miércoles, 31 de julio de 2013

MARGARITA CAMUS, VICTIMA Y QUERELLANTE, HABLA DE LA FUGA DE LOS REPRESORES JORGE OLIVERA Y GUSTAVO DE MARCHI

“Estos tipos aún tienen contactos y logística” “Los mecanismos que existen nos parecen totalmente insuficientes y lentos para protegernos.” La jueza Camus cuenta que la fuga de los represores “fue un mazazo en la nuca. A 21 días de haber logrado la condena, no lo podíamos creer”. Dice que “se minimizaron la capacidad operativa y el nivel de contactos que todavía tienen estos tipos”. Por Ailín Bullentini “Nerviosa.” “Cansadísima.” “Aterrorizada.” Así se siente la jueza Margarita Camus, sobreviviente de delitos de lesa humanidad en San Juan, víctima y querellante en el juicio que culminó con la condena de los represores Jorge Olivera y Gustavo De Marchi, prófugos desde el miércoles pasado, cuando se fugaron del Hospital Militar Central. En diálogo con este diario, Camus confesó que la noticia de la fuga le cayó “como un mazazo en la nuca” y lamentó la “soledad” en la que se encuentran las víctimas de violaciones a los derechos humanos en San Juan: “No podemos concebir que, después de todo lo que pasamos, tengamos que consolarnos entre víctimas”. Aseguró que por estos días trabajan para presentarse como querellantes en las causas que en Buenos Aires investigan los escapes: “Queremos a todos los responsables”, sentenció. –¿Cómo reaccionó cuando supo que Olivera y De Marchi se habían fugado? –Fue un mazazo en la nuca. A 21 días de haber logrado la condena, no lo podíamos creer. Ni siquiera sabíamos del traslado. Esto se actuó en el Juzgado de Instrucción, no notificaron a las querellas. Y la verdad es que la fuga era completamente imaginable. Olivera llega detenido al juicio, lo habían agarrado en Vicente López en 2008 con DNI falso. De Marchi se suma después; estaba prófugo desde que la Cámara de Mendoza lo había excarcelado. Olivera se había escapado de Italia en 2000, cuando se lo empezó a buscar. Ahí había sido abogado de Suárez Mason. No estamos hablando de perejiles. –¿A quién le atribuye responsabilidades por la fuga? –Se minimizan la capacidad operativa que todavía tienen estos tipos y el nivel de contactos y capacidad de logística para hacer cosas como ésta. Estos tipos tienen disponibilidad económica, tienen contactos en las Fuerzas Armadas, en la oligarquía y afuera (en el exterior). Por otro lado, la instrucción fue muy conflictiva en cuanto a su avance debido al juez (Leopoldo Rago Gallo) que la desarrolló, que está sospechado de ser cómplice de Miret y Romano. Pero nunca un hecho de esta magnitud. Camus estuvo detenida en el penal de Chimbas durante la última dictadura militar, desde el día en que sus padres la acompañaron a presentarse ante el Regimiento de Infantería de Montaña número 22, a donde la habían citado. En Chimbas la torturaron y sufrió abusos. En el ’77 la hicieron firmar una declaración falsa, encapuchada, golpeada y con un revólver en la cabeza. “Olivera fue condenado por mi privación ilegítima de la libertad, los tormentos y el abuso sexual que sufrí”, contó. La condena abarcó también otros 50 casos de privaciones ilegítimas y tormentos agravados, más una tortura seguida de muerte y tres homicidios doblemente agravados. –¿Cómo se comportaron De Marchi y Olivera durante el juicio? –Burlones, insultantes, amenazantes. Olivera ha sido especialmente agresivo. Nos sobraba a todos durante las ampliaciones de indagatoria que pedía. Ellos piensan que los que no somos milicos somos retardados, entonces se la pasaba explicando cómo era la cadena de mandos, como si estuviera dando clase. Ambos me dedicaron las últimas palabras por ser sobreviviente y querellante y poner 30 años de mi vida para que los juzguen. Acá no existen mecanismos reales para proteger a testigos y a víctimas. Hemos sufrido amenazas, a mis hijas les cortaron el conducto de líquido de frenos (de su auto) en agosto del año pasado. Yo estoy sin teléfono de línea desde que terminó el juicio. Será una casualidad, pero yo a esta altura no creo más en casualidades. Estamos bastante solos. En este momento, los mecanismos que existen nos parecen totalmente insuficientes y lentos para protegernos. Esta situación nos sumergió en la incertidumbre y el temor. 31/07/13 Página|12

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