lunes, 24 de junio de 2013
Reforma curricular en la NES “Apuntan a una formación secundaria “lavada” y light”
Entrevista con el Lic. Juan Manuel Heredia, representante por mayoría de Graduados en la Junta Departamental de Filosofía (UBA). "No es posible delegar en otras asignaturas lo que le cabe a la Filosofía por derecho propio".
APU: ¿Cómo analizas esta propuesta?
Juan Manuel Heredia: En principio, quisiera señalar que la idea de renovar la escuela secundaria, repensar su estructura y sus contenidos, unificar criterios a nivel federal, distinguir orientaciones, etc. no me parece una mala idea. Es decir, no tengo una posición conservadora al respecto; tras el fracaso estrepitoso del EGB es necesario pensar una reforma de la escuela secundaria a nivel nacional y es, de hecho, lo que se viene haciendo desde el 2009 (res. CFE nro. 84) con la aprobación del documento “Lineamientos políticos y estratégicos de la Escuela Secundaria”.
Ahora bien, el problema surge con el pre-diseño de la Nueva Escuela Secundaria del GCBA. Cuando tomamos conocimiento del mismo, hace casi tres semanas, desde el Departamento de Filosofía (UBA) –en el cual soy representante por la mayoría de graduados (Genealogía)- nos pusimos a evaluarlo y comenzamos a dar la voz de alerta a toda la comunidad. Hicimos un encuentro interclaustros en la FFyL el 4 de junio con todos los sectores de la carrera de filosofía, con representantes de la SAPFI (Asociación Argentina de Profesores de Filosofía) y de institutos de formación terciaria, para evaluar colectivamente el pre-diseño y posibles medidas de acción; aprobamos por unanimidad una declaración en la reunión de Junta Departamental el 14 de junio y actualmente estamos recolectando adhesiones para repudiar la propuesta (ya llevamos más de 660 adhesiones).
A partir de estas instancias colectivas de reflexión y debate la percepción que emerge es de un profundo desacuerdo con el pre-diseño del GCBA. Y ello no sólo por su impacto perjudicial en términos de inserción laboral para con los estudiantes y graduados en filosofía (preocupación genuina y respetable por cierto), sino fundamentalmente por un desacuerdo de orden conceptual. ¿Por qué rechazamos el pre-diseño, entonces? Porque a la materia Filosofía se le asigna un lugar marginal (deviene materia optativa en 9 de las 10 orientaciones de la NES) y nosotros creemos que por su importancia para la formación y la potenciación de una ciudadanía crítica, reflexiva y argumentativa debería ser obligatoria en todas las orientaciones. En este punto, el pre-diseño del GCBA resulta sorprendente. En primer lugar, porque una decisión pedagógica de esas características se encuentra reñida conceptualmente con las propias finalidades y objetivos que el Pre Diseño del GCBA propone para la NES, así como con el perfil del egresado que se busca fomentar. En este punto, por ejemplo, el pre-diseño habla mucho de fomentar en los estudiantes el pensamiento crítico pero diluye esas pretensiones en términos de “contenidos transversales” que no se sabe bien quién abordará ni cómo. Asimismo, se refiere reiteradamente a la necesidad de promover una práctica argumentativa entre los estudiantes pero sólo plantea un Taller de Argumentación en sólo una de las diez orientaciones. En segundo lugar, porque el Pre-diseño del GCBA se desentiende completamente del hecho de que el Consejo Federal de Educación, en su resolución N° 180/12, considera a la asignatura Filosofía como un Núcleo de Aprendizaje Prioritario y señala que “la enseñanza de Filosofía en el ciclo orientado de la Educación Secundaria puede desarrollarse en uno, dos o tres años según las definiciones curriculares de cada Jurisdicción”. Asimismo, como señalan los compañeros de la SAPFI, se desentiende de las recomendaciones que la UNESCO hiciera hace ya una década en el sentido de la imperiosa necesidad de incluir la enseñanza de la Filosofía. En este punto, como contraejemplo, cabe recordar que en otras jurisdicciones, como ser la Provincia de Buenos Aires, el Diseño Curricular para la Educación Secundaria y el Marco General para el Ciclo Superior, incluyen a la Filosofía como asignatura de formación común y obligatoria para todas las orientaciones.
