El atentado ocurrió pocas semanas después de que un policía de la Bonaerense fuera condenado a diez años por haber torturado a Luciano.
Un abogado de la APDH aseguró que el hecho fue intencional. Allegados a la familia hicieron público el hecho por las redes sociales.
La familia de Luciano Arruga fue víctima, una vez más, de una grave intimidación. Ayer se conoció que el auto de Vanesa Orieta, la hermana del joven, fue incendiado intencionalmente en la puerta de su casa del barrio de Mataderos. El atentado ocurrió pocas semanas después de la condena a diez años de prisión que recibió el policía Julio Diego Torales por torturar a Luciano en el Destacamento de Lomas del Mirador. Mientras tanto, la causa por desaparición forzada de persona avanza en la justicia federal de Morón.
Este nuevo episodio mafioso ocurrió en la noche del domingo 7 de junio, cuando Vanesa se levantó de golpe de su cama al advertir que su Fiat Regatta estaba en llamas. La policía y los bomberos llegaron de inmediato pero el auto quedó destruido. "Es muy extraño. Tenía las puertas y la guantera abierta, aunque no faltaba nada. Era un coche que tenía un uso normal, no estaba abandonado. Estamos a la espera del resultado de las pericias", indicó a Tiempo Juan Manuel Combi, abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Por lo que este diario pudo saber, las diligencias quedaron en manos de los agentes de la Comisaría 42ª.
"No tenemos dudas de que fue intencional, porque es imposible que se haya producido sin intervención externa: por el lugar donde estaba estacionado y porque el auto no tenía ninguna pérdida sospechosa", añadió Combi.
La familia Arruga cree que este hecho está vinculado con la condena a dictada a mediados de mayo contra el policía Julio Diego Torales, cuando el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de La Matanza lo encontró culpable de haber torturado al chico de 16 años el 22 de septiembre de 2008.
Unos meses después, Luciano desapareció y recién se supo de su destino en octubre del año pasado cuando se estableció que fue atropellado, en circunstancias aún no esclarecidas, en la noche del 31 de enero de 2009.
Tras la sentencia, el abogado Juan Grimberg, a cargo de la defensa de Torales, apeló la medida y pidió la nulidad de todo el proceso. Además, sostuvo que la causa fue politizada y amenazó con que su cliente comenzaría una huelga de hambre, recayendo sobre las espaldas de los jueces del TOC 3 lo que pudiera sucederle.
El recurso fue rechazado por el Tribunal y el expediente actualmente se encuentra en Casación, a la espera del sorteo de la sala interviniente.
Mientras tanto, la causa principal sobre la desaparición de Luciano tramita en el juzgado federal de Juan Pablo Salas, donde gracias a la presentación de un hábeas corpus se lograron ubicar los restos de Luciano en el cementerio de Chacarita, donde estaba enterrado como NN.
En este sentido, esta semana los investigadores continuarán tomando testimonios a los testigos del caso para determinar en qué circunstancias ocurrió el "accidente" ya que varias personas coincidieron en declarar que el muchacho escapaba de alguien.
Los denunciantes dieron a conocer este atentado a través de un comunicado publicado por la APDH de La Matanza: "Somos una familia que lucha por la justicia para Luciano Arruga y todos los jóvenes que la policía secuestra, tortura, mata y desaparece, y esos años nos han permitido dimensionar los alcances de esta mafia estatal organizada y protegida por los poderes más grandes."
"Nosotros sabemos a qué nos enfrentamos, y cada día lo sabemos más. Empezamos a buscar a Luciano con la certeza de que fueron ellos y con la seguridad de que iba a ser muy difícil: ellos lo asesinaron y desaparecieron, pero un sistema organizado los protege desde todos los frentes. El peligro que corremos se convirtió en cotidiano, y también las amenazas a nuestra integridad. Estamos una vez más en la penosa situación de tener que volver a denunciar que todas nuestras vidas corren peligro. El hostigamiento no se detiene", detallaron. «
Este nuevo episodio mafioso ocurrió en la noche del domingo 7 de junio, cuando Vanesa se levantó de golpe de su cama al advertir que su Fiat Regatta estaba en llamas. La policía y los bomberos llegaron de inmediato pero el auto quedó destruido. "Es muy extraño. Tenía las puertas y la guantera abierta, aunque no faltaba nada. Era un coche que tenía un uso normal, no estaba abandonado. Estamos a la espera del resultado de las pericias", indicó a Tiempo Juan Manuel Combi, abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Por lo que este diario pudo saber, las diligencias quedaron en manos de los agentes de la Comisaría 42ª.
"No tenemos dudas de que fue intencional, porque es imposible que se haya producido sin intervención externa: por el lugar donde estaba estacionado y porque el auto no tenía ninguna pérdida sospechosa", añadió Combi.
La familia Arruga cree que este hecho está vinculado con la condena a dictada a mediados de mayo contra el policía Julio Diego Torales, cuando el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de La Matanza lo encontró culpable de haber torturado al chico de 16 años el 22 de septiembre de 2008.
Unos meses después, Luciano desapareció y recién se supo de su destino en octubre del año pasado cuando se estableció que fue atropellado, en circunstancias aún no esclarecidas, en la noche del 31 de enero de 2009.
Tras la sentencia, el abogado Juan Grimberg, a cargo de la defensa de Torales, apeló la medida y pidió la nulidad de todo el proceso. Además, sostuvo que la causa fue politizada y amenazó con que su cliente comenzaría una huelga de hambre, recayendo sobre las espaldas de los jueces del TOC 3 lo que pudiera sucederle.
El recurso fue rechazado por el Tribunal y el expediente actualmente se encuentra en Casación, a la espera del sorteo de la sala interviniente.
Mientras tanto, la causa principal sobre la desaparición de Luciano tramita en el juzgado federal de Juan Pablo Salas, donde gracias a la presentación de un hábeas corpus se lograron ubicar los restos de Luciano en el cementerio de Chacarita, donde estaba enterrado como NN.
En este sentido, esta semana los investigadores continuarán tomando testimonios a los testigos del caso para determinar en qué circunstancias ocurrió el "accidente" ya que varias personas coincidieron en declarar que el muchacho escapaba de alguien.
Los denunciantes dieron a conocer este atentado a través de un comunicado publicado por la APDH de La Matanza: "Somos una familia que lucha por la justicia para Luciano Arruga y todos los jóvenes que la policía secuestra, tortura, mata y desaparece, y esos años nos han permitido dimensionar los alcances de esta mafia estatal organizada y protegida por los poderes más grandes."
"Nosotros sabemos a qué nos enfrentamos, y cada día lo sabemos más. Empezamos a buscar a Luciano con la certeza de que fueron ellos y con la seguridad de que iba a ser muy difícil: ellos lo asesinaron y desaparecieron, pero un sistema organizado los protege desde todos los frentes. El peligro que corremos se convirtió en cotidiano, y también las amenazas a nuestra integridad. Estamos una vez más en la penosa situación de tener que volver a denunciar que todas nuestras vidas corren peligro. El hostigamiento no se detiene", detallaron. «
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