martes, 30 de julio de 2013
“Es posible que el ´55 no hubiera sido lo que fue si Eva Perón hubiera vivido”
Lorenzo Pepe: Me siento agradecido, a lo mejor porque uno ha envejecido abrazado a estas banderas que son novedosas para estos jóvenes, pero que uno las tomó cuando era muy chico. Yo quiero contar una anécdota con respecto a la figura de Eva y también de Perón porque juntos eran indisolubles.
A los 19 años yo era congresal del Congreso Ferroviario Ordinario que todos los años se llevaba a cabo. Esa Unión Ferroviaria que fue creada allá por 1922 y que ha sufrido últimamente situaciones que en lo personal me han angustiado y muy mal. Perón y Eva tenían una costumbre de acercarse a las congregaciones, para utilizar un término religioso, a las congregaciones obreras, nunca más lo vi que se repitiera, nunca más. Iban los dos y Eva besaba, es una forma de decir, arrimaba su cara a la francesa sobre la cara de cada uno de los 289 trabajadores ferroviarios que había en ese Congreso. Y Perón no te daba la mano, iba derecho al abrazo. Tanto que cuando lo vi en el exilio, tembloroso, 34 años yo y 70 años él, en Puerta de Hierro en el doloroso exilio de Perón, yo iba con la mano extendida y con la voz arenosa que lo destacaba me dijo: “la mano no, el abrazo Lorenzo”. Toda esta cosa que parece tan banal para los que no nos entienden, para los que nos siguen puteando enfrente, que ya deberían haber recapacitado y haber entendido que este es un Movimiento en serio, que vino para quedarse porque formamos parte de una corriente histórica inamovible, que nació con la República. (Aplausos)
Algunos de mis compañeros cuando yo hago la remembranza “dónde hubiéramos estado” para justificar a nuestras propias mujeres en esta pelea en el año ’13 o ’14 del siglo XIX, hubiéramos estado desnudos y a pata en el ejército libertador, en qué otro lugar iba a estar el peronismo. Un poco más cercano hubiéramos estado con Belgrano, primero en la frontera norte y luego con el general gaucho que se bancó seis intentos de toma del Virreinato del Río de la Plata. Un poco más cercano hubiéramos estado con los colorados de Juan Manuel de Rosas, un poco más cercano en la Vuelta de Obligado con Lucio V. Mansilla, el sordo Tormes y Alsogaray el bueno, y más cercano hubiéramos estado con orilleros de Hipólito Yrigoyen y el 17 de Octubre fuimos, el Día del Descamisado, fundacional de un movimiento de masas no conocido en toda América Latina y que tiene plena vigencia hoy.
Un compañero de prensa me decía hoy “¿pero no está muy fracturado el peronismo?”, miré, el día que dejemos de estar fracturados, habremos dejado el peronismo. No está mal que discutamos adentro y en buena hora que esto exista, no hay otro sector político que tenga este tipo de práctica. Yo me reía en A dos voces, pero mucho, porque veía un grupo, tres hombres: Terragno, Prat Gay y Solanas, que discutían entre ellos poco más que acaloradamente, pero están juntos en una organización que se llama Unen. Ahora: cómo cuernos van a funcionar en el caso que uno de ellos realmente gane, ¿los otros lo van a seguir? Yo les anticipo que no.
¿Cuál es el riesgo de un movimiento popular como el nuestro con una mujer emblemática, esa mujer que besaba a la francesa, ese Perón que abrazaba, cuál es el riesgo? Que nos equivoquemos de rumbo, y ahora va a haber una prueba en los próximos días, en los próximos meses. Hay mucha gente disconforme por muchas razones, y alguna con razón, pero todo lo que se ha hecho hasta ahora es peronista. A lo mejor no se manifiesta todo lo que nos gustaría a nosotros, por lo menos a mí, un viejo ya, que les garantizo a los jóvenes no es ninguna virtud esa. Lo que sí yo no me voy a oponer a los pibes en la actividad política, nunca porque yo empecé cuando tenía 17 años, y estos tienen un año más, un año menos que yo, tienen 16 y van votar esta vez.
Yo tengo una enorme confianza en el futuro de la república, pero aún más tengo confianza en la composición de este masivo componente que es nuestro movimiento en el que la mujer hoy tiene una preponderancia increíble hace apenas unos años atrás. Yo recuerdo, yo llegué en el ´83 al Congreso, y seis o siete mujeres, recuerdo que cuando se abrió el cupo llegó un grupo importante de compañeras, muy importante. Recuerdo una charla con Irma Roy que, yo veía que se juntaban en la Cámara, en el recinto todas las mujeres juntas y los hombres esparcidos en el resto del recinto. Un día –por viejo nada más- me tomé el atrevimiento de decirles “compañeras, ustedes llegaron no para ser un bloque, sino para mezclarse con nosotros”. Y lo entendieron, entonces se distribuyeron y sabe qué consiguieron: que morigeráramos el discurso; que obligan a los hombres a ser más cautos, ser más prudentes.
A mí no me gusta hoy el Parlamente descalificador, el Parlamento debe ser un órgano constructor de las realizaciones que la gente pide, y por ahí pasan las esperanzas de los argentinos. Y hoy debe ser así porque hoy se pelean por ser diputados, ¿debe ser así?. Todos quieren ser diputados y dejan los puestos ejecutivos como puede ser una intendencia importante y sus diferentes órganos para ser diputados. ¿Serán diputados o nos encontraremos que luego de las elecciones también era testimonial eso?
En fin, a no confundirse y a recordar esa Eva en los gestos enormes de valentía, de heroicidad como no se ha conocido, no hay en toda América Latina un ejemplo como el de Eva, por lo menos en el siglo XX, como el de Eva Perón. Una mujer que ni siquiera supo quién la operó, quien la intervino quirúrgicamente, el General en búsqueda de salvarle la vida trajo al mejor especialista en cáncer de útero en este caso que Eva Perón sufrió y la llevó definitivamente a la inmortalidad y a la gloria.
Pero yo recuerdo sus discursos combativos, estaba en la primera línea y digo más aún: es muy posible que en 1955 no hubiera sido lo que fue si Eva Perón hubiera vivido. Estoy casi seguro que hubiéramos resistido ese golpe maldito, sacrílego, brutal, prepotente que bombardeó y fusiló y que después fueron rápidamente a Uruguay a pedir asilo, ninguno de esos fue juzgado.
Los que venimos de esa época, los que conocimos Argentina antes de la década de Juan Perón, podemos dar fe que ese discurso aristocrático, engolosinado, pretendiendo confundir aún más, en algunos casos, a nuestros compañeros hasta analfabetos: “ustedes tienen una pobreza digna”. Carajo, no había mentira más grande que esa, éramos pobres de toda pobreza, y apareció un tipo y una mujer que le hizo pata para crear la dignidad como un bien ganancial de los trabajadores y la presencia en la política y en el Estado ya es una forma permanente y absoluta. Algunas veces con más preponderancia y otras veces con menos, pero no nos van a sacar a los peronistas del cauce de la historia.
sible que el ´55 no hubiera sido lo que fue si Eva Perón hubiera vivido”
Palabras de Lorenzo Pepe, Sec Gral del Instituto Nacional “Juan Domingo Perón” de Estudios e Investigaciones Históricas, Sociales y Políticas; en el acto de apertura de la Muestra Eva Perón en los libros.
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