Por Aníbal Fernández *
El 6 de enero pasado, Sergio Massa presentó un proyecto de ley, proponiendo que las paritarias docentes en la provincia de Buenos Aires se lleven a cabo durante ese mes. Ayer, 23 de febrero, a menos de dos meses de presentar la “renovadora” ley, el diputado nacional massista y dirigente de la UIA José Ignacio de Mendiguren pidió “postergar” las discusiones paritarias hasta que “se estabilicen las variables” económicas, considerando que el debate de aumento salarial debe estar centrado en “mejorar el poder adquisitivo y no el sueldo nominal”.
Más allá de las lógicas contradicciones que produce inventar un partido político sin ideología, ni credo, ni tendencia, ni tan siquiera un pensamiento común (no digo único, porque casi todos los que lo integran provienen del neoliberalismo que propugnaba el pensamiento único y universal); más allá de las diferencias que inevitablemente deben surgir en un armado que suma a empresarios sin empresas, sindicalistas sin sindicato, intendentes sin territorio y traidores para los que sólo existen dos tipos de personas (los que traicionaron y los que están por traicionar), sería bueno que el líder y numen de esta entente “conserva/renova/dora” tratara de ser, cuanto menos, racional (si no es mucho lo que exigimos).
O pedís que se adelanten las paritarias o te plantás pidiendo que las atrasen. Lo que no podés hacer son las dos cosas a la vez...
Analicemos juntos las razones. Si esa ley (una bravuconada en tiempos en que la Legislatura bonaerense estaba en receso) se hubiese debatido y aprobado y los maestros hubiesen arreglado un aumento del 20 por ciento, ¿qué estaría diciendo de Massa y el Frente Renovador la sociedad bonaerense? Es más: ¿cuál hubiera sido la sesuda explicación de Massa ante semejante conclusión? ¿Que el Gobierno había devaluado sólo para hacer inútil o negativo su enorme proyecto de ley?
En cambio, si los docentes (en un análisis de laboratorio) obtuvieran el 61 por ciento de aumento –como ha solicitado UDA–, ¿cómo explicaría De Mendiguren a los docentes que hay que negociar “las paritarias con las variables económicas más estabilizadas” y que el objetivo debe ser “mejorar entre todos el poder adquisitivo y no sólo un aumento nominal” y que, por lo tanto, es imperioso desandar esa negociación?
Contradicciones discursivas que son una módica muestra gratis de un gesto chapucero en busca de una ventaja politiquera, anticipo de las barbaridades a las que están dispuestos si tuviesen la responsabilidad de gobernar. ¿Lográs dimensionar la burrada que significaría llamar a la negociación colectiva un mes y suspender los acuerdos al siguiente? Bueno, eso es lo que te están prometiendo.
Bah, en realidad te prometen “renovar” la política (aunque casi todos sean viejos mañeros frecuentadores de varios gobiernos) y la verdad es que si gobernaran a pura contradicción, lo suyo será “re-nuevo”, “re-novedoso” y... ¡trágico!
* Senador nacional - Frente para la Victoria.
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