“El 14 de julio, el día de la toma de la Bastilla, los sectores reaccionarios, corporativos y conservadores del Poder Judicial quieren hacer una nueva marcha”
Roberto Caballero comenzó su editorial con la bellísima Edith Piaff entonando la Marsellesa y se preguntó: ¿Porqué empezamos con este himno a la libertad, a la Revolución Francesa, a los derechos humanos? Básicamente porque el 14 de julio, que es el día de la toma de la Bastilla, los sectores reaccionarios, corporativos y conservadores del Poder Judicial quieren hacer una nueva marcha. Como la de Nisman, como la del 18 F, como la de Campagnoli, como las que después intentaron seguir haciendo frente a Tribunales, Nelson Castro y Santiago Kovadloff, y que finalmente han fracasado”, indicó.
“Es decir que quieren convocar nuevamente algún tipo de manifestación que venga a sostener la idea absurda de que este no es un gobierno democrático sino una dictadura o un gobierno autoritario, hoy estaba leyendo La Nación, y se puso esto de moda que el gobierno es autoritario, es autoritario cuando esa autoridad no la usa para beneficiar sus objetivos o privilegios y sino estaríamos hablando de un gobierno que no lo es”.
“No recuerdo que hayan dicho lo mismo de gobiernos anteriores. No lo dijeron del de De La Rúa o el de Menem, no recuerdo que los llamaran autoritarios, es un acecho constante a la idea democrática por parte de grupos empresarios de comunicaciones pero también de sectores que tienen poderes en algunos lugares donde pueden definir sus propios privilegios”, explicó.
“El caso de Luis Cabral, es juez desde el 2011 y está subrogando a otro juez en la Sala I de la Cámara de Casación Penal Federal desde hace cuatro años”, y hay algo concreto: te nombraron para ser juez en un lugar, después tus propios pares te ponen otro lugar para que hagas el reemplazo, y vos después le querés hacer creer al resto que esa es la situación normal, institucionalmente correcta, le querés explicar al mundo (y lo digo por Cabral) que tenes un derecho “corporativo”, que podés seguir en ese lugar si tus pares así lo deciden”.
“Y esto no es así. Hay una ley nueva que dice que la potestad es del Consejo de la Magistratura, que tiene representación Parlamentaria y no de los jueces, porque sino ya hablaríamos de un grado de autonomización del Poder Judicial que ya no sería independencia sino que sería una especie de Club exclusivo que define sus propias normas y que se divorcia de la realidad política, social, cultural que vive una sociedad y esto no es así, en una democracia las normas tiene que regir, y la nueva norma dice que el Consejo de la Magistratura, donde hay oficialistas, opositores, miembros de la Magistratura, miembros del Colegio de Abogados. y es en ese lugar que se debe definir si un juez tiene o no que reemplazar a alguien”, explicó Caballero.
“Y en función de eso, acá había una larga lista de conjueces, que la Corte bochó en su momento, pero hay una larga lista de conjueces que ya estaba avalada de modo parlamentario y entonces se lo pone en lugar de Cabral y eso es más legítimo, a que Cabral caprichoso siguiera en el cargo”.
“Esto de agarrar el juguete y no quererlo largar, es muy habitual no sólo en el Poder Judicial, se aferran a esa parcela y a nadie le importa el bien común. Pasa en la política, en el periodismo, y en todos los lugares”.
“Es el pensamiento corporativo pero con una gran vocación personalista, donde lo bueno, lo justo y lo correcto pasa por aquello donde me conviene. Sería un paso enorme si algunos funcionarios hicieran su aporte a la democratización definitiva de su propio poder. Seguir profundizando la democracia de toda la sociedad”.
“Quieren sacar gente a la calle el 14 de julio y sentirse que son parte de una gesta libertaria en contra de un gobierno autoritario”. “Hoy me sorprendí con un editorial de La Nación y me sorprendí porque dice Réquiem para la Justicia. Parece que la justicia se está muriendo y dice: “Detrás de la proscripción del funcionario judicial Ignacio Rodríguez Varela aparece una extraña figura: el supuesto delito de filiación”.
Caballero continuó: “Lo digo así porque ellos escriben así. Con esta cosa pomposa. Esta es la última parte, esto empezó ayer. Están defendiendo a Ignacio Rodríguez Varela, un profesional destacado de la justicia y que se trata del hijo de Alberto Rodríguez Varela, quien fuera secretario de Justicia en la época de la dictadura cívico militar y ustedes me dirán ¿Pero qué tiene que ver el chico con lo que hizo el padre? Y, evidentemente, nada. Eso está claro y desde acá no se impulsa el delito de filiación. Pero lo que digo es que los del diario La Nación, cuando tienen que hablar de Máximo Kirchner, no hacen esta misma prevención”.
“Sino que es todo lo mismo. Todo el mismo gobierno autoritario, la Cámpora sería una organización de militantes con tintes mafiosos o violentos. La estigmatización constante que se hace de una organización política juvenil como La Cámpora. Y de su referente, Máximo Kirchner, ahora ¿por qué a veces el hijo tiene que cargar con lo que hace la madre? Si, claramente los roles son distintos”
“En el caso de la política y en la de los funcionarios kichneristas, a La Nación no le parece que la filiación no vincule”.
“En el caso de Rodríguez Varela si, y seguramente no tenga nada que ver, aunque de todas maneras llama la atención que justamente La Nación ponga el foco en un apellido que remite a lo peor de la historia argentina. Que remite a un momento en que el Poder Judicial que en líneas generales tuvo una actuación vergonzosa (salvo en contados casos que aceptaron habeas corpus y que intentaron investigar)”.
“Un país sin justicia y que sin embargo seguía teniendo Ministerio de Justicia, Poder Judicial y Corte Suprema, que funcionaba casi como un aval del golpe militar. Les daban legitimidad jueces y funcionarios del Poder Judicial y la Corte Suprema de Justicia de aquel tiempo.”
“Para terminar, el 14 de julio día de la Toma de la Bastilla, la derecha judicial pero también la derecha política y en pleno proceso electoral, va a salir a la calle, como lo hizo el 18F, tratando de instalar la idea de que es la peor etapa de la historia argentina, tratando de instalar la idea de que Luis Cabral no es un tipo caprichoso que se quiere quedar disfrutando de una anomalía, sino que es un héroe de la patria y la República, y de las instituciones”, y continuó: “Aburren, cansan. Les da resultado en alguna oportunidad y vuelven a insistir. Pero cuando empezás a indagar y preguntas quiénes lo hacen, porqué lo hacen, quiénes están detrás de esas movilizaciones, todo se desinfla. Hasta el propio sector que los avala, se termina dando vuelta. Pero ellos insisten”.
“Y quiero rescatar algunos sectores, de abogados y políticos que han participado de la de Nisman pero esta vez no van a participar porque piensan que Cabral no tiene razón” es más “la agrupación Gente de derecho, del abogado Rizzo, dicen que no tiene sentido hacer esta marcha en pleno proceso electoral. Ojala que cunda el ejemplo de Gente de derecho, entre otros que aunque estén en desacuerdo con muchas de las políticas que ejecuta el gobierno, saben separar aquello que viene a fortalecer un poder corporativo, oscurantista y hasta reaccionario y lo que sería el legítimo antikichnerismo que cualquier miembro de la sociedad puede tener, como así también los que son kichneristas pueden y tienen el derecho legítimo a serlo”, remató sobre los tonos de la marsellesa: “Formez vos bataillons
Marchons, marchons, Qu’un sang impur, Abreuve nos sillons”.
Marchons, marchons, Qu’un sang impur, Abreuve nos sillons”.
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