AGENCIA PACO URONDO dialogó con Carla Gutiérrez, de JP Evita y con Joaquín Labagnara y Daniel Kaminszczik, secretario político y responsable de comunicación, respectivamente, de la Corriente Martín Fierro – Tres de Febrero. Sus visiones sobre el caso de Johan, que fue golpeado brutalmente por Gendarmería.
Por Enrique de la Calle
APU: ¿Cuál son las posiciones de las dos organizaciones en relación a la tortura que recibió el chico Johan por parte de Gendarmería en Tres de Febrero?
Joaquín Labagnara: Repudiamos las acciones de la Gendarmería y también de la Bonaerense. En tiempos como éstos, donde se priorizan los derechos humanos, no se pueden tolerar este tipo de acontecimientos. Detuvieron a un pibe, lo picanearon, son prácticas que tienen que ver con otras etapas oscuras de nuestro país. No puede volver a pasar.
Carla Gutiérrez: Desde el Movimiento Evita repudiamos enérgicamente lo sucedido. Las fuerzas de seguridad tienen que estar al servicio del pueblo, no en su contra. Hay que crear espacios seguros para todos, también para nuestros pibes.
APU: Este hecho tan grave, que según la familia de Johan incluyó el uso de picana: ¿es una práctica habitual de las fuerzas de seguridad en el territorio?
CG: No tenemos conocimiento de que sea moneda corriente un caso así. Sí sabemos que es corriente el abuso de autoridad en los barrios. Se detienen pibes con cualquier argumento, por “portación de rostro”, como suele decirse. En este barrio, Fuerte Apache, los pibes y las pibas sufren muchos acosos. Ha habido casos de abuso sexual, incluso. El Movimiento Evita participa de la Campaña contra la Violencia Institucional porque queremos hacer visibles este tipo de casos, denunciarlos públicamente. Entre todos tenemos que construir otra seguridad.
Daniel Kaminszcik: La actitud de las fuerzas de seguridad tiene que ver en los barrios vulnerables con vigilar y castigar más que con proteger y servir. Se pretende controlar a los barrios que se señala como "peligrosos".
JL: Sigue habiendo una estigmatización de los pibes de determinados barrios, como responsables de la inseguridad. Por eso es necesario avanzar con una seguridad más democrática. Hoy en los territorios hay un abuso de violencia institucional.
APU: Siempre se habla de la necesidad de “democratizar” las fuerzas de seguridad. ¿Se ha avanzado en ese sentido o sigue siendo una demanda pendiente?
CG: Es una pregunta compleja porque es un tema complejo. Son instituciones que tienen determinadas características, muy consolidadas durante muchos años. Hay mucho pendiente porque durante mucho tiempo se permitió todo un entramado muy corrupto al interior de las fuerzas. No alcanza con un cambio de Gobierno, más allá de que haya una clara intención política de avanzar en este tema. Se han creado organismos de control, se han renovado las fuerzas, pero sigue faltando mucho. Las autoridades, en todo nivel, son conscientes del problema. Quiero agregar que no alcanza con la sola decisión política desde arriba: es necesario que la propia sociedad civil participe en esa democratización.
DK: También tiene que ver el rol de la Justicia. En Tres de Febrero participa el tribunal de San Martín. La fiscalía no lleva adelante las causas sino que presiona a las víctimas para que desistan de ellas.
JL: Coincido con Daniel, porque tuvimos un compañero de Villa Bosch que tuvo un problema serio con la fuerza de seguridad y cuando llevó el caso a la fiscalía le dijeron que no podían hacer nada, que lo mejor era que desistiera. Es un tema muy complejo. Se ha hecho una limpieza importante de efectivos, pero todavía quedan agentes con prácticas de otras épocas.
APU: Hablaron del rol de los propios vecinos. La llegada de la Gendarmería a muchos barrios fue celebrada a partir de lo que es una problemática real como la inseguridad. ¿Cuál es la visión de los vecinos sobre la Gendarmería? ¿Qué opinan de estos abusos?
DK: Es una visualización que fue cambiando. Cuando se desplazó a la Bonaerense, muchas veces relacionada con las bandas delictivas, se celebró la llegada de la Gendarmería a los territorios. Pero con el tiempo la Gendarmería se preocupó más por cuidar a determinados sectores sociales. En Martín Coronado la Gendarmería cuida la boletería del tren o la estación de servicio de la esquina. No le interesa si están robando a dos cuadras. La expectativa fue cambiando con el tiempo. En los barrios cambió la mirada sobre la Gendarmería.
CG: Voy referirme al barrio Ejército de los Andes (Fuerte Apache), que es el que más conozco por mi militancia: ahí la intervención de la Gendarmería permitió tranquilidad en un principio. Pensemos que es un barrio muy afectado por las políticas neoliberales de los 90. Es un barrio que tenía índices muy graves de violencia. Por eso se celebró la llegada de la Gendarmería. En los últimos años eso cambió porque los abusos siguen pasando. Los vecinos son conscientes de lo que pasa. Johan estaba jugando en las canchitas del barrio. Podía ser el hijo de cualquiera. Algo que ha pasado en el barrio tiene que ver con recuperar de a poco los lazos sociales de solidaridad. Por ejemplo, con el tema de las alarmas barriales. La idea de que nos podemos cuidar entre los vecinos.
JL: Puede ser que se haya celebrado. Tuvo un importante despliegue territorial, caminan las calles. Pero la seguridad no se resuelve con más patrulleros y policías. Es necesario continuar las políticas de inclusión. Venimos de muchas décadas de neoliberalismo que destrozaron nuestros barrios. Recuperarnos de eso lleva tiempo.
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