Primos hermanos Por Oscar González

La prensa hegemónica local vive en estos días recurrentes clímax de autosatisfacción provocados por el repentino y sugestivo interés de la prensa conservadora británica y estadounidense en hostigar al gobierno argentino. 

Esa prensa construye noticias con hilachas de realidad, amplifica cualquier rumor por más disparatado que sea y procesa todo esos ingredientes en un mensaje descalificador del rumbo de la Argentina. Sus mediocres escribas, de la misma superficialidad e incompetencia de sus homólogos locales, pasan por pensadores esclarecidos, una categoría que funciona tanto para burócratas de organismos multilaterales de ideología neoliberal cuanto para usureros confesos, matones de segunda o voceros de los fondos buitre.

Lo mismo ocurría, aunque en sentido inverso, cuando el país se había convertido en santuario de las llamadas reformas "pro-mercado". Cualquier ganso que hablara a favor del supuesto "milagro" argentino tenía prensa asegurada, mientras el país se encaminaba hacia la hecatombe de 2001. Insertas en esa brutal ofensiva –que persigue desestabilizar al gobierno, pero sobre todo imponer condiciones al conjunto del sistema político y meter miedo a la sociedad-, las operaciones periodísticas de estos días responden a una lógica y un funcionamiento tan primitivos que repugnan al análisis racional.

Con una rigurosidad que no tiene nada que envidiar a la de sus colegas argentinos, las notas y las opiniones de esos medios de habla inglesa se alimentan únicamente de los dichos, alucinaciones, prejuicios e intereses de las fuentes que consultan, casi siempre las mismas que dan letra a quienes envenenan al público desde los medios concentrados argentinos.

En las bravatas de los diarios locales y sus padrinos ideológicos se revela, entonces, un altísimo grado de consanguinidad, un factor que, como se ha visto en la historia de ciertas casas reales europeas, conduce irremediablemente a la idiotez. El problema es que, para sus primos hermanos de estos pagos, las idioteces pasan por frases cargadas de sabiduría. 

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