lunes, 24 de febrero de 2014
América latina es el blanco móvil de los nuevos golpistas Por Eduardo J. Vior. Periodista internacional@miradasalsur.com
Arriba: Carl Gershman: “Estados unidos no puede permitirse entregar el campo de batalla ideológico a los enemigos de una sociedad libre”.//Abajo: vínculos. Leopoldo López y un amistoso Barack Obama.
Fundaciones que se apropian de la palabra “libertad” reúnen a la derecha más granada. Los “golpes blandos”, que han afectado a Venezuela, Argentina, Honduras o Ecuador, sin fuerzas militares a la vista pero con la ofensiva de poderosos medios informativos y presiones sobre la economía, tienen origen y entramado común.
La entrega del agitador ultraderechista Leopoldo López en Caracas el pasado martes 18 fue escenificada mediáticamente para desviar la atención de los graves atentados que impulsó siguiendo la estrategia de “revolución pacífica” y utilizando francotiradores para crear el caos.
“Nosotros tenemos que ser los constructores de la paz, seguir resistentes”, expresó este miércoles el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en rechazo a la violencia promovida por grupos de la derecha. Para deslegitimar la propaganda opositora, subrayó que “llegó el momento de la paz”.
Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró el mismo miércoles 19 que en su país la democracia está amenazada por una alianza conformada por la extrema derecha latinoamericana y mundial. “Los procesos de desestabilización recaen siempre sobre gobiernos progresistas”, agregó. “Miren con detenimiento lo que está pasando en Venezuela y Argentina”, añadió.
El 28 de junio de 2009 había sido derrocado en Honduras el presidente constitucional y democrático Manuel Zelaya. En esa ocasión, Correa había definido el hecho como una “prueba piloto”. El 22 de junio de 2012, en Paraguay, esa misma “alianza de la extrema derecha latinoamericana y mundial” puso fin al gobierno democrático de Fernando Lugo.
A su vez, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, declaró también el miércoles que “estamos trabajando en una legislación para desalentar toda forma de violencia en las marchas” en una entrevista con una radio de Alagoas. Rousseff insistió en que defiende el derecho a manifestarse, pero repudia los “actos de vandalismo practicados por personas que esconden el rostro”.
En todos los países latinoamericanos gobernados por movimientos reformistas se observa una combinación de masivos ataques mediáticos, maniobras de desestabilización económica, alzamientos policiales, boicot de la Justicia a las reformas y manifestaciones opositoras que rápidamente escalan hacia actos violentos, utilización de las redes sociales para organizar acciones opositoras “espontáneas”, etc. Para entender el entramado que sostiene estas campañas, es conveniente conocer las organizaciones incumbidas.
Una siniestra red mundial.. La National Endowment for Democracy (NED, Fundación para el Desarrollo de la Democracia), fue creada por Ronald Reagan en 1983. Cuatro corporaciones constituyen su base: una rama de la central sindical, la American Center for International Labor Solidarity (Acils), el Center for International Private Enterprise (CIPE) de la Cámara de Comercio, el International Republican Institute (IRI) del Partido Republicano y el National Democratic Institute (NDI) del Partido Demócrata. Aunque jurídicamente es una organización no gubernamental, se financia por el presupuesto del Departamento de Estado, librando al gobierno de responsabilidades y con un grado de credibilidad superior al de una agencia del gobierno.
Aunque la NED nació como parte del arsenal ideológico de la Guerra Fría, desde la caída del socialismo intervino en 90 países para ayudar a “construir la democracia”. El presidente de la NED rinde regularmente cuentas ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, caso único para una ONG. Los informes de la NED insisten en entender la “democracia” como mecánica electoral. En ese marco apoya a unos 6.000 proyectos de ONG en el mundo y es sede de la Network of Democracy Research Institutes con “eruditos y activistas de la democracia” en todo el mundo. La NED alberga también al secretariado de The Center for International Media Assistance, “un proyecto que se propone reforzar a los medios libres e independientes”.
