La diputada de PRO Laura Alonso declaró como testigo ante la fiscal Viviana Fein. Había tenido un encuentro con Alberto Nisman el día que presentó la denuncia por encubrimiento contra la Presidenta, el canciller y otras personas, además de que hablaba por teléfono con él. Al salir, Alonso relató que el fiscal le había dicho que “Cristina Kirchner ordenó todo”, que es el concepto que –en efecto– había puesto en la denuncia, cuestionada por algunos jueces del propio fuero federal por falta de pruebas o algún sustento que indicara la gravedad o urgencia de presentarla en medio de la feria judicial. Alonso relató ante la prensa que Nisman le dijo: “No tengo miedo por mí, tengo miedo por mis hijas”. Y que desde la Procuración General querían apartarlo del cargo en el caso AMIA. El organismo tenía un pedido de Memoria Activa para que eso sucediera, pero no había avanzado. También declaró Alberto Gentili, el actual titular de la unidad dedicada a investigar el atentado a la mutual judía. Desde la fiscalía les restaron trascendencia a ambas declaraciones.
Alonso fue interrogada sobre las circunstancias que estaba viviendo Nisman. Describió que el fiscal “no tenía dudas” sobre el contenido de la denuncia que había presentado, donde señalaba un supuesto acuerdo para encubrir a los iraníes con pedido de captura por el atentado con el levantamiento de las credenciales rojas que implican la búsqueda de Interpol. Aunque el ex secretario de esa agencia internacional, Roland Noble, negó gestiones en ese sentido y que el juez del caso AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, cuestionó la denuncia, Alonso dice que Nisman se mostraba convencido de lo que decía y que le dijo que al Congreso iba a ir “con todo”. Otras versiones señalan que Alonso dijo que lo vio atemorizado y expectante respecto de la presentación que debía hacer en el Congreso un día después de ser hallado muerto.
“No tengo dudas de que no se suicidó”, aventuró la diputada, que fue la única integrante del PRO que se comunicó con Nisman en los días previos a su muerte. El resto de las personas que hablaron con él están siendo citadas también a declarar.
El otro testimonio de ayer fue el del fiscal Gentili, quien al parecer era de confianza de Nisman. El contenido de su relato no trascendió. Lo que él había expresado en la Procuración fue que Nisman, varios meses atrás, le había pedido que lo reemplazara en enero. Lo pensó y le habría dicho que no, pero terminó firmando igual una resolución designándolo y era quien estaba el mes pasado a cargo de la UFI AMIA, como subrogante, al momento del regreso del fiscal desde Europa, que tomó por sorpresa a algunos de sus empleados, aunque no a todos: los dos más cercanos sabían, según declararon, que pese a que originalmente programó el regreso para el 23 de enero, luego lo adelantó.
La gran expectativa está puesta ahora en la declaración del ex jefe de operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio “Jaime” Stiuso, ya que un celular a su nombre mantiene una comunicación con el Nextel de Nisman el día previo a su muerte, por la tarde, y también los días anteriores. Su abogado, el ex agente Santiago Blanco Bermúdez, dijo que está dispuesto a hablarcuriosamente y que acordó con la fiscalía que declarará con la mayor confidencialidad posible, de incógnito, “por seguridad”. Está relevado del secreto de todo lo que tenga conocimiento en su trayectoria en la ex SIDE desde 1972 y que pueda servir para esclarecer la muerte.
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