El conflicto docente en la provincia de Buenos Aires y una negociación tan extensa como compleja. La ofensiva de Sergio Massa contra el anteproyecto de reforma del Código Penal, que llevó al repliegue de la oposición. La decisión del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y el disgusto de Julio Cobos.
Por Eduardo Blaustein
Algunas de las dificultades que afronta el Gobierno para atravesar con la fluidez de otros tiempos sucesivas coyunturas políticas y económicas pueden comprimirse en dos escenarios en los que, mientras se escriben estas líneas, hay parálisis. Primer escenario: las paritarias docentes bonaerenses. Segundo escenario: la ofensiva contra el anteproyecto de reforma del Código Penal, que había sido redactado por un buen equipo de juristas en representación de todos los partidos con significación política, hasta que un fuerte “embate” de Sergio Massa llevó al repliegue oportunista de la oposición.
El conflicto docente lleva una extensión inusual. Estas líneas se escriben horas antes de una nueva reunión entre las partes. No parece que pueda objetarse la demanda salarial de los trabajadores (los 30 puntos ofrecidos por el gobierno bonaerense beneficiarían sólo a una parte de ellos), sí el hecho de que hayan salido de movida con los tapones de punta.
El gobierno bonaerense, a su vez, comenzó muy tarde las negociaciones. Tiene ante sí un problema de recursos para responder satisfactoriamente a los docentes, apenas si en los últimos años se animó a ejercer alguna presión fiscal sobre los sectores de alto poder económico y lo hizo por presión del Ejecutivo nacional.
En esa escala nacional, el Gobierno ya tiene bastantes problemas: impacto inflacionario por devaluación (con el habitual componente especulativo que es pura ganancia para los empresarios, que ya que estamos desaparecen de las góndolas los productos con Precios Cuidados), caída de la producción industrial, las otras paritarias.
Metiendo más ruido de fondo, los sindicatos moyanistas, barrionuevistas y la CTA opositora convocaron a un paro nacional.
Lo que vendría
La Argentina vive estos tiempos acelerándolos, pensando en 2015. Hay síntomas preocupantes de lo que podría suceder a partir de ese año. Uno de esos síntomas es la radicalización por derecha del discurso del presidenciable Sergio Massa. El ex jefe de Gabinete del gobierno nacional sincera en estos meses lo que no franqueó en los inicios de su campaña, cuando ganó no pocas simpatías diciendo que iba a rescatar lo bueno del ciclo kirchnerista.
El Massa de entonces, engañoso o no, no es el de hoy. Massa se apoya en la resonancia social que tiene su discurso sobre la inseguridad y no le va mal, aun cuando no necesariamente sea cierto que “la gente siempre tiene razón”.
Massa prometió presentar proyectos contra la inflación y hasta ahora no presentó ninguno.
Massa dice haber convocado para discutir el anteproyecto de reforma del Código Penal a “prestigiosos juristas y especialistas en el Derecho” que no son tales. Una investigación publicada por el periodista Pablo Méndez Shiff contó quiénes son algunos de esos prestigiosos juristas. Resuena el nombre del constitucionalista Daniel Sabsay, que sí ha sido prestigiado no sólo por sus méritos académicos sino por su antikirchnerismo. Pero hay otros nombres entre los “juristas” convocados por el tigrense. Alcanza con mencionar sólo tres. Por ejemplo, Enrique Ramos Mejía fue presidente de la Corporación de Abogados católicos que durante años se opuso a la reapertura de los juicios por los crímenes de lesa humanidad, tanto como a la ley de matrimonio igualitario, la de identidad de género, la de fertilización asistida y la de regulación del aborto no punible. Otro de los juristas, Máximo Fonrouge, también está vinculado con la defensa de represores. Finalmente, Teodoro Keckler estuvo a cargo de la fundación Novum Millenium, del ex ministro de Economía Domingo Cavallo.
La sociedad ya conoció la dictadura y centenares de miles de personas acaban de salir a las calles en el aniversario del 24 de marzo. La sociedad también conoce las recetas mágicas de los que defienden la mano dura. Carlos Ruckauf pedía meter bala a los delincuentes pero hoy representa muy poca cosa. El falso ingeniero Blumberg consiguió que se hicieran modificaciones legislativas para castigar más duramente a esos delincuentes y la inseguridad no se resolvió.
Si es por mano dura, en las comisarías y en las cárceles se sigue apelando a la tortura y al gatillo fácil, y así estamos.
Del comisario Luis Abelardo Patti, otro resonante paladín de estas causas, se supo en estos días que para protegerse de las acusaciones de su participación en el asesinato de los militantes Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, amenazó a las autoridades militares con difundir “los aviones (matrículas), aeropuertos, destino, fechas y personal que trasladó delincuentes terroristas a la disposición final”. Es decir, develar los secretos sobre los vuelos de la muerte. La información forma parte de la valiosa documentación sobre la última dictadura descubierta por el Ministerio de Defensa en el edificio Cóndor.
Ésos son los angelitos que prometen más seguridad en las calles.
Levantar la mano
El gobernador peronista salteño Juan Manuel Urtubey acaba de anotarse en la interna presidencial del justicialismo: “Yo tengo voluntad de competir en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias”, dijo desde Estados Unidos, donde también Massa y Macri anduvieron mostrándose.
Otro presidenciable presunto, el radical Julio Cobos, acaba de ganarse un disgusto luego de haberse quedado sin la presidencia de la Comisión de Educación en Diputados. Sus colegas del Frente para la Victoria aceptaron que el radicalismo se quedara con la presidencia de esa comisión, pero objetaron a Cobos con la sangre en el ojo. Cobos, dijeron, “violó el mandato constitucional del pueblo argentino” al emitir su célebre voto “no positivo”, cuando se votaba la Resolución 125. En esa oportunidad, una diputada kirchnerista, Andrea García, dijo algo interesante sobre el perfil de Julio Cobos: “En materia de educación ha acompañado siempre iniciativas de militarización para reemplazar la contención social y la educación”.
DZ/rg
Fuente Redacción Z
Diario Z
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