domingo, 2 de junio de 2013

Por la protección del trabajo y el sostenimiento del consumo popular Por Francisco Balázs fbalazs@miradasalsu

En medio de una oposición política, dispersa y sin rumbo, sumada al feroz e incesante hostigamiento por parte de los grupos hegemónicos de comunicación al gobierno nacional, la Presidenta ratifica la decisión de profundizar el rumbo trazado a través de medidas destinadas a proteger el poder adquisitivo de los sectores de menores recursos y sostener el consumo, avanzando a contrapelo de las propuestas del arco opositor y mediático que reclama la aplicación de medidas ortodoxas para combatir la inflación y reducir el gasto publico. Las medidas oficiales se aplican en dos frentes clave: por un lado, en la implementación de acuerdos de precios, iniciada en el mes de febrero, que a partir de ayer se extiende con el congelamiento de 500 productos de consumo masivo. Es de destacar que entre los precios acordados no se encuentra el pan de panadería, que debiera ser considerado a incluir en acuerdos por cuerda separada con el sector panadero. Asimismo, la ausencia de publicación de avisos oficiales, informando la lista de productos, precios, supermercados y lugares donde el consumidor puede reclamar su incumplimiento el mismo día del comienzo del acuerdo de precios congelados no resulta una omisión menor, teniendo en cuenta la maquinaria desinformativa dirigida a esta decisión política. En el caso del control de precios, boicoteado y ridiculizado por la constante desinformación mediática, su impacto viene arrojando resultados superiores a los esperados. La baja de los indicadores inflacionarios que mide la provincia de Santa Fe, gobernada por la oposición, como de algunas consultoras privadas, arroja proyecciones que desmoronan las anunciadas por esas mismas consultoras privadas a principios del corriente año Por otro lado, a través del reciente aumento del 35% en las asignaciones familiares, incluida la Asignación Universal por Hijo (AUH), que representa un total de 18.000 millones de pesos que se volcarán al consumo directo, representando un importante impacto en términos redistributivos. En un informe que presentó el lunes pasado el Ministerio de Trabajo, como balance de los últimos diez años, surgen datos y cifras sorprendentes en términos de la creación de puestos del empleo formal en dicho período, y aunque incluye una importante disminución del trabajo informal comparado a los años 2002/2003, el actual porcentaje sigue siendo elevado, cercano al 33% del total de la población activa laboral. En cuanto al sostenimiento en la creación de nuevos puestos de trabajo, los dos últimos años muestran una desaceleración que se presenta, junto a la lucha por combatir la informalidad laboral, como los desafíos de los tiempos por venir. Está claro que la prioridad oficial es proteger el empleo existente y sostener el consumo y el poder adquisitivo, como queda demostrado en todas las medidas de gobierno, y como se logró durante el complicado año 2012 y lo que va del 2013, pero la ampliación e incorporación de nuevos jóvenes, año tras año, al mercado laboral presenta un desafío en ampliar oportunidades que deberán llegar acompañadas de la recuperación del crecimiento que se vislumbra a través de los índices de la construcción, la actividad industrial y automotriz, apoyada en la incipiente recuperación de la economía brasileña. El Gobierno, a través de estas medidas, y ante la proximidad de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), eleva la apuesta y exige definiciones al arco opositor, corriéndolo a sincerar sus propuestas como alternativa al actual proyecto político. Esto lleva a que los referentes de la oposición ya no puedan disimular, o esquivar, definiciones concretas; sus respuestas van llegando. Con respecto a disminuir la inflación, todas las propuestas apuntan a la reducción del gasto público, devaluación de la moneda, eliminación de subsidios (sin importar el impacto en los sectores más vulnerables). Nadie, hasta ahora, ha propuesto algo contrario a lo que realiza el Gobierno que no impacte en los sectores de menores recursos. En cuanto al resto de las definiciones opositoras, como alternativas de proyecto, son anunciadas o inferidas diariamente: recurrir al financiamiento externo a través de los mercados de capitales, y abrir el grifo del atesoramiento en dólares, desfinanciando todo proyecto de acumulación posible. En el plano de