En términos generales, creemos que no es posible diluir la especificidad de la enseñanza de la Filosofía en términos de “contenidos transversales”, ni es posible delegar en otras asignaturas lo que le cabe a la Filosofía por derecho propio o delegar en profesores sin formación filosófica el dictado de cuestiones netamente filosóficas como ser la ética, la lógica y la argumentación, el cuestionamiento del sentido común, la explicación de qué es una idea o un concepto, la pregunta por lo real y lo aparente, el problema de la verdad, la noción de libertad, y un largo etcétera. No vemos cómo esas cuestiones, que consideramos centrales para el desarrollo de toda persona, puedan ser abordadas lateralmente o, directamente, ser consideradas optativas.
APU: ¿Qué contenidos no se impartirían a partir de la reforma?
JMH: En principio, yo remarcaría dos cuestiones. Por un lado, el hecho de convertir a Filosofía en materia optativa, lo cual implica un desconocimiento total de su relevancia para el desarrollo de una ciudadanía empoderada con un pensamiento crítico, reflexivo y argumentativo. Asimismo, el argumento que se da para plantear su optatividad resulta terriblemente cínico: se señala que cada institución o estudiante podrá elegir entre Filosofía o Psicología, y que “esta posibilidad contempla la necesidad de atender a la inserción de diferentes docentes que actualmente están en funciones en el sistema”. Es decir, que la inclusión (o no) de la filosofía no responde a un análisis conceptual de su valor o a una decisión pedagógica, sino a una cuestión puramente empírica que, si bien es importante, no puede ser definitoria a la hora de determinar el proyecto educativo para los estudiantes de la escuela secundaria. Que quede claro que no tenemos ningún problema con los compañeros psicólogos y que no estamos para nada interesados en entrar en un debate absurdo de filósofos contra psicólogos.
Por otro lado, resulta insólita la propuesta de suspender el dictado obligatorio de Historia en cuarto y quinto año. Pareciera que el Gobierno de la Ciudad busca evadir la problematización de cuestiones clave de la Historia Argentina del siglo XX y de la Historia Latinoamericana en los momentos de mayor maduración del estudiantado. En este punto, como señalan los compañeros historiadores, “este Pre Diseño parecen suponer que los objetivos curriculares podrían alcanzarse limitando la enseñanza de la Historia a los primeros años, sin tener por lo tanto en cuenta la maduración personal e intelectual de los estudiantes y dejando trunco al proceso de aprendizaje”. Por mi parte, entiendo que una movida de esas características solo puede estar destinada a evadir la problematización y reflexión de los adolescentes de entre 16 y 18 años frente a procesos políticos en la historia argentina reciente (como ser la dictadura militar y su plan económico, así como las complicidades civiles que la hicieron posible). Y ello implica una desconsideración total del valor que tiene el conocimiento histórico en la formación de ciudadanía y revela un temor insólito frente al carácter político del estudio de la historia.
APU: ¿Qué idea de formación secundaria subyace en la propuesta?
JNH: Es difícil para mí hacer un análisis global, porque no soy un especialista en la materia y en la reforma de la NES se entrecruzan diversos niveles institucionales y dimensiones del mundo educativo. No obstante, a partir de las cuestiones señaladas creo que se pueden advertir en el pre-diseño del GCBA elementos que apuntan a una formación secundaria “lavada” y light, es decir, una educación que teme hablar de la historia política reciente, que teme dar a los estudiantes herramientas conceptuales que les permitan desarrollar una actitud crítica frente a la realidad social y, más en general, una educación pretendidamente aséptica y neutral que nihiliza el sentido de lo público. Asimismo, estas consideraciones se vuelven más concretas y expresivas cuando se las pone en correlación con la política que el macrismo lleva en la Ciudad y, en particular, con la actitud que ha tenido (y tiene) para con los estudiantes de escuelas secundarias públicas (criminalización de las protestas y las tomas de colegios, severas sanciones a los docentes por el uso del derecho a huelga, persecución a las agrupaciones estudiantiles por medio del “0800-buchón”, y un largo etcétera).
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