Carl Gershman, su histórico presidente, de orientación neoconservadora, postula el objetivo de “crear un movimiento mundial pro democracia” como una “red de redes” cuyo centro es la NED. En 1996, justificó de modo significativo el pedido de aumento del presupuesto ante el Congreso: “La guerra global de las ideas sigue con ímpetu y Estados Unidos no puede permitirse entregar el campo de batalla ideológico a los enemigos de una sociedad libre y abierta. La NED necesita un financiamiento continuo para salvaguardar el futuro”.
De acuerdo con un artículo publicado por la periodista Stella Caloni en 2010 la lista de las ONG dependientes de las fundaciones “centrales” como la Usaid o la NED es interminable. En Argentina actúa la Fundación Libertad (FL), con sede principal en Rosario, que entre el 26 y el 28 de marzo de 2013 realizó allí el “Seminario Internacional sobre los Desafíos en América Latina” con personajes como Roger Noriega quien fue subsecretario para América latina del gobierno de George W. Bush; Mario Vargas Llosa, José María Aznar, los ex presidentes Vicente Fox, de México; Francisco Flores, de El Salvador; Luis Alberto Lacalle, de Uruguay; Osvaldo Hurtado Larrea, de Ecuador; Jorge Quiroga, de Bolivia; el presidente Sebastián Piñera, de Chile, y otros. Ya en marzo de 2008 había congregado a lo más granado de la derecha mundial para apoyar el paro ruralista.
A fines de 2008, el gobierno de Evo Morales demostró el involucramiento de la Usaid en el reparto del dinero enviado para proyectos de desarrollo a los opositores de la Media Luna que protagonizaron el derrotado golpe “civilista” en agosto-septiembre de ese año.
Entre los días 12 y 14 de diciembre de 2008 se creó en Colombia la Unión de Organizaciones Democráticas de América (UnoAmérica), conformada por militares y policías de las pasadas dictaduras, para oponerse a la Unasur. Libertad y UnoAmérica, así como la Fundación Pensar –que nuclea a la plana mayor del PRO– tienen lazos con la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes) que dirige José María Aznar y con la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por Mario Vargas Llosa. UnoAmérica está acusada por el intento de magnicidio en Bolivia en abril de 2009 y de participar en el golpe en Honduras, lo que fue confirmado por el ex presidente de facto Roberto Micheletti.
La NED participó en el golpe contra el presidente Hugo Chávez en 2002, como surge de documentos desclasificados del gobierno estadounidense.
Reacciones ambivalentes. Para protegerse, los gobiernos progresistas de América latina están recurriendo crecientemente a sus fuerzas armadas. El gobierno brasileño promueve la aprobación de una ley de seguridad nacional que incluye la intervención militar en el control del orden interno. En Argentina el gobierno de Cristina Fernández nombró al general nacionalista e industrialista César Milani como jefe del Ejército. En Bolivia, a su vez, el presidente Evo Morales forjó una alianza militar-obrera-indígena-campesina de gran eficacia en momentos cruciales como las recientes inundaciones. En Ecuador y Venezuela, finalmente, las fuerzas armadas son leales a las respectivas revoluciones.
¿Es la militarización la alternativa para defender los procesos populares en el continente? Indudablemente no basta. Las reacciones de las clases medias, el desencanto popular y las conspiraciones imperiales impactan en la legitimidad de estos gobiernos, porque los casos de corrupción, la burocratización y la ineficiencia han mellado su credibilidad. Sin embargo, sólo la ampliación y fortalecimiento de la democracia pueden ayudarles a afrontar el golpismo. Sólo el control democrático de la gestión pública puede recuperar la confianza. A la vez, si los procesos reformistas no profundizan su integración monetaria, seguirán a merced de la especulación. Sólo una mayor integración del transporte y las comunicaciones puede reducir los costos, asegurar el abastecimiento y aprovechar las posibles sinergias entre las economías. Finalmente, los servicios de inteligencia deben coordinarse, para detectar tempranamente las maniobras desestabilizadoras.
El relanzamiento de la economía norteamericana agudiza su necesidad de recuperar el control sobre los recursos primarios del continente y de aventar concurrentes. Para ello requiere sustituir los gobiernos reformistas por regímenes que abran sus economías. El futuro de los movimientos reformistas depende de su capacidad de adaptación.
La no-violencia sucia
Eduardo J. Vior. Periodista
internacional@miradasalsur.com
Pero se mueve. Los episodios de Egipto y los países árabes, una apropiación de la espontaneidad.
