Un empleado de la fiscalía declaró que Nisman había resuelto su regreso con antelación. Los rumores alrededor de la declaración de Stiuso. Las dudas sobre la caja fuerte allanada.
Interrogantes - La declaración responde a por qué volvió Nisman, pero no alcanza para explicar por qué está muerto - Foto: ap
Un empleado de la fiscalía especial para el atentado contra la AMIA declaró ante la fiscal Viviana Fein que Alberto Nisman regresó el 12 de enero a Buenos Aires desde Europa convencido de que si no lo hacía perdería la fiscalía especial que investiga el mayor atentado antijudío de la historia argentina. La afirmación aparece casi perdida en el fárrago de una testimonial que es más una apreciación conceptual sobre Nisman que un aporte trascendente al esclarecimiento de su muerte.
Ese dato se ubica en contexto con la situación ya probada que indica que Nisman había emitido pasajes para regresar junto con su hija de 15 años desde Europa a Buenos Aires sin que lo supiera su ex pareja, Sandra Arroyo Salgado, quien estaba en el Viejo Continente con su otra hija. Planeaban confluir en un punto común más adelante, pero eso quedó frustrado. Un durísimo intercambio entre Nisman y Arroyo Salgado muestra la situación de tirantez que generó el regreso del fiscal a la Argentina.
La declaración del testigo, colaborador cercano de Nisman en la UFI AMIA, parece derribar la teoría de un llamado desde Buenos Aires advirtiéndole que la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, había resuelto apartarlo de la fiscalía. Y abre espacio para especular con que Nisman (u otra mente más sagaz y conocedora de las necesidades y los tiempos mediáticos en feria judicial) eligió el momento para su presentación por presunto "encubrimiento" de los acusados iraníes por el atentado contra la mutual judía que involucraba a Cristina Fernández de Kirchner.
Puesto así, e independientemente de la veracidad o no de la denuncia por encubrimiento, la situación que protagonizó Nisman se asemeja mucho más a una operación de prensa que a una urgente necesidad de denunciar un delito grave.
El secreto mejor guardado por Nisman, las razones de su regreso, parecen haber quedado revelados por la declaración de ese empleado jerarquizado, cuya identidad permanecerá en reserva.
La declaración responde a por qué volvió Nisman. Pero no alcanza para explicar por qué está muerto. La falta de información profunda sobre lo que está pasando en el expediente agiganta los interrogantes y las fantasías. Para colmo de males, un episodio singular agravó las especulaciones: cuando la fiscal Fein dejó trascender el llamado a declaración testimonial al ex espía Jaime Stiuso tal cosa aún no había ocurrido. Dicho de otro modo, Fein había decidido llamar a Stiuso, pero no lo había concretado porque no sabía adónde hacerlo. La difusión mediática sacó al espía de la madriguera. Su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, apareció en los medios de comunicación a la mañana siguiente, y se presentó en la fiscalía. Sólo entonces, y tras acordar formas y recaudos, quedó concretado el llamado a declarar.
Ayer por la tarde circularon insistentes versiones sobre que la declaración ya se había tomado. Ninguna fuente lo confirmó. Ni oficial, ni extraoficialmente.
A la fiscal Fein le cayó como una indigestión una actitud de la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Cuando la jueza Fabiana Palmaghini ordenó allanar una sucursal del Banco de la Ciudad de Buenos Aires para abrir una caja de seguridad que poseía el ex fiscal, Garfunkel fue convocada telefónicamente. Después de que el banco informara sobre la existencia de la caja, la mujer presentó un escrito consignando también su existencia. Pero ni en ese momento, ni con el llamado telefónico, ni durante el allanamiento, dijo que ella había abierto la caja el 30 de enero. Cuando el secretario del juzgado, Sebastián Marasco, pidió al banco el detalle de los movimientos, saltó esa presencia. Todos miraron a Garfunkel, quien permaneció en silencio.
¿Era importante el contenido de esa caja de seguridad? Por lo pronto, había generado expectativa. Quizá estuvieran allí las armas que Nisman tenía registradas y que aún no aparecieron. Acaso hubiera documentación relacionada con su denuncia por encubrimiento. U otra relacionada con su vida privada.
La fiscal Fein evalúa llamar nuevamente a testimonial a Garfunkel para preguntarle qué había en esa caja. «
Ese dato se ubica en contexto con la situación ya probada que indica que Nisman había emitido pasajes para regresar junto con su hija de 15 años desde Europa a Buenos Aires sin que lo supiera su ex pareja, Sandra Arroyo Salgado, quien estaba en el Viejo Continente con su otra hija. Planeaban confluir en un punto común más adelante, pero eso quedó frustrado. Un durísimo intercambio entre Nisman y Arroyo Salgado muestra la situación de tirantez que generó el regreso del fiscal a la Argentina.
La declaración del testigo, colaborador cercano de Nisman en la UFI AMIA, parece derribar la teoría de un llamado desde Buenos Aires advirtiéndole que la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, había resuelto apartarlo de la fiscalía. Y abre espacio para especular con que Nisman (u otra mente más sagaz y conocedora de las necesidades y los tiempos mediáticos en feria judicial) eligió el momento para su presentación por presunto "encubrimiento" de los acusados iraníes por el atentado contra la mutual judía que involucraba a Cristina Fernández de Kirchner.
Puesto así, e independientemente de la veracidad o no de la denuncia por encubrimiento, la situación que protagonizó Nisman se asemeja mucho más a una operación de prensa que a una urgente necesidad de denunciar un delito grave.
