martes, 30 de julio de 2013
Homosexualidad y castidad Por Washington Uranga
En su viaje de regreso a Roma después de su visita a Brasil, el papa Francisco tuvo un distendido diálogo con los periodistas y sostuvo allí que “si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?”. Correspondería preguntarse si estas afirmaciones del Papa pueden constituir un cambio de la posición de la Iglesia Católica respecto de la homosexualidad. Y la respuesta sería categóricamente “no”. Porque Francisco no afirmó nada distinto a aquello que la Iglesia viene sosteniendo. Y él mismo lo aclaró: “el catecismo de la Iglesia Católica lo explica de forma muy linda esto”.
¿Qué dice al respecto el catecismo?
En la tercera parte de la segunda sección, bajo el subtítulo “Castidad y homosexualidad”, en el párrafo 2358, puede leerse que “un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba”. “Tendencia” es la palabra que usó Francisco para calificar la homosexualidad y ése es el mismo vocablo que figura en el catecismo. El texto de la Iglesia agrega que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza”. Y aconseja que “se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”. Francisco dijo ahora que “el problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos”. Nada nuevo bajo el sol.
¿Cuál es la propuesta que el catecismo de la Iglesia Católica –al que Bergoglio remitió– hace para los homosexuales? “Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.” (Nº 2359).
¿Hacen falta más explicaciones?
No habrá cambios en la doctrina de la Iglesia respecto de la homosexualidad. Lo que sí resulta posible es que, a instancias de Bergoglio, la Iglesia cambie la actitud agresiva que ha tenido respecto de los homosexuales por una conducta más “pastoral”, o dicho de otra manera, cercana y comprensiva de aquellos que tienen “esa tendencia”. Puede haber diálogos y hasta respeto por la diferencia, pero no modificaciones en los aspectos sustanciales de la enseñanza en la materia. Tampoco la aceptación pública de que la homosexualidad es una realidad puertas adentro de la institución católica.
¿Y cómo se entiende la afirmación de que “el problema es hacer un lobby (gay)”? Es difícil saber qué pasó por la cabeza de Bergoglio cuando hizo la aseveración o a qué está apuntando cuando señala al “lobby” y dice que todo “lobby es malo”. Más difícil aún de comprender cuando, desde la Argentina, se recuerda la militancia (¿política? ¿lobby?) que el propio Bergoglio y los obispos argentinos hicieron para tratar de impedir la aprobación de la ley sobre matrimonio igualitario.
Podría sintetizarse entonces que Francisco aconseja que la actitud frente a los homosexuales debe ser caritativa, sin juzgar esa “tendencia” y siempre y cuando los gays no hagan política en defensa de sus derechos.
RESPUESTA DE LAS ORGANIZACIONES
“Cambio retórico”
Organizaciones de la diversidad sexual se expresaron ayer ante las declaraciones del papa Francisco en las que hizo mención a los homosexuales. Desde la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) consideraron que hubo un “cambio de actitud” por parte del Papa al referirse a los gays, aunque sostuvieron que son necesarias “modificaciones más profundas” en la postura de la Iglesia. La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt) pidió, por su parte, una “profunda autocrítica” y una “condena firme” a la discriminación sufrida por esa comunidad. En Uruguay, el colectivo gay Ovejas Negras consideró “positivas” las declaraciones de Francisco, aunque también advirtió que faltan todavía “actos concretos”.
Durante una conferencia de prensa que ofreció en el avión que lo llevó de vuelta desde Río de Janeiro hasta el Vaticano, el Papa sostuvo que “si una persona es gay, pero busca al Señor con buena voluntad, ¿por qué debería yo juzgarlo?” y afirmó que “el problema no es tener esa tendencia, sino constituir un lobby” (ver aparte).
En diálogo con Página/12, el presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), César Cigliutti, consideró los dichos del Papa como un “cambio de actitud” que, sin embargo, hay que “seguir profundizando”. “Que el Papa hable de los gays y que lo haga en ese tono es algo novedoso. Se advierte una disminución de la intensidad en el enfrentamiento que ha tenido siempre el Vaticano con las personas homosexuales. Esperamos que este cambio de actitud se refleje en modificaciones más profundas: en las políticas vaticanas y en la definición que tienen hacia nosotros como ‘desviación de la naturaleza’, que causa mucha discriminación y violencia hacia nuestra comunidad en todo el mundo”, explicó Cigliutti. Con respecto al lobby, el presidente de la CHA recordó que “como organización de derechos humanos, hace 29 años que trabajamos por los derechos de nuestra comunidad y en esta práctica está, por supuesto, hacer lobby. Nosotros lo hacemos y ellos, como Iglesia, también. De hecho, el entonces cardenal Bergoglio hizo lobby junto a algunas iglesias evangélicas en la marcha del 13 de junio de 2010 para enfrentar la ley de matrimonio igualitario (foto)”.
Desde la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt) consideraron insuficiente la voluntad papal de no juzgar a los homosexuales y reclamaron una fuerte autocrítica por parte de la jerarquía vaticana. Esteban Paulón, presidente de la organización, indicó a este diario que las declaraciones del Papa “son simplemente un cambio cosmético, una retórica más simpática sobre un tema en el que, en los hechos, el Vaticano sigue actuando igual que siempre. Para la iglesia no hay problema si sos gay y seguís el camino de Dios, el problema es cuando se decide ejercer la homosexualidad, es decir, formar un familia, casarte, mostrarlo públicamente. Ser homosexual no es pecado, sino que, desde una mirada misericordiosa, ven a la homosexualidad como una enfermedad. Lo que sí condenan es la práctica homosexual”. A su vez, Paulón agregó que “no alcanza con los dichos, es necesaria una profunda autocrítica de parte de la jerarquía de la Iglesia sobre la posición que históricamente ha tenido en relación con lesbianas, gays, bisexuales y trans. Más que declaraciones de ocasión y demagógicas, sería sumamente importante una declaración clara y contundente contra la violencia y persecución que sufrimos en nuestra comunidad con la penalización de la homosexualidad en más de setenta países del mundo, ocho de los cuales la penan incluso con la muerte”, dijo Paulón. “No olvidemos que este Papa es el mismo que llamó a ‘una guerra de Dios contra el plan del demonio’ que suponía la ley de matrimonio igualitario”, agregó.
En Uruguay, el colectivo gay Ovejas Negras consideró “positivas” las declaraciones del papa Francisco, aunque también advirtió que faltan todavía “actos concretos”. “Me parece que son muestras de buenas intenciones por parte del Papa y el discurso parece el germen de un inicio de cambio, pero habrá que ver si con el tiempo esto se plasma en actos concretos”, afirmó Michelle Suárez, portavoz de Ovejas Negras y primera abogada transexual de Uruguay.
Informe: Nicolás Andrada
30/07/13 Página|12
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