Por Alberto Dearriba
El triple empate de la elección de ayer en Santa Fé leído en clave nacional, le permite sonreir a la precandidata presidencial del Frente Progresista, Margarita Stolbizer, porque su postulante provincial consiguió dar vuelta el resultado; a Mauricio Macri, porque el comicio en el tercer distrito nacional ratificó su condición de challenger, y al Frente para la Victoria, porque su postulante sumó más de 130 mil votos a su propia performance de las primarias.
Las disputas provinciales siempre tienen condimentos locales que impiden trasladar totalmente sus resultados al orden nacional, pero no parece haber razones para que los votantes de Omar Perotti le nieguen el sufragio al candidato presidencial del FPV. De las tres fuerzas que hicieron mejor elección en Santa Fé, el FPV es la que puede contar en octubre con esos sufragios con mayor seguridad. En cambio, es más dudoso el destino que tendrán una parte de los votos que respaldaron a Miguel del Sel y los de Miguel LIdschitz.
Es que el cómico santafesino volvió a obtener unos 300 mil votos más que los candidatos a diputados del Pro, con lo cual queda claro que su popularidad tiene mayor atractivo que la figura de Mauricio Macri, lo cual pone en duda el modo en que se repartirán en las presidenciales de octubre los votos del ex MIdachi.
El otro interrogante para proyectar la elección santafesina a la nacional es si los votantes radicales que eligieron al radical Mario Barleta en las PASO, y que ayer sufragaron masivamente por el socialista LIfchitz, se inclinarán mayoritariamente por Stolbizer o lo harán por Macri.
Lo más probable es que los votos radicales santafesinos se repartan entre la aspirante presidencial del Frente Progresista y el seguro ganador de la primaria entre la UCR, el Pro y la Coalición Cívica. Unos realizarán un voto ideològicamente más congruente y otros seguirán los dictados de la conducción nacional del partido centenario, que convirtió al alcalde porteño en su candidato.
Con las elecciones realizadas ayer en Santa Fe y en Rio Negro –donde Miguel Pichetto del FPV fue derrotado por el gobernador Alberto Wereltinek, del Frente Grande— ya son siete los distritos en los que hubo comicios. En Salta, el FPV derrotó a la derecha peronista que tuvo el apoyo de Sergio Massa y Macri; en Mendoza, una coaliciòn de la UCR con el Pro y el FR le ganó al kirchnerismo; en Chaco el FPV venció a la oposiciòn unida; en Neuquen ganò el MPN, tradicional aliado del peronismo venció al FPV y en CABA, el macrismo realizó su mayor cosecha.
La suma de los votos porteños, los de Del Sel y los del radical mendocino Alfredo Cornejo, le otorgan al Pro una ventaja de unos 250 mil sufragios sobre los obtenidos en total por el FPV, Pero hay situaciones de difícil ponderación en término nacional, como la de Rio Negro donde si bien el kirchenrista Pichetto fue derrotado, se estima no sólo que sus sufragios apoyarán al candidato presidencial del FPV, sino que también los harán buena parte de los electores de Wereltinek, quièn tiene buena sintonía con el gobierno nacional.
En suma, la maratón electoral ofrece hasta ahora algunos indicios, pero nada definitivo. Sólo ratifica que la batalla definitiva será en Buenos Aires, donde pueden votar 12 millones de ciudadanos.
iNFO|news
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