viernes, 5 de junio de 2015

¿Por qué cayeron las chances electorales del massismo? Por Pablo Méndez Shiff

El autor de la biografía no autorizada de Massa, Diego Genoud, analizó las razones del ascenso y el declive del Frente Renovador. En diálogo con INFOnews, pronosticó que el futuro de esa fuerza política es “muy complicado”. 

Cuando el periodista Diego Genoud terminó su investigación sobre Sergio Massa en enero de este año, no sabía que unos pocos meses después iba a ser conocido como el “perito forense” que analiza los vestigios del Frente Renovador más que como el biógrafo de esa fuerza política. En abril, publicó “Massa. Biografía no autorizada” (Sudamericana), un trabajo documentado que le llevó un año y medio de trabajo y permite entender el derrotero político del dirigente de 43 años que comenzó su carrera a los 16 en la UCeDe y sueña con suceder al kirchnerismo en 2015. Además de indagar en sus orígenes, el libro permite entender las razones de su declive en las encuestas, que llevaron a analistas y miembros del establishment a pedirle directamente que decline sus aspiraciones presidenciales.

En diálogo con INFOnews, Genoud analizó las presiones del poder económico que pesan sobre Massa y analizó el futuro de su espacio, al que calificó como “muy complicado”.

INFOnews: En el libro, sugerís que Massa quiere ocultar sus años de militancia en la UCeDe. ¿Cómo fue su paso por ese lugar?

Diego Genoud: Él siempre dice que estuvo poco tiempo, que era el morocho de la UCeDe. Se incorpora cuando tenía 16 años, en 1988, a través del concejal Alejandro Keck que hoy es funcionario macrista, y milita durante seis años. Él suele presentarlo como un pasaje fugaz, pero la verdad es que es bastante tiempo. Siempre digo que no hay que etiquetarlo en eso, pero sí es su formación inicial y al día de hoy le quedan una serie de colaboradores que trabajan con él en el Frente Renovador y relaciones con otros que hoy están en el kirchnerismo y el macrismo. Por decir tres ejemplos: Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría; Guillermo Viñuales, jefe de gabinete de Insaurralde; y Emilio Monzó, secretario de gobierno y armador político del macrismo.

IN: ¿Su salto al peronismo se dio de la mano de Graciela Caamaño?

DG: Sí, de Caamaño y Barrionuevo. Se incorpora primero al peronismo bonaerense y poco después con Barrionuevo y Marcela Durrieu se suma a la pata menemista de la provincia detrás de la candidatura de Palito Ortega.

IN: ¿Qué lugar tuvieron los Durrieu-Galmarini en la construcción de su carrera política?

DG: Básicamente, le abrieron las puertas del poder. Marcela le presentó a su hija y después Galmarini, un tipo que tenía relaciones no sólo porque era secretario de Menem sino porque había sido ministro de Duhalde, lo inserta en el peronismo. Massa conoce temprano la residencia de Olivos, a través de Malena, que fue vicedirectora nacional de Juventud con Menem a partir de 1998. Y Massa fue parte de ese equipo que trabajó con ella. Él dice que nunca fue funcionario, pero Malena sí y Pato Galmarini me contó que los dos empezaron a trabajar en ese momento dentro de la interna del menemismo. Ellos estaban con el sector de Kohan y disputaban ahí.

IN: ¿Qué hizo desde su mudanza geográfico-política a Tigre?

DG: Ni bien llegó, intentó armar el PJ. Cuentan que Duhalde fue en 2002 a Tigre y se sorprendió porque Massa había logrado encolumnar, en muy poco tiempo, a todos los caudillejos del partido detrás de su figura. El vecinalismo de Ricardo Ubieto era muy fuerte en el municipio y el logró juntar a todos los dirigentes que estaban sueltos en una reunión a la que fue el entonces presidente. Después, siempre tuvo su idea de desembarcar en Tigre a través del club, cuando no era nadie y llevó a Amado Boudou como tesorero. Y, finalmente, esperando que muriera Ubieto para competir. Para fortuna de Massa, eso pasó a fines de 2007 y ahí es cuando se largó. Como intendente, las cámaras de seguridad y la publicidad generada a partir de eso le permitieron instalarse como alguien conocido a nivel nacional.

El ocaso

IN: ¿Por qué se derrumbó el capital político de Massa? En 2013, era presentado como la "gran esperanza blanca" y ahora el establishment le pide directamente que decline sus aspiraciones presidenciales.

DG: Esa es la gran pregunta. Una posible respuesta es que salió a jugar muy fuerte con la inseguridad, que si bien era un eje de su campaña, lo terminó restringiendo a eso. Hizo un giro más conservador, con esto de decir que con el nuevo Código Penal iban a salir los delincuentes más tenebrosos a comerles los ojos a los ciudadanos de a pie. En ese primer momento, le dio la tapa de los diarios, pero después se demostró como algo de corto plazo. Pero no sé si es tanto eso como haber abandonado la agenda más social, más de los trabajadores que lo vieron en ese lejano 2013 como una opción distinta al kirchnerismo.

Hace un año, Massa estaba en el punto más alto. Con una campaña de mano dura, estaba acumulando mucho. Pero relegó esta otra agenda de las condiciones de vida de la mayoría de los sectores que habían apoyado al kirchnerismo y lo veían como una opción. Y también es cierto que hay un sector del poder económico que lo apoyó en 2013 y dejó de hacerlo en 2014 porque creen que Macri los representa mejor. Massa pensó que se comía la cancha y no se dio cuenta de que los otros –macrismo y kirchnerismo- también iban a jugar.

IN: ¿Cómo ves el panorama de Massa de acá en adelante?

DG: Lo veo complicado, muy complicado. Lo que más lo lastima es perder a su gente en la provincia de Buenos Aires. Le están comiendo el hígado: no es que le cortaron un brazo, empieza a desangrar en su propio territorio. Ahora está en una fase difícil porque no es que no puede salir de la provincia sino que en la misma provincia empieza a perder aliados fundamentales. Quizás no sea tan poderoso en 2013 como se creía y quizás hoy no sea tan débil como se supone. No lo doy por muerto, pero evidentemente está rezagado y hay que ver cómo se expresa la sociedad en las urnas.

iNFO|news

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