Los debates en la Unión Europea sobre la necesidad de reestructuración de deuda griega se aceleraron cuando el partido Syriza tomó las riendas del país heleno. El nuevo primer ministro, Alexis Tsiprasm, y el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, contrataron a la compañía Lazard como asesora en materia de deuda externa, que ya trabajaba codo a codo con las autoridades ucranianas. Dicha compañía, de origen francés y renombre mundial, está dirigida por Kenneth Jacobs y Mattheu Pigasse y tiene gran experiencia en fusiones y adquisiciones en el sector privados y en las reestructuraciones del sector público. Una de las experiencias más importantes fue la participación como asesor en el canje 2005 de Argentina.
Según consignó Tiempo Argentino, dado que todavía las negociaciones con la Troika son limitadas, desde Lazard aseguraron que por ahora "la reestructuración griega no ha sido una opción a considerar", a pesar de que la deuda asciende a 315.500 millones de euros.
En febrero de 2003, "la República Argentina seleccionó como asesor financiero a Lazard Freres para cumplir las tareas relativas a primera etapa de la reestructuración de la deuda pública nacional, momento a partir del cual se han desarrollado diversas actividades preparatorias para el proceso antes mencionado", declara un decreto del año 2004. La designación estuvo a cargo del entonces secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y el ministro de Economía, Roberto Lavagna. La compañía ganó una licitación, compitiendo con las bancas de inversión Morgan Stanley y UBS Warbrug. Lazard se encargó de entrar en relaciones con los miles de bonistas del mundo que se encontraban esperando para poder cobrar, y con los países miembros del Club de París.
Para 2005, también asesoró a la empresa Telecom Argentina en la reestructuración corporativa más grande de la historia del país, de U$S 3200 millones y en la de Transportadora de Gas del Norte (TGN) en 2006, de U$S 570 millones.
Pero su historial también está relacionado con otros países latinoamericanos. En 2009, asesoró al gobierno ecuatoriano en la recompra de sus bonos global 2012 y 2013 por un total de U$S 3200 millones, que permitieron al país desendeudarse evitando pagar los intereses. Asimismo, la empresa ayudó a la petrolera estatal venezolana PDVSA en 2008 a emitir los bonos por U$S 1681 millones. Además de Venezuela, Lazard ha asesorado a Ucrania, Etiopía, Costa de Marfil y Egipto.
Un punto relevante es la larga relación de Lazard con Grecia. En 2010, el ministro de finanzas, George Papaconstantinou, contrató a la compañía para la restructuración que tuvo una quita del 75% del valor nominal, una cifra levemente mayor a la que realizó la República Argentina en 2005. Sin embargo, la presión que ejerce la Eurozona sobre los países menos favorecidos, la permanencia en el euro y las políticas de austeridad impuestas por los organismos multilaterales han obligado al país heleno a volver a las negociaciones.
Uno de los posibles motivos de la elección es la relación de la firma con el presidente de Francia, François Hollande. El director general delegado de Lazard en Francia y vicepresidente de la compañía en Europa, Mattheu Pigasse, supo pertenecer al Ministerio de Economía de ese país, y es accionista de Le Monde y del Huffington Post, y propietario y presidente de la revista Los Inrockuptibles. Es probable que la influencia económica, política y mediática de Pigasse sea crucial a la hora de enfrentar a los países más fuertes de la Eurozona, incluyendo a Alemania.
Grecia y Ucrania sufren las agresivas políticas de Europa. Por un lado, los ucranianos son parte de los conflictos geopolíticos de los líderes occidentales contra Rusia, por lo que su economía redujo su PBI un 7,5% en 2014. Por otro lado, las presiones de la Troika a favor de la austeridad llevaron al país heleno al borde del abismo. Tal como dijo el propio Varoufakis en su "propuesta modesta para la solución de la crisis del euro", los problemas deben resolverse en una negociación europea. Y esto implica "atender la crisis bancaria, de deuda, falta de inversión, desempleo y la emergencia política, social y humana".
Detalles del plan ante la ONU
Argentina presentó ante la ONU un proyecto de marco para reestructuración de deuda soberana.Los puntos neurálgicos de la propuesta incluyen la creación de una Comisión de Supervisión compuesta por tres Estados, uno designado por el país deudor y dos por países que aceptan el marco. Estos deberán intentar resolver el litigio entre los acreedores y el deudor. Si el dilema no puede ser resuelto, acudirán a la Corte Internacional de Justicia. Argentina introdujo en la propuesta algunas condiciones que limitan el accionar de los buitres. Por ejemplo, renunciar a la inmunidad soberana en el prospecto de un bono no significará que se puedan tomar acciones contra los tenedores de bonos reestructurados. Además, las minorías deberán aceptar la decisión de una mayoría de los acreedores, por lo que no se podrá bloquear una reestructuración, y el gobierno podrá emitir nuevos títulos en default en mejores condiciones que las de los litigantes.
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