Arseni Yatseniuk, un político proeuropeo, fue designado para encabezar el nuevo gobierno tras la caída y fuga del presidente Viktor Yanukovich.
Arseni Yatseniuk fue designado para encabezar el nuevo gobierno ucraniano, mientras Rusia puso en alerta las tropas cerca de la frontera, previendo que realicen maniobras hasta el domingo. Asimismo, estallaron choques entre militantes pro y anti-rusos en Crimea. El Consejo del Maidán, que reúne a los líderes políticos de las protestas ucranianas, la sociedad civil y los grupos radicales, anunció solemnemente ante una plaza de la Independencia llena de gente al nuevo gobierno, encabezado por el dirigente proeuropeo y que reúne a varias personalidades surgidas del movimiento contestatario. Estos nombramientos deben ser confirmados hoy en el Parlamento. La Fiscalía General de Ucrania dictó ayer una orden de búsqueda y captura internacional contra el destituido presidente Viktor Yanukovich, que se encuentra en paradero desconocido desde el sábado 22 de febrero.
De 39 años, Yatseniuk encabezará el gobierno de unidad nacional que dirigirá el país, antes de la elección presidencial anticipada prevista para el 25 de mayo. Miembro del partido de la líder de la Revolución Naranja Yulia Timoshenko, Yatseniuk ya fue ministro de Economía y de Relaciones Exteriores y es un jurista y economista de fulgurante ascenso político, que se impuso como uno de los líderes opositores a Yanukovich. Consciente de las dificultades que le esperan, el economista indicó el martes que el futuro gobierno “salvaría el país, pero asumiría un verdadero suicidio político”, al tomar decisiones muy impopulares, pero las únicas posibles para un país al borde de la bancarrota. A fines de enero, prometió continuar con las protestas e instó a los opositores a avanzar todos juntos, aunque el resultado sea una bala en la frente. En el Parlamento, el jurista pidió que se aprobase una moción instando a la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya a que procese a Yanukovich, al evocar que su poder se basaba en la corrupción y en los asesinatos.
Ayer, Ucrania pidió una orden de arresto para el depuesto presidente, anunció la Fiscalía General interina. “Yanukovich ha sido declarado en busca y captura internacional”, anunció Oleg Majnitski, fiscal general de las nuevas autoridades ucranianas. Y emitió una orden internacional de detención contra el destituido ministro del Interior, Vitali Zajarchenko, quien supuestamente dio la orden de reprimir las manifestaciones opositoras en Kiev que precedieron a la caída de Yanukovich.
En particular, el depuesto presidente, quien fue destituido el 22 de febrero pasado por el Parlamento por abandono de funciones, es acusado de asesinato masivo por el uso de la fuerza por parte de los efectivos policiales contra los manifestantes. Las nuevas autoridades ucranianas estiman en más de cien los muertos y en unos dos mil los heridos en los disturbios de la semana pasada en la capital, de los cuales medio millar sigue actualmente en estado grave. Anteayer, el Parlamento ucraniano pidió al Tribunal Internacional de La Haya que procese a Yanukovich y a otros antiguos funcionarios por crímenes contra la humanidad. El ministro del Interior interino, Arsen Avakov, reconoció ayer que las autoridades no han buscado activamente a Yanukovich en la península de Crimea, de mayoría rusoparlante, por miedo a provocar allí el estallido de un conflicto. Algunas fuentes apuntan que Yanukovich se encuentra en el territorio de la base naval rusa del puerto ucraniano de Sebastopol (Crimea).
El jefe de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Duma o cámara de diputados de Rusia, Mijail Marguelov, negó que Yanukovich se encuentre en territorio ruso. “Sé con seguridad que Yanukovich no está en Rusia. Y, en mi modesta opinión, Rusia no le concedería asilo”, dijo, y descartó que Moscú se proponga romper las relaciones bilaterales con Ucrania. Las nuevas autoridades ucranianas también advirtieron contra la concesión de asilo a Yanukovich a la vecina Bielorrusia, donde se exilió en 2010 el derrocado presidente de Kirguizistán, Kurmanbek Bakiev.
Yatseniuk deberá enfrentar las tendencias separatistas cada vez más vivas en el sur del país, en particular en Crimea, península donde una gran parte de la población se siente más cerca de Moscú que de Kiev. Esas tensiones quedaron patentes en los choques entre militantes pro y anti-rusos que estallaron ayer. Más de cinco mil personas se congregaron frente al Parlamento de Crimea. Por un lado, manifestantes pro-rusos que reclaman la celebración de un referéndum sobre el estatuto de Crimea, y, por otro, los tártaros, comunidad musulmana deportada por Stalin, decididos a defender la unidad de Ucrania. Crimea, poblada mayoritariamente por rusófonos, es la región de Ucrania con mayores posibilidades de oponerse a las nuevas autoridades en Kiev.
27/02/14 Página|12
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