viernes, 26 de julio de 2013
Reeditan la trilogía de Auschwitz de Primo Levi
La reedición de la "Trilogía de Auschwitz", que incluye las obras Si esto es un hombre (1947), La tregua (1963) y Los hundidos y los salvados (1986) del químico y escritor Primo Levi sitúan al lector al borde de una experiencia que remite al vacío, al horror y a la inutilidad de las palabras en su afán por describir lo que escapa a la condición humana.
"Pensad que esto ha sucedido:/Os encomiendo estas palabras./Grabadlas en vuestros corazones/ Al estar en casa, al ir por la calle,/ Al acostaros, al levantaros;/Repetídselas a vuestros hijos,/ o que vuestra casa se derrumbe,/La enfermedad os imposibilite, /Vuestros descendientes os vuelvan el rostro/" dice parte de la maldición con la que comienza Si esto es un hombre.
Cuando en 1947 Levi terminó de escribirlo, el manuscrito fue rechazado por Einaudi y se publicó en un modesto sello, recién en 1957 la prestigiosa editorial italiana dio marcha atrás y con una nueva publicación el libro tuvo una gran difusión. Ahora llega a la Argentina junto a dos escritos posteriores -que completan la trilogía- de la mano de Océano.
Primo Levi nació en Turín el 31 de julio de 1919 y murió en 1987 al caerse por el hueco de una escalera (hay dudas si fue un acto voluntario o un accidente). Estudió química entre 1939 y 1941. Con la intervención alemana en el norte de Italia, ocurrida en el año 1943, se unió a un grupo judío de la Resistencia.
Un escuadrón de milicianos fascistas lo detuvo a fines de 1943 y el 22 de febrero de 1944 partió el tren que lo llevaba al campo de concentración Auschwitz-Birkenau. Casi un año después -el 27 de enero de 1945- llegaron al campo, abandonado por los alemanes, los primeros soldados rusos.
Cuando Levi llega a Turín en octubre de 1945, cuenta el escritor español Antonio Muñoz Molina en el prólogo de la trilogía, "su vida continuó exteriormente como si nada hubiera sucedido, como si no faltaran en ella esos dos años escasos de negrura absoluta, de residencia en el infierno".
Y precisa que "se consagró tenazmente a contar su experiencia, a sostener la memoria de los campos (...) pero nunca accedió al victimismo blando, a la sentimentalización del sufrimiento, a la tranquilidad de conciencia que habría obtenido aceptando una división limpia y nítida entre los oprimidos y los opresores, entre los verdugos y las víctimas".
También, apunta el escritor español, "le desagradaba la palabra `Holocausto` porque veía en ella una tentativa de encontrar un sentido de sacrificio sublime o de pasión religiosa a lo que no había sido más que un proyecto político de sometimiento y destrucción de los seres humanos".
Así como el italiano tiene una compulsión por contar, es consciente de la imposibilidad de un testimonio completo para quien estuvo inmerso en “un tipo de noche que los ojos humanos no podrían atestiguar y sobrevivir”.
"Al cabo de los años -escribe Levi en Los hundidos y los salvados- se puede afirmar hoy que la historia de los Lager (campos de concentración) ha sido escrita casi exclusivamente por quienes como yo, no han llegado hasta el fondo. Quien lo ha hecho no ha vuelto, o su capacidad de observación estuvo paralizada por el sufrimiento y la incomprensión".
Como bien resalta Muñoz Molina, en Si esto es un hombre está escrito al estilo de los informes semanales que el autor realizaba en la fábrica donde trabajó como químico, en el que se ve "un despojamiento que tiene mucho de actitud moral".
En este primer libro el escritor deja de lado los adjetivos para embarcarse en una minuciosa y detallada descripción del campo de concentración y de aquellos que sobreviven literalmente "fuera del mundo".
Primo Levi tardó años en publicar el segundo libro, La tregua, que toma los acontecimientos inmediatamente posteriores a la liberación del campo por el Ejército Rojo; un texto escrito en un tono totalmente diferente, más literario y relacionado con "las novelas picarescas de la tradición centroeuropea".
La tregua, apunta Muñoz Molina, "trata de un tiempo suspendido, en el que ha terminado la guerra pero no existe todavía la paz, en el que tras el fin del horror perduran las heridas y el desorden que ha dejado, un continente entero devastado, lleno de muertos, de ruinas, de fábricas y ferrocarriles destrozados, de campos de concentración, de muchedumbres de deportados y apátridas".
En este libro, "la vida regresa con el tumulto de una inundación, pero el daño ha sido demasiado profundo, y en el fondo de quien ha logrado sobrevivir y regresar late la sospecha de que hay heridas que nunca podrán curarse, de que no hay modo de salir nunca más del campo".
De los libros que componen "Trilogía de Auschwitz", el español menciona que Los hundidos y los salvados, "es el más alejado en el tiempo de la experiencia de Auschwitz, es también el más lleno de desolación, no sólo por la persistencia de las heridas del pasado, sino también por la amargura del presente y el miedo al porvenir".
"«Ha sucedido -escribe Levi del nazismo-, y por consiguiente, puede volver a suceder; esto es la esencia de lo que tenemos que decir»".
Télam
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