En la proclamación
de su candidatura.
12 de febrero de
1946.
Justicia social.
“Cuando medito
sobre la significación de nuestro moviendo, me duelen las desviaciones en que
incurren nuestros adversarios.
Estos vociferadores de la libertad quieren disimular, alucinando con el brillo de esta palabra, el fondo esencial del drama que vive el pueblo argentino. Porque la verdad verdadera es esta: en nuestra patria no se debate un problema entre la "libertad" o " tiranía", entre Rosas y Urquiza, entre "democracia" y " totalitarismo". Lo que en el fondo del drama argentino se debate es, simplemente un partido de campeonato entra ala "justicia social" y la "injusticia social".
Quiero dejar de lado todo lo negativo, lo interesado, lo mezquino, para dirigirme a los hombres de buena voluntad que aun no han comprendido la esencia de la revolución social, cuyas serenas paginas se están escribiendo en el Libro deLa Historia
Argentina , y decirles:
Estos vociferadores de la libertad quieren disimular, alucinando con el brillo de esta palabra, el fondo esencial del drama que vive el pueblo argentino. Porque la verdad verdadera es esta: en nuestra patria no se debate un problema entre la "libertad" o " tiranía", entre Rosas y Urquiza, entre "democracia" y " totalitarismo". Lo que en el fondo del drama argentino se debate es, simplemente un partido de campeonato entra ala "justicia social" y la "injusticia social".
Quiero dejar de lado todo lo negativo, lo interesado, lo mezquino, para dirigirme a los hombres de buena voluntad que aun no han comprendido la esencia de la revolución social, cuyas serenas paginas se están escribiendo en el Libro de
"Hermanos, con
pensamiento criollo, sentimiento criollo y valor criollo, estamos abriendo el
surco y sembrando la semilla de una patria, que no admita regateos de su
soberanía, y de unos ciudadanos libres que no solo lo sean políticamente sino
que tampoco vivan esclavizados por el patrón. Síguenos, tu causa es nuestra
causa; nuestro objetivo se confunde con tu propia aspiración, pues solo
queremos que nuestra Patria sea socialmente y políticamente soberana."
Justicia Social, Rol del Estado
la clase trabajadora.,
“Tachar de
totalitarios a los obreros argentinos es algo que sale de lo absurdo para caer
en lo grotesco. Precisamente han sido las organizaciones obreras que me apoyan
las que durante los últimos años han batallado en defensa de los pueblos
oprimidos contra los regimenes opresores, mientras que eran(aquí como en todas
partes del mundo, sin excluir los países que han hecho la guerra, salvo
Rusia)la aristrocacia, la plutocracia, la alta burguesía, el capitalismo, en
fin, y sus secuaces, quienes adoraban a las dictaduras y repelían a las democracias,
seguían esta conducta cuando pensaban que las dictaduras defendían sus
intereses y la democracias los perjudicaban, por no ser muro suficiente de contención
frente a los avances del comunismo.
Si mis palabras
requiriesen una prueba, podría ofrecerla bien concluyente en las colecciones de
los diarios de la oligarquía, que ahora se estremecen ante cualquier presunto
atentado a las esencias democráticas y liberales, pero que tuvieron muy
distinta actitud cuando el problema se planteaba en otros pueblos. Y si la
prueba no fuese todavía categórica, remitiría en el caso al examen de la
actuación de los partidos políticos que han gobernado en los últimos tiempos, y
cuyos prohombres, actuando de vestales un tanto caducas y en mucho recompuestas,
quieren ahora compatibilizar sus alardes democráticos, puramente retóricos, con
la realidad de sus tradicionales fraudes electorales, de sus constantes
intervenciones a los gobiernos de las provincias, con el abuso del poder en
favor de los oligarcas y en contra de los desheredados.
Pero si, como ha
sucedido en la Argentina
y en virtud de mi campaña, el elemento trabajador, el obrero, el verdadero
siervo de la gleba, el esclavizado peón del surco norteño, alentados por la
esperanza de una vida menos dura y de un porvenir mas risueño para sus
compañero y para sus hijos, sacuden de sumisión ancestral, reclaman como
hombres la milésima parte de las mejoras a que tiene derecho, ponen en peligro
la pacifica y tradicional digestión de los poderosos y quieren manifestar a su
fuerza y su voluntad en unas elecciones, entonces la democracia, aquella
democracia capitalista, se tiene estremecida en sus cimientos y nos lanza la imputación
del totalitarismo. De este modo, llegaríamos a la conclusión de que el futuro
Congreso representara un régimen democrático si triunfan los privilegios de una
clase hasta ahora dominante, y que representara un régimen dictatorial si, como
estoy seguro, triunfan en las elecciones las masas de trabajadores que me
acompañan por todo el país.
Más no importa los calificativos. Nosotros representamos la autentica democracia, la que se asienta sobre la voluntad de la mayoría y sobre el derecho de todas las familias a una vida decorosa, la que tiene a evitar el espectáculo de al miseria en medio de la abundancia, la que tiene impedir que millones de seres parezcan de hambre mientras centenares de hombres derrochan estupidamente su plata. Si esto es demagogia, sintámonos orgullosos de ser demagogos y arrojándoles al rostro la condenación de su hipocresía, de su egoísmo de su falta de sentido humano y de afán lucrativo que van desangrando la vida dela Nación.
¡Basta ya de falsos demócratas que utilizan una idea grande para servir a su
codicia! ¡Basta ya de exaltados constitucionalistas que solo aman la Constitución en
cuanto los ponga a cubierto de las reivindicaciones proletarias! ¡Basta ya de
patriotas que no tengan reparo en utilizar el pabellón nacional para cubrir
averiadas mercancías, pero se escandalizan cuando lo ven unido a un símbolo del
trabajo honrado!
