POR FELIPE YA PUR
Es verdad, el discurso de Cristina Fernández de Kirchner durante la inauguración del período de sesiones ordinarias del Congreso careció de un listado de anuncios legislativos pero deslizó algunas pistas.
Ahora bien, la exposición presidencial fue un preciso muestrario de lo que implica la puesta en práctica de un proyecto nacional, popular y democrático donde el Estado juega el estratégico rol de reparador de las desigualdades sociales.
CFK no sólo dedicó buena parte de los más de 100 minutos que duró su alocución a desmantelar las falsedades del contrarrelato, que desde las corporaciones mediáticas y la oposición partidaria se emiten día a día, sino que se valió de algunas de sus muletillas para dar cuenta de la profundidad que tiene el modelo que ella encabeza.
Habló de un "fin de ciclo" pero no del kirchnerista como hubiesen deseado los opositores. La referencia estuvo dedicada al complejo final del paradigma neoliberal y para ello se valió de ejemplos claros como es el proceso de reindustrialización del país y, sobre todo, la recuperación de YPF como empresa insignia en cuanto al respaldo del modelo económico que tiene hoy la Argentina.
En este sentido, CFK se concentró en mostrar (si se quiere) la mitad del vaso lleno cuando detalló, en cifras y porcentajes, los avances económicos; el impacto del proceso de desendeudamiento, el crecimiento industrial, la generación de energía, el aumento de las afiliaciones sindicales en gremios de la producción. Todas ellas, pruebas de lo alcanzado con muchas dificultades pero logrados a fuerza de una rigurosa decisión política que busca transformar la estructura productiva con la que se transforme la distribución de la riqueza. Esto no implica el abandono del modelo agropecuario sino aportarle valor agregado y su consecuente generación de puestos de trabajos, a la par que se desarrolla la industria nacional.
Diez u once años son pocos para eliminar los usos, costumbres y consecuencias de un modelo como es el neoliberal. Y son más difíciles sin la colaboración de las otras fuerzas políticas que consideran como beneficioso para sus aspiraciones electorales el fracaso de la década kirchnerista. Tal vez por ello la presidenta recalcó el impacto que tienen planes como el Pro.cre.ar (el 29% de los permisos de obras corresponden a este programa) en los porcentajes del crecimiento económico y que dan cuenta de cuánto ha cambiado el país. Es una línea de acción que no se detendrá este año, ya que la mandataria anunció que el Banco Hipotecario, donde el Estado tiene una importante participación accionaria, otorgará más créditos que en los últimos 125 años de historia con que cuenta la entidad.
El discurso de CFK mantuvo la tradición que ella supo imponerle y es la detallada exposición de las pruebas que le dan cuerpo al proyecto político. Pero el hecho de que en algunas de estas arengas no las exprese no significa que las haya dejado de lado. Por eso la reivindicación de la concertación, expresada en la designación de Gerardo Zamora (radical K) como presidente provisional del Senado, no fue una sorpresa ni una forzada inserción. La concertación fue una estrategia adoptada por el propio Néstor Kirchner en el convencimiento de que un solo partido no podía desplazar el modelo neoliberal. Es verdad, la primera experiencia llevada adelante con Julio Cobos no resultó precisamente un éxito, pero no por ello debería ser abandonada y CFK lo dejó muy en claro cuando dijo que "una decepción debe ser la excepción y no la regla". En todo caso, esta reivindicación funge a manera de anuncio del trabajo político y territorial que tiene en mente la presidenta para estos siguientes dos años.
Como se afirmó al principio, el discurso no abundó en anuncios legislativos pero deslizó algunas líneas como la necesidad de sancionar determinadas leyes que incrementen las medidas de protección a los consumidores. Normas necesarias para regular la voracidad que tienen no sólo las empresas de servicio sino también los grandes grupos de supermercados que tienen un grado importante de responsabilidad en la formación de precios, el consumo y, por ende, la inflación.
El pedido presidencial a los legisladores de trabajar en una ley que regule la convivencia ciudadana seguramente será una de las iniciativas que más ruido provoque. Sobre todo porque la oposición, siempre quejosa de las expresiones callejeras, intentará demostrar que se trata de un retorno a la represión social que supieron implementar gobiernos como el menemista y el de Fernando de la Rúa. Es un tema complejo pero el kirchnerismo tiene antecedentes en la materia que van en sentido contrario de lo que pregona la oposición. Por caso, durante su mandato el entonces presidente Néstor Kirchner ordenó que la Policía Federal no portara armas de fuego durante el control de movilizaciones y desde ese entonces no se lamentaron víctimas. No es un dato menor y que da cuenta de cuál es la mirada que tiene el gobierno de las expresiones callejeras.
CFK también les dejó a los legisladores un importante desafío como es el buscar una alternativa al memorando de entendimiento con la República Islámica de Irán. Se vuelve complicado imaginar a los principales cerebros de la oposición elaborar una opción diferente a la que alcanzó el oficialismo hace justo un año atrás. Sobre todo porque en aquella oportunidad los bloques de la oposición no sólo jugaron a rechazar el proyecto sino también a conseguir algunas defecciones entre las filas legislativas del oficialismo, sobre todo entre los diputados de origen judío. Nunca presentaron un proyecto diferente. A Elisa Carrió, una ultracatólica que se definió como "judía espiritual", sólo se le ocurrió presentar un dictamen anulatorio del convenio. Si las entidades judías no consiguieron, como afirmó la presidenta, un instrumento que les permitiera avanzar en la aplicación de justicia al atentado a la mutual AMIA, es poco probable que los bloques de la oposición consigan escribir alguno ya que en los últimos diez años, fundamentalmente en aquellos dos cuando dominaron el Congreso, solo atinaron a presentar proyectos que desfinanciaban al Estado. Si lo consiguiesen serían la excepción a la regla.
Infonews
No hay comentarios:
Publicar un comentario