleyzer, el cineasta militante desaparecido y a partir de ahí teníamos un debate sobre la década del 70 y nos gustó mucho poder reencontrarnos con Paco para poder volver a proyectarnos a debates que quedaron pendientes de nuestros trabajos anteriores. Y sobre todo, poder rescatar a través de Paco figuras que quedaron en el olvido como, por ejemplo, la de Carlos Olmedo, el fundador de las FAR.
En el capítulo 1 se vio todo este comienzo de la militancia y en el 2, lo que se va a ver más en profundidad es el proceso de lo que sucede, tan vertiginosamente, a partir de la asunción de Cámpora en el 73 y hasta el 76.
APU: Estas discusiones que decís que habían ya abordado con Raymundo, en este caso desde otra óptica, al menos desde el espacio militante de Paco: ¿Cómo te parece que continúan?
EA: Por ejemplo, cuál es el rol del artista con respecto a la militancia. Eso es fundamental, creo que las letras más importantes de Argentina como Walsh, Gelman, Urondo, se volcaron de lleno a una lucha revolucionaria, inclusive el mismo Cortazar y después, la teoría de los dos demonios alcanzó todo ese proceso cultural que se reivindicó recién en los últimos años.
APU: Cuando en otra nota hablamos sobre el documental de Raymundo te referías a los tiempos de producción dado el importante nivel de producción que demanda Encuentro en la tele que, quizás, es muy distinto al del cine.
EA: Esto fue todo un desafío. Con el primer proyecto, la película sobre Raymundo, tardamos cinco años, con “Corazón de Fábrica” tardamos tres, ahora hicimos una película sobre Mariano Moreno y tardamos dos años. Y en televisión tenés tres meses para hacer todo, el rodaje, la post producción. Como te decía, ya conocíamos los personajes con los que nos íbamos a encontrar y veníamos de hacer un background de investigación y de búsqueda de material de archivo pero, a veces, lo que tiene el proceso de la televisión es que uno siempre se queda con ganas de poder seguir investigando. De todas maneras, creo que el desafío fue trasladar un lenguaje cinematográfico al espacio televisivo, es decir, no porque uno haga televisión tiene que ser una entrevista y un “insert”; sino también se puede trabajar la sensibilidad y la subjetividad de los protagonistas que nosotros abordamos y que a la gente le llegue de otra manera, no sólo desde el espacio informativo sino también, justamente, desde la esencia de su obra.
Pasó mucho con Alejandra Pizarnik, una poeta que capaz que en su vida no había tanta fuerza coyuntural como quizás puede haber con los militantes más comprometidos. El desafío fue cómo entrar al universo de Alejandra en cuatro capítulos y que sea totalmente apasionante. Es justamente eso, atrás del lenguaje cinematográfico creo que pudimos volcar todas esas inquietudes. Está bueno hacerlo en televisión, lo que tiene también es que a diferencia de un documental, que uno tiene que pelear para que la gente vaya al cine, convocarla y demás, en la televisión, al otro día de terminar el trabajo sale masivamente y es bueno poder sostener esos espacios.
APU: ¿Eso les da también una relación más directa con su público?
EA: Sí, aparte es un público muy diverso, lo que permite que la gente que sigue la serie pueda dialogar con personajes que nosotros tratamos sobre quienes nunca hubieran imaginado ver una película o que uno pudiera hacerla. El público que puede seguir a María Elena Walsh, que fue el personaje anterior, no iría al cine a ver una película sobre la vida de Paco Urondo pero siguiendo “Memoria iluminada” puede hacerlo.
APU: Para pensar un poco las discusiones que se dan en este momento histórico: En el 2000 ustedes realizan “Raymundo”. ¿Qué diferencia notaron al investigar estos temas ahora, que están más instalados y se vuelve sobre la década del 70 y la militancia política de esa época?
