lunes, 29 de julio de 2013
28.07.2013 | Cloacas, agua potable, vivienda y otros servicios básicos están ausentes en las barriadas del municipio Cómo se vive en el Tigre profundo que Sergio Massa prefiere ocultar
Tiempo Argentino recorrió los barrios Garrote y La Costilla, a unas 25 cuadras del centro de la ciudad que algunos comparan con Miami. Tiene el presupuesto per cápita de San Isidro, y los peores indicadores sociales de Zona Norte.
Por:
Nicolás Eisler
El barrio de La Costilla está a sólo 25 cuadras del centro de Tigre, pero el progreso parece no haberse enterado. Allí no llegaron las bondades del modelo massista ni tampoco hubo "década ganada". En La Costilla no hay red de agua potable, no hay red de gas, no hay cloacas, no hay nada. Tres canillas que abastecen a las 68 familias que viven en la barriada son el único elemento que atestigua la presencia del Estado en el lugar.
"La mejor forma de incluir es con la igualdad de oportunidades. Esto se genera cuando todos tienen el mismo espacio público y los mismos servicios", reflexionó el alcalde ribereño Sergio Massa después de inaugurar una red de gas en el barrio el Prado de Benavídez, en 2011.
A pesar de sus esfuerzos para comparar a Tigre con Miami o Disneylandia, la declamada "igualdad de oportunidades" no rige en ninguno de los 39 barrios o villas miseria que están desparramadas en los 147 kilómetros cuadrados continentales del municipio. Y no es que en Tigre falte dinero. El presupuesto para 2013 rozará los $ 1600 millones, que, repartidos entre sus 376 mil habitantes, arroja un total del $ 4250 per cápita, según un estudio del Grupo de Estudios de Economía Nacional y Popular (GEENaP), una agrupación kirchnerista surgida al calor del conflicto de la Rosada con el campo en 2008.
En el vecino San Fernando, el presupuesto asciende a $ 3276 per cápita, mientras que San Isidro, el municipio más rico de la provincia, maneja cifras apenas superiores a Tigre: $ 4265 por persona. Y tienen mejores indicadores sociales que la patria adoptiva de Massa. "La realidad de Tigre no escapa a lo que se ve en el resto del Conurbano, pero Massa quiere vender otra cosa", dice Federico Ugo, subsecretario bonaerense de Acción Cooperativa y cabeza de la lista de concejales del Frente para la Victoria en Tigre.
"Las cloacas tienen que ver con mejorar realmente la calidad de vida de la gente y no con sólo maquillarle la cara. Si uno no hace este tipo de obras, todo lo demás no sirve para nada" (Massa, 3/10/2011).
A pesar de asegurar en abril de 2008 que su "compromiso es que el gas, el agua, la electricidad y las cloacas lleguen por igual a todos los vecinos de Tigre", al ex jefe de Gabinete, en rigor, le tocó en suerte cortar las cintas inaugurales de obras iniciadas por su antecesor en la alcaldía ribereña, el "vecinal" Ricardo Ubieto. Algunas de ellas tildadas precisamente de "cosméticas" en su momento. "Se ve mucha obra en los centros comerciales y circuitos turísticos, pero no de infraestructura en los barrios", advierte Ugo.
En el barrio Almirante Brown, más conocido como Villa Garrote, tampoco hay cloacas. Ubicado a cinco minutos del Palacio Municipal, alberga a 850 familias, las que, por sus propios medios, improvisaron una red cloacal que desemboca en el canal San Fernando, lindante con Garrote.
Ese cauce, como no podía ser de otra manera, es uno de los más contaminados de la zona. "Cuando sube la marea vuelven los excrementos", suelta Graciela, mientras le pide a su hija que le cebe un mate. "Cuando llueve se tapan las cloacas y la mierda flota por los pasillos", se suma Lorena, que también vive en Garrote.
El agua que viene del canal San Fernando se filtra en la tierra, la contamina y todo se convierte en un festival de parásitos que acaban infectando a los miles de pibes de Garrote. De allí que las epidemias sean moneda corriente en el barrio.
