lunes, 24 de febrero de 2014

Volteando a Venezuela lo que se voltea es el gran proyecto de la región”

Entrevista con la periodista y escritora, especializada en temas de política internacional Telma Luzzani. “Vemos que hay una conexión entre las derechas regionales”.
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Por Juan Ciucci
APU: ¿Cómo analiza la situación en Venezuela?
Telma Luzzani: En mi opinión la situación en Venezuela hay que mirarla en el contexto de lo que sucedió el año pasado. En primer lugar el 5 de marzo murió el Presidente Hugo Chávez, en abril hubo elecciones donde el partido socialista unificado de Venezuela, ganó por un margen muy corto y esto generó no sólo el desconocimiento de EEUU de este gobierno legítimo, sino toda la embestida de parte de toda la derecha venezolana con movilizaciones donde hubo 13 muertos. Después hubo ataques de mercados, desestabilización económica, hubo apagones, es decir, de todos los frentes que empezaron a hostigar al gobierno de Nicolás Maduro, justamente en un momento de debilidad, porque estaba afectada evidentemente toda la sociedad por la muerte de Hugo Chávez. En diciembre del año pasado hubo otra elección y ahí queda muy claro que la mayoría de los venezolanos eligen la línea del chavismo, de 23 provincias 20 tienen gobernadores chavistas, la asamblea general tiene mayoría de diputados y también la mayor parte de las alcaldías votan a los candidatos bolivarianos.
Con lo cual, en mi opinión, lo que sucede es que la derecha moderada que está representada por el ex candidato Enrique Carriles, para tener posibilidad de acceder al poder, tiene que esperar al 2019 para las elecciones presidenciales o hasta el 2016 para un referéndum revocatorio. No pueden esperar 3 ó 6 años, con lo cual la carta que le queda a EEUU, a la derecha venezolana, es jugar la carta de la derecha dura, de la derecha extremista y la derecha golpista que es lo que está sucediendo hoy. Por eso vemos que Capriles está un poco apartado y el que lidera este movimiento es Leopoldo López, que es un derechista conocido por sus posiciones ultras.
APU: El gobierno de Venezuela hizo una clara referencia a la ingerencia de EEUU, como reacción también a lo que pasó en la cumbre de la CELAC. ¿Cómo analiza esto?
TL: Creo que en un contexto mayor, es claramente la pugna entre el modelo bolivariano o el modelo progresista que siguen varios países del continente y el modelo viejo, el neoliberalismo en la economía del mercado o el poder en las élites de siempre, eso es lo que está en juego. Volteando a Venezuela lo que se voltea es el gran proyecto que encaró toda la región en el Siglo XXI, porque inmediatamente se debilitaría en Bolivia, en Ecuador, Argentina, Brasil. Igualmente están actuando en nuestros países. No sólo actúan en Venezuela, actúan en Argentina, en Brasil con manifestaciones, con golpes de mercado. Ahora, EEUU aparece en este caso de Venezuela con mucha actualidad, porque hay un exhorto muy desubicado donde le pide a Venezuela ciertas exigencias, como de no procesar a Leopoldo López, como dejar libre a la gente apresada por haber incendiado autos. Con exigencias que claramente saben que Venezuela no va a soportar. Vemos una movida interna venezolana y una movida regional que participa por supuesto EEUU como siempre, pero además también el ex Presidente Álvaro Uribe de Colombia con sus paramilitares que están infiltrados en Venezuela y los sectores de derecha de nuestros países. Por algo frente a la Embajada de Venezuela en México hubo manifestaciones de la derecha mexicana a favor del golpe, también acá los jóvenes del PRO fueron a la Embajada de Venezuela a manifestarse. Vemos que hay una conexión entre las derechas regionales.
APU: Antes mencionaba la debilidad de Venezuela luego de la muerte de Chávez. ¿Hay un momento de debilitamiento en la región y por eso pueden avanzar las derechas; o todo lo contrario, es una reacción ante la fortaleza?
