viernes, 14 de febrero de 2014

TRANSPORTE, MEDICAMENTOS, TURISMO Y ALIMENTOS, CON SUBAS REGISTRADAS Un índice con buen reflejo

Por Raúl Dellatorre
El índice de precios al consumidor nacional urbano (IPCNu) hizo su presentación en público reflejando las variaciones de precios en el mes más crítico, en materia de estabilidad monetaria, de los últimos once años. La variación resultante, el 3,7 por ciento, no se distanció mucho de las mediciones privadas que pretendieron adelantársele y reflejó bastante fielmente los incrementos poco comunes que soportó la población en los rubros de transporte, medicamentos y turismo. Fue un mes atípico por efecto de la devaluación, una estampida de aumentos de precios en góndola y variaciones en las tarifas del transporte público de pasajeros en Buenos Aires, aunque no en todos los casos el impacto fue registrado de igual forma en el nuevo indicador. Una parte importante de los incrementos producidos en enero (posdevaluación del 24 de enero) no llegaron a impactar en la medición informada ayer, pero quedarán reflejados en la variación del índice de febrero, por cuestiones estadísticas ajenas a toda intención de manipulación.
Esta vez, la expectativa por saber si el flamante índice de precios era una herramienta eficaz era mayor a la inquietud por conocer de cuánto había resultado la inflación de enero. Esta última preocupación había quedado en gran medida relegada por la decisión previa del gobierno nacional de salir a confrontar abiertamente contra los aumentos de precios en los artículos de consumo masivo, los abusos de grupos empresarios con posición dominante y los traslados a precios del efecto de la devaluación más allá del impacto real. Fue el reconocimiento oficial de que había inflación y que, en enero particularmente, tuvo atisbos de descontrol. La eficacia del índice, en cambio, pasó a ser un asunto político más que técnico, a partir de la polémica en torno del anterior índice y su excesiva quietud (con variaciones mensuales repetidas del 0,8 o 0,9 por ciento por varios años casi ininterrumpidamente).
El nuevo índice muestra más de una novedad con respecto al anterior. El transporte público de pasajeros, de acuerdo con las mediciones que se toman en 40 aglomerados urbanos del país (distribuidos en las 24 provincias), reflejó un aumento en enero del 13,9 por ciento respecto de diciembre. La fuerte incidencia del aumento del 67 por ciento en las tarifas del autotransporte de pasajeros en el área metropolitana bonaerense (Capital Federal y conurbano), vigente desde el 1º de enero, impactó plenamente en el índice mensual, aunque su peso se vio atenuado por el resto de jurisdicciones que no registraron alzas.
El IPCNu señala como otro rubro con fuerte suba en enero al Turismo. El renglón Alojamiento y Excursiones refleja un aumento del 15,9 por ciento en ese período respecto del mes anterior, un resultado que no sorprende si se considera el período del año de que se trata. De todos modos, el cálculo del índice ya incluye un factor de corrección por estacionalidad, por lo que el aumento informado sería el exceso por encima de la variación “natural” por la fecha. Vale agregar que en el renglón de transporte por turismo (que complementa el rubro Turismo), enero prácticamente no muestra variación de precios respecto de diciembre, pero después que en este mes se habría producido un aumento cercano al 30 por ciento (de acuerdo con el número índice informado para ese mes y su relación con la base 100 del cuarto trimestre).
El tercer rubro en importancia por el alza en este mes debut del IPCNu fue medicamentos. El rubro Productos Medicinales exhibe un incremento del 8,3 por ciento en enero, mientras que Servicios para la salud registra una suba del 4,3 por ciento, que se abre en un alza del 3,9 por ciento en “consultas médicas y tratamientos odontológicos”, y del 4,4 por ciento en “sistemas de salud y servicios auxiliares” que incluye, principalmente, el costo de los contratos de medicina prepaga.
El caso de los alimentos presenta un caso especial en este arranque de índice. Al no haberse explicitado un empalme entre el anterior y el actual, no se conoce en cuánto habría modificado la nueva metodología su aplicación a los meses de noviembre y de diciembre, cuando ya se percibía una disparada en los precios de góndola de los bienes de consumo masivo. De todos modos, la observación del valor índice de enero en algunos artículos, con respecto al valor promedio del cuarto trimestre de 2013 (que fue tomado como período base para el nuevo índice), señala aumentos acumulados (presumiblemente de noviembre a enero) cercanos o superiores al 10 por ciento. Algunos de estos casos son:
- Alimentos para consumo en el hogar: carne vacuna, 10,9 por ciento; fiambres y embutidos, 10,6 por ciento; aceites, 9,3 por ciento; leche, 8,4 por ciento; frutas frescas, 13,4 por ciento; frutas secas y en conserva, 20,3 por ciento; azúcar, miel y dulces, 11,4 por ciento.
- Bebidas e infusiones: jugos y refrescos, 9,1 por ciento; yerba mate, 16 por ciento, y té, 13,5 por ciento.
Ello revela que el nuevo índice fue sensible a los aumentos en mostrador o góndola que se anticiparon a la devaluación. Lo que no deja de ser un hecho auspicioso respecto de uno de los aspectos mencionados al principio: la expectativa por poder recuperar una herramienta confiable, como es un buen índice de precios.

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