Las cloacas son un bien escaso y extraño en Tigre. Según un informe de UNICEF, en 2010 beneficiaban al 17,3% de la población, un número ligeramente superior al 13,7% que contaba con desagües en 2001. La cifra parece aun más baja si se la compara con el 48% de hogares que, en promedio, cuentan con cloacas en Buenos Aires.
En 2007 y 2011, "Agua y cloacas para Tigre" fue uno de los lemas de las sendas campañas que llevaron –y mantuvieron– a Massa al frente de la intendencia.
En el caso de la población sin cobertura de agua en red, las cifras tampoco son un canto a la esperanza. Es más, permanecieron casi inalteradas durante una década, al pasar de 35,9% en 2001 a 35,7% en 2010. En este caso los números tampoco favorecen a Tigre, que está un 10% por debajo de la media provincial.
Cifras que explican también la mortalidad infantil, que llega al 12,9%, más alta que la de municipios vecinos e, incluso, superior a la media provincial, que se eleva a 12 por ciento. En Tigre mueren alrededor de 100 niños por año.
"El último Censo Nacional muestra una clara reversión de población sin agua potable y sin cloacas" (Massa, febrero 2013).
"En las zonas de countries y barrios cerrados el desarrollo de los servicios públicos es muy rápido", señala Ugo. Fue en la década del '90 cuando Ubieto empezó a alentar la construcción de urbanizaciones cerradas y surgieron los primeros proyectos. Hoy, complejos como Nordelta o Santa Bárbara y demás creaciones de la empresa Eidico –propiedad de Jorge O'Reilly, amigo y ex asesor de Massa– ocupan el 60% de la superficie del municipio, aunque hospedan al 10% de la población. "En el otro 40% del territorio el avance de obras de infraestructura es mucho más lento", explica el funcionario sciolista.
Los barrios cerrados florecen en Tigre como los parásitos en Garrote. En esta barriada se filmó el unitario El Puntero, que emitió Canal 13 antes de las elecciones de 2011. "Ellos mostraron un poco la realidad que vivimos todos los días y para nosotros era como un trabajo. Pero a la gente del municipio no le gustó y se tuvieron que ir", recuerda Graciela, que participó en varios capítulos del programa. Tanto ella como otras vecinas debieron trasladarse a distintas locaciones para terminar el rodaje. Al parecer, y según confía Lorena, a Massa no le gustaba que "la gente supiera que Garrote está en Tigre". Tampoco a los desarrolladores inmobiliarios les gusta que Garrote esté en Tigre. La compañía TGLT, asociada con PDG, el broker inmobiliario más grande de Latinoamérica, planea construir a pocos metros de ese barrio su proyecto "Venice" (Venecia, en español). Prometen que tendrá 32 hectáreas y 500 metros de costa sobre el río Luján, algo expresamente prohibido por la ley argentina que exige que los propietarios que limitan con ríos o canales dejen un camino de 35 metros hasta la orilla.
El megaproyecto, lindante con Garrote, ocupará los terrenos que pertenecían al astillero ASTARSA, cerrado en la década del '90. Allí fueron secuestrados once obreros durante la última dictadura cívico-militar, y organismos de Derechos Humanos habían propuesto a Massa levantar en el predio un espacio de la memoria. Al parecer, los planteos no resultaron lo suficientemente convincentes. Por eso, los interesados en adquirir una propiedad en ese lugar donde –promete el marketing– "todos pueden tener su embarcación", son invitados a deleitarse con el showroom de lunes a domingo, de 10 a 19 horas.
"Así como creció Tigre, ahora va a crecer la gente de Tigre" (Massa, 7/4/2009).
Lorena asegura que, más que hacerla "crecer", la quieren ver lejos. Bien lejos. "Nos quieren sacar porque vivimos en la tierra más valiosa de todo Tigre", dice a Tiempo Argentino.
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