integración regional, está claro que las alianzas regionales actuales proponen desarmar y despegarse del proceso de integración actual. Cautelares. En cuanto a los dos proyectos convertidos en ley en las últimas semanas, el referido a la reforma del Poder Judicial, al que la oposición toda espera con las carpetas de medidas cautelares bajo el brazo, obtuvieron dos primeros fallos en su contra, ambos en la provincia de Buenos Aires, uno en Mar del Plata y otro en San Nicolás, declarando inconstitucionales algunos artículos de la ley que regula las medidas cautelares, y previamente fallando a favor de otra medida cautelar contra la elección de consejeros en la Magistratura. La Corte Suprema de Justicia de la Nación espera que llegue a esa instancia la convalidación o no de la constitucionalidad de las cautelares que se irán sumando en contra de la reforma del Poder Judicial. También corre el reloj con respecto al fallo de la ley de medios, luego de la apelación que el gobierno elevara a la Corte. En ambos casos, deberán lidiar contra las presiones del núcleo duro conservador del Poder judicial, jueces, abogados y defensores variopintos del judicialismo. Progresismos. El escandalete desatado a partir de la confusa situación de Hermes Binner y la expulsión del Partido Socialista del Foro Social de San Pablo se suma a otros complejos episodios expresados en declaraciones confusas y contradictorias del mismo Binner. No solamente respecto de su preferencia de voto a Henrique Capriles, sino a sus definiciones en pos de la libertad de expresión atadas a discursos en defensa de corporaciones a las que de ninguna manera un dirigente progresista podría, en cualquier otro momento, adherir más allá de las eventuales y fenomenales diferencias que pueda mantener con el actual Gobierno. Perder el eje respecto de posiciones que en todo marco son banderas de innegable pertenencia socialista, progresista u orillando la izquierda, no pueden ser corridos de lugar acurrucándose junto a los sectores más conservadores de la sociedad. Siguiendo el teorema de Elisa Carrió, que según manifestara abiertamente tiempo atrás comprendió que para derrotar al kirhcnerismo no alcanzaba el voto de centroizquierda y que debía sumarse a la derecha, el progresismo vernáculo en sus variadas expresiones va adoptando el perfil de un progresismo de derecha light, cercano a todo aquello que, exceptuando límites que se van corriendo a una velocidad extraordinaria (quién imaginaba a Fernando Solanas con Elisa Carrió) se observan en intentos de alianzas estrafalarios. El kirchnerismo ha producido un efecto enloquecedor en las tradicionales estructuras progresistas argentinas, sus maneras de accionar políticamente y en la recomposición de un discurso que solamente seduce a convocar a desesperados opositores al gobierno nacional, al menos para cumplir con el anhelado “fin de ciclo”. Ignorar el peso que las fuerzas conservadoras operan dentro de la sociedad argentina, y su eventual llegada al gobierno en el año 2015, es altamente riesgoso, y lo que les cuesta reconocer públicamente como logros de estos diez años, saben que serán llevados puestos por el rencor concentrado en amplios sectores de nuestra sociedad a las que también el kirchnerismo vino a perturbar, la enumeración de quienes fueron interpelados por el kirchnerismo ya ha sido realizada en otras oportunidades, en especial los medios de comunicación hegemónicos dan cuenta de ello diariamente. Gracias, Agustín. Los cambios de gabinete anunciados el jueves pasado obedecen a razones de reacomodamiento propios de un gobierno que también incluye estrategias electorales con vistas a las elecciones de agosto primero y octubre después. La designación de Rossi al frente del Ministerio de Defensa sorprendió a la propia tropa kirchnerista. La valoración y respeto que mereció su papel al frente de la bancada de la Cámara de Diputados del Frente para la Victoria desde el año 2007 lo convierte en una figura destacada del proyecto. Sólo recordar lo que ocurrió en los transcurridos años dentro del ámbito legislativo, con las convicciones y lealtad desempeñada por Rossi merecen, tomándose el autor de esta nota una licencia personal, expresar su reconocimiento, como el que supone debe ser de muchos más. Juliana Di Tullio lo reemplazará, habiendo demostrado capacidad y convicción para ocupar ese puesto clave. 02/06/13 Miradas al Sur

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