Gene Sharp lo tiene claro, se necesita apoyo mediático para manipular la realidad de un país y empujarlo al desastre.
La Albert Einstein Institution (AEI) es un instituto de consultoría y asesoría política con sede en Boston y presencia en Europa, Medio Oriente, África y América latina. Bajo la dirección de Gene Sharp interviene en Venezuela adiestrando a los jóvenes derechistas en tácticas de agitación “pacíficas”, así como en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y El Salvador. Gene Sharp preside el instituto desde su fundación en 1983. En él se han preparado buena parte de las llamadas revoluciones de color (naranja, rosa, etc.) y las “primaveras árabes”. Su mano derecha es Jamila Raqib, directora ejecutiva del AEI. Nacido en 1928 en Ohio, Sharp es reconocido como el precursor de teorías “no violentas” para deponer gobiernos inspiradas en el pensamiento de Henry D. Thoreau y el Mahatma Gandhi. Las teorías de Sharp se hicieron famosas en Serbia, cuando las aplicó Otpor (Resistencia), una organización estudiantil derechista. Entre 1998 y 2000 este grupo consiguió desestabilizar su país, hasta derrocar a Slobodan Milósevic y disolver Yugoslavia. Ya en 2002, The New York Times reveló que la agrupación recibió instrucciones directamente de Robert Bob Helvey, un coronel retirado del ejército estadounidense veterano de Vietnam y operador del AEI para la desestabilización “no violenta” que trabajó en Serbia por pedido del Instituto Nacional Republicano de EE.UU.
En 2005, el periodista francés Thierry Meyssan, publicó una investigación titulada Golpes de Estado con suavidad y disimulo - Albert Einstein Institution: no violencia, según la CIA, revelando los nexos de Sharp y Helvey con la CIA, porque ésta desde hace años prefiere los “métodos de no violencia” para derrocar gobiernos. Desde 1989, el AEI le sirve para ejecutar golpes de Estado “blandos”. En aquel momento, la CIA contactó en la embajada de Estados Unidos en Tel Aviv a Sharp y Helvey con un grupo de agentes secretos antipalestinos vinculados con el coronel Reuven Gal, director de Acción Psicológica de las fuerzas armadas israelíes. Entonces surgió la doble táctica de actuar con métodos violentos y no violentos aplicada luego en distintos países. Según Meyssan, el AEI recibe financiamiento de la NED.
El libro más conocido de Gene Sharp, La política de la acción no violenta (1973), la presenta como un método para la toma del poder. Su argumento clave es que el poder no es monolítico, sino que se basa en la obediencia a las órdenes de los dirigentes, la que hay que minar para que el pueblo deje de obedecer a sus líderes y el sistema caiga. Su estrategia se fundamenta en 198 métodos de desestabilización que expone en su libro De la dictadura a la democracia. Un sistema conceptual para la liberación y clasifica en tres grandes categorías: protesta y persuasión, no cooperación, e intervención no violenta. Sharp incluye en la primera “mayormente manifestaciones simbólicas como desfiles, marchas y vigilias”. La “no cooperación” abarca tres sub-categorías: “a) no cooperación social; b) no cooperación económica, como el boicot, el desabastecimiento, la especulación y las huelgas y c) no cooperación política”. La “intervención no violenta” opera “mediante procedimientos psicológicos, sociales, económicos o políticos, tales como el ayuno (huelga de hambre), la ocupación no violenta y el gobierno paralelo”. Sharp enfatiza la necesidad del apoyo mediático, “para manipular la realidad del país, empujarlo hacia su propio desastre y concretar la conspiración”. En 2007, Sharp escribió al periodista francés para negar su participación directa en las conspiraciones dirigidas por Estados Unidos (EE.UU.), pero sin negar que sus métodos sean aplicados para imponer los intereses estadounidenses en otros países ni mencionar el financiamiento de la NED
Si bien el AEI no puede por sí misma tumbar gobiernos, es claro que su trabajo la convierte en cómplice necesaria. La “no-violencia”, según Sharp, prepara la sustitución ilegítima de un sistema político en combinación con las acciones violentas de francotiradores, saqueadores y terroristas. Se trata de una revolución no tan pacífica.
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