TL: Creo que hay un avance en la región, como cualquier proceso hay avances rápidos, avances lentos, no es una cosa lineal pero algo que pasó hace muy poco me deja la pauta clara de que está muy fortalecida la ciudadanía de Sudamérica en su defensa de los gobiernos progresistas. Para mí la revelación fue la coincidencia de la Cumbre de la CELAC en La Habana con la cumbre de la Alianza del Pacífico, que fue unos días después en Lima. Recordemos que la Alianza del Pacífico fue México, Perú, Colombia y Chile; que proponen el regreso a la libertad de mercado, al neoliberalismo, mientras que la CELAC propone un modelo totalmente diferente. Yo tengo fuentes muy importantes, no de Argentina sino de un país aliado, que me confirmaron que el mismo secretario de Estado John Kerry estuvo llamando a los presidentes de los países del Caribe y varios países de Sudamérica, diciéndoles que no vayan a La Habana a la cumbre de la CELAC. Sin embargo desobedeciendo el pedido de J. Kerry, hubo una asistencia te diría casi perfecta. Lo que revela es que aún los gobiernos de derecha de la región se dan cuenta que el camino futuro tienen que ver con la integración, con estas nuevas propuestas heterodoxas, con una integración regional y con una revisión del modelo económico. En ese sentido creo que sí, estamos avanzando los que defendemos la integración, la Unasur y ese tipo de gobiernos, creo que estamos avanzando en la historia.
APU: A nivel internacional, con un nuevo modelo de multipolaridad, ¿lo que está sucediendo en América Latina se puede entender en el marco de las nuevas fuerzas que están en disputa, como está sucediendo en Ucrania? ¿Tiene que ver con EEUU retornando sobre América y prestándole más atención?
TL: Tengo la posición de que EEUU nunca dejó de tener la atención absoluta sobre América Latina, creo que esto de que no mira a la región es una mentirita que nos dicen para creernos que no somos importantes, para bajar nuestra autoestima. En el libro Territorios vigilados hago una argumentación muy fuerte de por qué siempre desde el Siglo XIX la región ha sido lo más importante para los EEUU, lo más importante para que EE.UU. pueda ser imperio. Ahora, en este mundo de transformación en el que estamos es evidente que la región todavía pasa a ser más importante, porque pasa a ser la plataforma en la cual se respaldó siempre y se sigue respaldando. A eso hay que agregarle el tema que la pérdida de influencia norteamericana en el mundo, la multipolaridad, hace que, como pasa siempre con los imperios, se vuelvan mucho más belicosos, mucho más agresivos y mucho más obvios. Creo que lo que estamos viviendo ahora es eso, en Ucrania y en otros países. Cuando mencionaste Ucrania me hiciste acordar que el ministro del interior venezolano, dijo que uno de los planes que EEUU tenía para Venezuela era justamente crear un enfrentamiento entre los venezolanos, una suerte de guerra civil, de manera tal que en algún momento tuvieran que pedir la intervención de un tercer actor que podía ser Naciones Unidas. No va a ser EEUU directamente porque nunca se muestran directamente, pero sí una intervención en la mesa de diálogo que implique de hecho una intervención al gobierno bolivariano.
APU: Esa es una modalidad que se está dando en muchos lugares ¿no? Esos enfrentamientos internos, grupos que después van generando esta posibilidad de intervención externa.
TL: Creo que hay que tener mucho cuidado en el análisis, porque tampoco se puede meter todo dentro de la misma bolsa. Pero si buscamos elementos comunes, nos damos cuenta que son en general países cuyos gobiernos han sido elegidos democráticamente y gobiernos que no son alineados  automáticamente con las medidas de Washington. Esa característica común hace sospechar que efectivamente hay acá una mano negra que intenta desestabilizar para, de alguna manera, disciplinar a estos gobiernos.

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