El secreto mejor guardado por Nisman, las razones de su regreso, parecen haber quedado revelados por la declaración de ese empleado jerarquizado, cuya identidad permanecerá en reserva.
La declaración responde a por qué volvió Nisman. Pero no alcanza para explicar por qué está muerto. La falta de información profunda sobre lo que está pasando en el expediente agiganta los interrogantes y las fantasías. Para colmo de males, un episodio singular agravó las especulaciones: cuando la fiscal Fein dejó trascender el llamado a declaración testimonial al ex espía Jaime Stiuso tal cosa aún no había ocurrido. Dicho de otro modo, Fein había decidido llamar a Stiuso, pero no lo había concretado porque no sabía adónde hacerlo. La difusión mediática sacó al espía de la madriguera. Su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, apareció en los medios de comunicación a la mañana siguiente, y se presentó en la fiscalía. Sólo entonces, y tras acordar formas y recaudos, quedó concretado el llamado a declarar.
Ayer por la tarde circularon insistentes versiones sobre que la declaración ya se había tomado. Ninguna fuente lo confirmó. Ni oficial, ni extraoficialmente.
A la fiscal Fein le cayó como una indigestión una actitud de la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Cuando la jueza Fabiana Palmaghini ordenó allanar una sucursal del Banco de la Ciudad de Buenos Aires para abrir una caja de seguridad que poseía el ex fiscal, Garfunkel fue convocada telefónicamente. Después de que el banco informara sobre la existencia de la caja, la mujer presentó un escrito consignando también su existencia. Pero ni en ese momento, ni con el llamado telefónico, ni durante el allanamiento, dijo que ella había abierto la caja el 30 de enero. Cuando el secretario del juzgado, Sebastián Marasco, pidió al banco el detalle de los movimientos, saltó esa presencia. Todos miraron a Garfunkel, quien permaneció en silencio.
¿Era importante el contenido de esa caja de seguridad? Por lo pronto, había generado expectativa. Quizá estuvieran allí las armas que Nisman tenía registradas y que aún no aparecieron. Acaso hubiera documentación relacionada con su denuncia por encubrimiento. U otra relacionada con su vida privada.
La fiscal Fein evalúa llamar nuevamente a testimonial a Garfunkel para preguntarle qué había en esa caja. «
Lagomarsino: fin del contrato
La Procuración General rescindiría esta semana el contrato de Diego Lagomarsino –quien trabajaba en la Unidad Especial AMIA y fue quien le prestó el arma que terminó con la vida del fiscal Alberto Nisman–, a pedido del fiscal remplazante en la Unidad Alberto Gentili, según publicó ayer el diario Página/12.
Lagomarsino tiene contrato desde 2008 con la fiscalía que investigaba el atentado a la AMIA, pero no asistía al lugar y se encontraba con Nisman, generalmente, en el departamento que el fiscal ocupaba en el edificio Le Parc. Según versiones, el técnico informático tenía el contrato más alto de la fiscalía que encabezaba Nisman.
Lagomarsino tiene contrato desde 2008 con la fiscalía que investigaba el atentado a la AMIA, pero no asistía al lugar y se encontraba con Nisman, generalmente, en el departamento que el fiscal ocupaba en el edificio Le Parc. Según versiones, el técnico informático tenía el contrato más alto de la fiscalía que encabezaba Nisman.
Binner acusó a gils carbó, no pudo explicar por qué y cortó
El titular del Partido Socialista y precandidato presidencial del frente Amplio UNEN, Hermes Binner, acusó a la procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó de "empiojar" la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman. Sin embargo, tras ser consultado por los motivos que lo llevaban a semejante afirmación, el ex gobernador de Santa Fe no supo que responder y, tras algunos titubeos, se despidió.
Según Binner, el accionar de Gils Carbó alrededor de la causa que investiga la muerte de Nisman "no ayuda a la democracia, porque está realmente 'empiojando' la situación y debe tener una clara dimensión de que ocupa un lugar que es estratégico y funcional en la nueva Argentina que queremos tener". Al serles requeridas mayores precisiones –en una entrevista con el programa Te quiero a las 10, en radio AM 750–, siguió: "Nombrando fiscales sin acuerdo... bueno, hay una...".
"Es un todo, no podemos ver qué color de zapatos tiene tal o cual persona", amplió el socialista, y ante el llamado de atención acerca de que la acusación que había vertido sobre la Procuradora era importante, y que no estaba justificando su exposición, dijo antes de cortar: "Quédese tranquila que yo le voy a proponer... (silencio) "bueno, muchas gracias, eh".
Según Binner, el accionar de Gils Carbó alrededor de la causa que investiga la muerte de Nisman "no ayuda a la democracia, porque está realmente 'empiojando' la situación y debe tener una clara dimensión de que ocupa un lugar que es estratégico y funcional en la nueva Argentina que queremos tener". Al serles requeridas mayores precisiones –en una entrevista con el programa Te quiero a las 10, en radio AM 750–, siguió: "Nombrando fiscales sin acuerdo... bueno, hay una...".
"Es un todo, no podemos ver qué color de zapatos tiene tal o cual persona", amplió el socialista, y ante el llamado de atención acerca de que la acusación que había vertido sobre la Procuradora era importante, y que no estaba justificando su exposición, dijo antes de cortar: "Quédese tranquila que yo le voy a proponer... (silencio) "bueno, muchas gracias, eh".
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