Mientras las centrales opositoras ratificaron el paro de 24 horas convocado para el martes, funcionarios y dirigentes gremiales criticaron la medida. “No sé qué van a sacar con una medida de fuerza. En estos casos hay que discutir hasta que las velas no ardan”, opinó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien aseguró que “nunca se detienen las conversaciones” con los sindicatos. El ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, tildó la medida de “despropósito”, acusó al titular de La Fraternidad, Omar Maturano, de ser “parte responsable de la tragedia de los ’90”, y criticó también a Roberto Fernández de la UTA. “Más que dirigentes sindicales y defensores de los trabajadores, son empresarios”, dijo. Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores, sostuvo que el paro implica “llevar a todos los trabajadores a escupir contra el viento”. El titular de la UTA aseguró que los colectiveros adherirán y propuso que el Gobierno “aumente las tarifas” si no quiere aumentar los subsidios a los empresarios del transporte.
Los titulares de las CGT Azopardo, Hugo Moyano, la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, y la CTA Auténtica, Pablo Micheli, junto con la Confederación Argentina del Transporte (CATT) confirmaron ayer la medida, en un plenario en el que amenazaron con profundizar el plan de lucha. La medida sería garantizada por la UTA y la Fraternidad, que integran la CGT de Antonio Caló. “Garantizamos el paro del 9 de junio”, dijo Maturano. “No habrá servicios de colectivos de corta, media, larga distancia, subterráneos y combis”, aseguró Mario Caligari, vocero de la UTA. Fernández consideró que los empresarios “de alguna manera” tienen que pagar los aumentos salariales. El Gobierno “va a tener que aumentar o el subsidio o las tarifas, no sé qué otra cosa pueden hacer”, dijo. Desde La Bancaria, en cambio, anunciaron que no adhieren y que el martes habrá actividad normal. Moyano remarcó que “el responsable de este paro es el Gobierno que no escucha” y se mostró esperanzado en que el Ejecutivo no logre “convencer a los gremios del transporte” para desactivar la huelga.
“Yo creo que es más político que otra cosa. No comprendo cuál va a ser la situación o la conclusión que se saque por la vía de una medida de fuerza”, opinó Aníbal Fernández, que pidió “libertad de trabajo” para quienes ese día realicen tareas laborales. “No puede salir de ahí nada seguro en términos de beneficios para los trabajadores”, aseguró. El Gobierno es “muy cuidadoso con los dineros de los trabajadores, no entiendo muy bien el objetivo de (Hugo) Moyano”, admitió. Agregó que las conversaciones con los gremios opositores “nunca se detienen”. “Para detener una conversación es porque hay un cierto grado de ofensa o de malquistarse, y la verdad es que todas las áreas específicas del gobierno nacional ponen todo lo que tienen a su mano para que se puedan resolver los problemas”, explicó.
“Me parece un despropósito frente a un gobierno que ha tenido políticas públicas en relación al transporte como ningún otro gobierno”, opinó Randazzo sobre la adhesión de La Fraternidad. “En promedio cargan entre 25 mil y 30 mil pesos (de sueldo) y un poco más con el último aumento, y transportan a millones de argentinos que cobran un 20 por ciento de eso y que son los mismos que contribuyen para que los ferrocarriles funcionen”, se indignó Randazzo. El ministro de Interior y Transportes dijo que el paro no es “la decisión correcta” porque se da en un contexto en el que “por primera vez, miles y miles de ferroviarios vieron un proceso de transformación como nunca antes había existido”. “Maturano es parte responsable de la tragedia de los ’90, lo que pasa es que muchas veces se prioriza la hipocresía y lo políticamente correcto”, agregó.
“El único objetivo es subirse al carro de la oposición y hacerle el caldo gordo a una estrategia que está en contra de los trabajadores”, consideró Yasky, secretario de la CTA. “Una cosa es una reivindicación en el marco de una paritaria para lograr un objetivo concreto, como ha habido estos días y va a seguir habiendo, eso tiene plena legitimidad, pero un paro nacional evidentemente tiene un objetivo político”, explicó. La medida “se le hace a un gobierno que vive bajo el asedio de los fondos buitre, que sigue con paritarias libres y con una política que genera empleo, mientras en el mundo sucede lo contrario”, afirmó.
El diputado Carlos Kunkel acusó a Moyano de ser uno de los referentes peronistas que “quedaron entrampados en sus compromisos empresarios”. “Ahora políticamente va aliado con Mauricio Macri, quien que yo sepa muy preocupado por los derechos de los trabajadores no se lo ve”, ironizó. Si bien “pelea por los beneficios para los (trabajadores con) mayores ingresos, nunca lo vi peleando por los desocupados, por el salario mínimo, vital y móvil o por la Asignación Universal por Hijo”, agregó.
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