Por Santiago Rodríguez
Desde Beijing
Cristina Fernández de Kirchner y Xi Jinping reafirmaron ayer su decisión de profundizar los vínculos entre Argentina y China y lo reflejaron en hechos concretos: tras la reunión que mantuvieron en el Gran Palacio del Pueblo, en Beijing, firmaron quince nuevos acuerdos entre ambos países, que contemplan la construcción de una quinta central nuclear en territorio argentino y cooperación en materia aeroespacial, así como también intercambios a nivel cultural y de comunicaciones. La Presidenta destacó que la integración planteada a partir de la alianza estratégica integral significa “un salto cualitativo” en la relación entre ambos países, que trasciende lo comercial y se extiende también a lo político.
En China no hay una casa de gobierno. El presidente reparte sus actividades entre su residencia y el Gran Palacio del Pueblo, donde desarrolla toda su agenda protocolar. Por eso, Hu Jintao recibió allí a Cristina Kirchner en 2010, en su anterior visita como presidenta a China, y por eso también ayer la recibió allí Xi Jinping, quien le dio la bienvenida en el inmenso hall central de lo que es la sede de la Asamblea Nacional Popular; o sea, del Legislativo chino. Construido en 1959, el edificio está a uno de los costados de la histórica plaza Tiananmen, donde se encuentra el mausoleo de Mao, y frente a la Ciudad Prohibida, que fuera la residencia imperial de los Ming y los Qing. La plaza, donde banderas argentinas flamean desde hace días junto a las chinas, tiene 500 metros por 800. El Gran Palacio tiene otro tanto.
Como en todas sus actividades en China, CFK se movilizó por sus propios medios. La bota que usa mientras se recupera de la fractura de su tobillo apenas asomaba por debajo del pantalón del traje bordó que llevaba puesto. Caminó junto a Xi Jinping hasta el estrado ubicado en el centro del salón, donde no bien terminaron de subir, la banda militar, formada sobre uno de los costados, empezó a ejecutar los himnos, primero el argentino y después el chino. Los presidentes pasaron después revista a las tropas formadas en su honor y en el último tramo de su recorrido hacia el salón donde tuvieron la reunión disfrutaron de un grupo de chicos y chicas de una escuela primaria de un barrio de Beijing, que celebraron su paso agitando flores y banderas chinas y argentinas. Por un instante se detuvieron y los aplaudieron.
Como es de rigor, una vez que llegaron a la mesa a la que se sentaron frente a frente con sus ministros a los costados, el anfitrión dijo unas palabras de bienvenida y agradeció la visita, pero esta vez con un aditamento especial: Xi Jinping le deseó a su invitada una pronta recuperación. Cristina Kirchner le retribuyó el agradecimiento y le contó que “en China he empezado a caminar”. Le dijo también que “de cualquier manera hubiera venido”, que hacer esfuerzos demuestra interés y que en este caso hubiera demostrado el interés de la Argentina en la alianza estratégica integral que ambos sellaron en la visita que el chino realizó a Buenos Aires en julio pasado.
La reunión duró poco más de una hora y después se firmaron los acuerdos en el salón Hebei, a la vista de todos los funcionarios y de los medios. Hebei es la provincia en la que se encuentra Beijing. Uno a uno los funcionarios chinos y argentinos fueron convocados a firmar, unos metros delante de los presidentes que se sentaron a una gran mesa elevada sobre una tarima, los acuerdos vinculados con sus áreas de gestión.
De los quince acuerdos, el canciller Héctor Timerman firmó siete, entre ellos uno de asistencia jurídica mutua en materia penal, otro para facilitar la tramitación de visas para turismo, otros de cooperación en las áreas de cultura y de salud y uno para la creación de un foro de negocios.
Entre los cuatro que firmó el ministro de Planificación, Julio De Vido, sobresalen dos: el convenio para la construcción de un quinto reactor nuclear con agua presurizada –que se suma al que en julio ya se había acordado construir y que fue ratificado en el marco de la visita a Beijing– y el de cooperación en materia aeroespacial. Sobre energía nuclear también le tocó suscribir un acuerdo a la titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Norma Boero.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, firmó un convenio de cooperación sobre finanzas y otro relacionado con la Central Termoeléctrica Manuel Belgrano. Y el secretario de Comunicación, Alfredo Scoccimarro, con su par chino que, entre otras cosas, derivará en la inclusión de la señal de la televisión pública de China en la grilla de la Televisión Digital Abierta.
Xi Jinping calificó como “profunda y fructífera” la reunión con Cristina Kirchner, a quien dijo tener el placer de “recibir como una vieja amiga”. También destacó que en el medio año que pasó desde que estuvo en Argentina “hubo avances muy positivos”. Citó, entre ellos, la puesta en valor del ferrocarril Belgrano Cargas, el acuerdo para la construcción de las represas en Santa Cruz que CFK puso formalmente tras el encuentro entre ambos, la cooperación en materia nuclear y la sintonía que Argentina y China exhibieron en los foros internacionales.
Cristina Kirchner coincidió con el repaso de los avances en la relación y también se detuvo en la coincidencia de los dos países en los foros internacionales. “Compartimos en este mundo tan complejo, tan difícil que hoy atravesamos, posturas similares en cuanto a la necesidad de reformas del Consejo de Seguridad, en cuanto a la necesidad de reformas de organismos multilaterales de crédito y también, por supuesto, agradecemos fervientemente el apoyo que China ha dado a la iniciativa argentina para establecer una reglamentación global en materia de reestructuración de deudas soberanas”, remarcó la Presidenta. Celebró, además, que en las Naciones Unidas haya comenzado a tratarse ayer “el primer tratado internacional en materia de reestructuración de deudas soberanas”. “La Argentina, que ha sido una primera víctima en el mundo de este tipo de situaciones, hoy se ofrece para ayudar al resto de los países hermanos, con el apoyo de China y de la mayoría absoluta de los 193 países que conforman Naciones Unidas, para que lo que le pasó o le quieren hacer a Argentina no le pase ni se lo quieran hacer a ningún otro país del mundo”, agregó.
Como cierre de la visita, Xi Jinping ofreció una cena para la invitada y su comitiva. En algunas mesas se siguió hablando de algunos asuntos todavía pendientes que se cerrarán hoy antes de que Cristina Kirchner emprenda a media tarde su regreso a Buenos Aires, pero la mayoría aprovechó para relajarse y, entre bocado y bocado de los seis platos de carne, pollo, pescado y verdura que sirvieron, disfrutar de la velada. Hubo bailes típicos chinos, un pianista que –según muchos– “la rompió”, un coro de chicos y una orquesta que tocó unos tangos y que sorprendió a todos con el hit de La Mancha de Rolando que eligió para cerrar su presentación: “Arde la ciudad”.
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