Más no importa los calificativos. Nosotros representamos la autentica democracia, la que se asienta sobre la voluntad de la mayoría y sobre el derecho de todas las familias a una vida decorosa, la que tiene a evitar el espectáculo de al miseria en medio de la abundancia, la que tiene impedir que millones de seres parezcan de hambre mientras centenares de hombres derrochan estupidamente su plata. Si esto es demagogia, sintámonos orgullosos de ser demagogos y arrojándoles al rostro la condenación de su hipocresía, de su egoísmo de su falta de sentido humano y de afán lucrativo que van desangrando la vida de
Nuestra
trayectoria en el terreno social es tan clara como en el político. Desde que a
mi iniciativa se creo la
Secretaria de Trabajo y Prevención, no he estado preocupado
por otra cosa que por mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la población
asalariada.
Se acabaron las negativas de los patrones a concurrir a los tramites conciliatorios promovidos por los obreros, se terminaron las infracciones impunes a las leyes del trabajo; se puso fin a la amistosa mediación de políticos, de grandes señores, de poderosos industriales, para lograr que la razón del obrero fuese atropellada.
Se acabaron las negativas de los patrones a concurrir a los tramites conciliatorios promovidos por los obreros, se terminaron las infracciones impunes a las leyes del trabajo; se puso fin a la amistosa mediación de políticos, de grandes señores, de poderosos industriales, para lograr que la razón del obrero fuese atropellada.
El Estado puede orientar el ordenamiento social y económico sin que por ello intervenga para nada en la acción individual que corresponde al industrial, al comerciante, al consumidor. Estos, conservando toda la libertad de acción que los códigos fundamentales les otorguen, pueden ajustar sus realizaciones a los grandes planes que trace el Estado para lograr los objetivos políticos, económicos y sociales de
Pero aun hay otro
motivo que obliga al Estado argentino a regular ciertos aspectos de la economía:
los compromisos internacionales que tiene contraídos lo obligan a orientar las
directivas económicas supranacionales sin perder de vista la corporación entre
todos los países. Y si esta cooperación ha de ser eficaz y ha de basarse en ciertas
reglas de general aplicación entre Estados, no veo en que forma la economía
interna de cada país haya de quedar a merced del capricho de unos cuantos
oligarcas manejadores de las finanzas, acostumbrarse a hacer trabajar siempre a
los demás en su provecho.
Al Estado rejuvenecido por le aporte de sangre
trabajadora que nuestro movimiento inyectara en todo el sistema circulatorio, corresponderá
la misión de regular el progreso económico nacional sin olvidar el cumplimiento
de los compromisos que la Nación
contraiga o haya contraído con otros países.
Por esto, en los postulados éticos que presiden la acción de nuestra política, junto a la elevación de la cultura del obrero y a la dignificacion del trabajo, incluimos la humanización del capital. Solamente llevando a acabo estos postulados lograremos la desaparición de las discordias y violencias entre patronos y trabajadores. Para ello no existe otro remedio que implantar una inquebrantable justicia distributiva.
Por esto, en los postulados éticos que presiden la acción de nuestra política, junto a la elevación de la cultura del obrero y a la dignificacion del trabajo, incluimos la humanización del capital. Solamente llevando a acabo estos postulados lograremos la desaparición de las discordias y violencias entre patronos y trabajadores. Para ello no existe otro remedio que implantar una inquebrantable justicia distributiva.
En el nuevo mundo
que surge en el horizonte no debe ser posible el estado de necesidad que agobia
todavía a muchísimos trabajadores en medio de un estado de abundancia general.
Debe impedirse que el trabajador llegue al estado de necesidad, porque sepan
bien los que no quieren saber, o fingen no saber, que el estado de necesidad
esta al borde del estado de peligrosidad, porque nada hace saltar tan fácilmente
los diques de la paciencia y de la resignación como el convencimiento de que la
injusticia es tolerada por los poderes del Estado, porque, precisamente, ellos
son los que tienen la obligación de evitar que se produzcan las injusticias.
Es, pues, el
elemento humano actual y futuro el factor que ha de requerir la preocupación
fundamental del Estado. Innecesario es decir que el abarca la elevación del
nivel de vida hacia el estándar compatible con la dignidad del hombre y el
mejoramiento económico general; la propulsión de organizaciones mutualistas y
cooperativas; el incremento de la formación técnica y capacitación profesional;
la construcción de casas baratas y económicas para obreros y empleados; los
prestamos para construcción y renovación del hogar de la clase media, pequeños
propietarios, rentistas y jubilados modestos; el estimulo, fomento y desarrollo
del vasto plan de seguridad social y el mejoramiento de las condiciones
generales de trabajo. No puede hablarse de emprender la industrialización del país
sin consignar bien claramente que el trabajador ha de estar protegido antes que
la maquina o la tarifa aduanera.
En definitiva,la Argentina no puede
estancarse en el ritmo somnoliento a que la condenaron cuantos se lanzaron a
vivir a sus cotillas; tiene que recobrar el pulso firme de una juventud sana y
de una sangre limpia. Para eso necesita la aportación de esta sangre juvenil de
la clase obrera; no puede seguir con las corrientes sanguíneas de múltiples
generaciones de gente caduca, porque llegaríamos a las nefastas consecuencias
de las viejas dinastías, que habían muerto físicamente antes de que los pueblos
las echaran, cansados de aguantarlas.”
En definitiva,
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