El candidato dijo que "no vamos a perder nada de lo que tenemos", que cuidará "principalmente a los más débiles", que mantendrá los planes sociales y los subsidios al gas, la electricidad y los transportes, que convertirá en ley la asignación universal por hijo, que YPF "está perfecto" y que Aerolíneas Argentinas mantendrá su actual estatus, pero bien administrada. Podría ser la proclama de un populista o de un progresista, pero se trata de declaraciones de Mauricio Macri ante la mirada impávida del periodista Joaquín Morales Solá.
El candidato dijo que "no vamos a perder nada de lo que tenemos", que cuidará "principalmente a los más débiles", que mantendrá los planes sociales y los subsidios al gas, la electricidad y los transportes, que convertirá en ley la asignación universal por hijo, que YPF "está perfecto" y que Aerolíneas Argentinas mantendrá su actual estatus, pero bien administrada. Podría ser la proclama de un populista o de un progresista, pero se trata de declaraciones de Mauricio Macri ante la mirada impávida del periodista Joaquín Morales Solá.
La derecha siempre cuestionó los planes sociales que "no hacen más que mantener vagos", criticó los subsidios a los servicios públicos domiciliarios porque abultan el déficit fiscal y rechazó en el Congreso la renacionalización de YPF y Aerolíneas Argentinas.
Que Macri piense ahora lo contrario es un triunfo de quienes reivindican la centralidad del Estado y la inclusión social. Por más que se trate de una reedición de la vieja treta de Carlos Menem, quién afirmó lo más campante que si hubiera dicho como candidato lo que iba a hacer como presidente no lo hubiera votado nadie, el cambio de discurso indica que ya no se puede decir gratuitamente lo contrario sin pagar un precio electoral, que no puede seducir electores repartiendo ajuste y adoración de mercado.
Sin embargo, resulta incongruente pretende sostener subsidios y eliminar simultáneamente retenciones a las exportaciones agrícolas y pagar, si fuera preciso al contado, todo lo que reclaman los fondos buitre.
La candidata a vicepresidenta del PRO, Gabriela Michetti, fue más consecuente con el pensamiento liberal. Reclamó pagarles a los holdouts porque "Argentina no puede estar incumpliendo los fallos." En verdad, no hizo más que reiterar lo que ya había afirmado su jefe cundo se conoció el fallo del juez Thomas Griesa. Sin embargo, ninguno de los dos dijo cómo se hace para sostener los subsidios y planes sociales, rechazar los ingresos fiscales de la soja, reducir el déficit fiscal y pagarles a los buitres lo que demandan. Ni Mandrake sería capaz.
El Ministerio de Economía estima que cumplir el fallo Griesa que incluye al 7,6% de los pasivos, demandaría entre 18 mil y 22 mil millones de dólares, la mitad de lo que Argentina le pagó al 92,4% de sus acreedores, que aceptaron una forma de pago. Imposible cumplir sin empobrecer a los argentinos.
La derecha siempre cuestionó los planes sociales que "no hacen más que mantener vagos", criticó los subsidios a los servicios públicos domiciliarios porque abultan el déficit fiscal y rechazó en el Congreso la renacionalización de YPF y Aerolíneas Argentinas.
Que Macri piense ahora lo contrario es un triunfo de quienes reivindican la centralidad del Estado y la inclusión social. Por más que se trate de una reedición de la vieja treta de Carlos Menem, quién afirmó lo más campante que si hubiera dicho como candidato lo que iba a hacer como presidente no lo hubiera votado nadie, el cambio de discurso indica que ya no se puede decir gratuitamente lo contrario sin pagar un precio electoral, que no puede seducir electores repartiendo ajuste y adoración de mercado.
Sin embargo, resulta incongruente pretende sostener subsidios y eliminar simultáneamente retenciones a las exportaciones agrícolas y pagar, si fuera preciso al contado, todo lo que reclaman los fondos buitre.
La candidata a vicepresidenta del PRO, Gabriela Michetti, fue más consecuente con el pensamiento liberal. Reclamó pagarles a los holdouts porque "Argentina no puede estar incumpliendo los fallos." En verdad, no hizo más que reiterar lo que ya había afirmado su jefe cundo se conoció el fallo del juez Thomas Griesa. Sin embargo, ninguno de los dos dijo cómo se hace para sostener los subsidios y planes sociales, rechazar los ingresos fiscales de la soja, reducir el déficit fiscal y pagarles a los buitres lo que demandan. Ni Mandrake sería capaz.
El Ministerio de Economía estima que cumplir el fallo Griesa que incluye al 7,6% de los pasivos, demandaría entre 18 mil y 22 mil millones de dólares, la mitad de lo que Argentina le pagó al 92,4% de sus acreedores, que aceptaron una forma de pago. Imposible cumplir sin empobrecer a los argentinos.
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