EA: Es un abismo total. “Raymundo” fue casi nuestra película de aprendizaje, cuando terminamos la escuela de cine empezamos a investigar, totalmente anticipados, a Raymundo como cineasta militante. Era el año 98 o 99 y muy poca gente quería hablar, existían un montón de tabúes, se hablaba de las pertenencias políticas, que fulanito pertenecía a esta agrupación, menganito a la otra, había como un trastocamiento total. Inclusive había personajes que decían que no existían, por ejemplo, de Bill Susman, que era el productor de Raymundo, decían que no existía, que era un mito. Si había estas cosas, que eran tontas, imaginate el debate oculto que había para poder tratar una época y qué información nos llegaba a nosotros, una información totalmente compartimentada.
Recién con las primeras cosas que se imprimieron, como el libro “La voluntad” o la película “Cazadores de utopías” de David Blaustein, ahí nuestra generación empezó a reencontrarse con vivencias y experiencias de la generación anterior. Después vino la parte institucional –esto es fundamental- o sea, poder rescatar todo lo sucedido anterior al 76 para debatirlo e informarnos de todos esos sucesos que son el ADN de nuestra pertenencia, a nivel de compromiso político, como generación, sobre todo con los juicios. El hecho de que fueron juzgados los asesinos de Paco Urondo fue muy importante a nivel testimonial porque a partir del juicio se pudo saber cómo fue su muerte, antes se pensaba una cosa, después resultó que era la otra a partir de los testimonios, eso también es muy importante.
APU: También hubo una reaparición de la obra de estos artistas porque previamente a la película era muy difícil encontrar y poder ver su obra y lo mismo pasaba con Paco.
EA: Fue la demanda popular, cuando ocurrió lo de 2001 que de repente se empezaron a pasar en las fábricas recuperadas las películas de Gleyzer sobre la burocracia sindical, recuerdo esas proyecciones y la verdad que era muy fuerte reencontrarse con que los trabajadores que estaban en conflicto en ese momento debatían, a partir de la película de Raymundo que había sido hecha 20 años antes, diciendo que era lo mismo que les estaba pasando a ellos ahora y que los personajes de “Los Traidores” eran de ficción pero cada uno los asociaban a los que ellos conocían en su coyuntura fue un impacto grande. También el hecho de que muchos militantes, a partir de la teoría de los dos demonios, no querían contar sus experiencias porque desde el aspecto institucional de las décadas del 80 y 90 se los acusaba implícitamente de haber cometido algo. La confianza que les dio la gente a partir de 2001 hizo que un montón de experiencia empezaran a ser narradas cuando antes estaban ocultas.
APU: ¿De cuántos capítulos consta esta serie de Paco?
EA: La serie consta de dos capítulos, el próximo es el último. Se va a repetir durante septiembre.
APU: ¿Comentaste que estaban con la nueva película sobre Moreno?
EA: Sí, es un documental-ficción sobre la vida de Mariano Moreno, no sobre la vida de un prócer sino que analizamos, principalmente, cómo la historiografía, en función de los intereses de la clase dominante, fue trastocando la historia de figuras como Mariano Moreno, Castelli y digo que es también una ficción porque se llevó mucho al terreno fantástico. Hay como una recreación de una Buenos Aires devótica donde se van encontrando varios fantasmas y también están los documentos de Mariano Moreno que fueron apareciendo, como el “Plan de operaciones”, el ocultamiento que decía que Moreno no había escrito el plan que es muy interesante porque es la clave de cómo se quiso ocultar ese proyecto revolucionario con el cual se quería fundar el país y que después fue traicionado.
APU: ¿Esa película ya está terminada?
EA: Sí, y justamente la vamos a preestrenar ahora en el festival de Mar del Plata y estamos buscando salas.
APU: Siempre es problemático eso.
EA: Sí, es problemático en el sentido que si uno hace un estreno en sala es bueno que se vea en varios lugares. El documental está relegado siempre a una sala y eso limita las posibilidades, no sólo la cantidad de gente que la puede ir a ver sino también de la publicidad y la difusión. Lo bueno sería que el documental corra con la misma suerte que la ficción para convocar al público.
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