Por Julián Bruschtein
“Hubo muchos pronósticos agoreros sobre cómo íbamos a terminar el año. El dólar se iba a ir no sé a dónde y otras tantas cosas más. Los profetas del desencuentro se equivocaron una vez más.” El sonido de las copas de champán y sidra golpeándose en el brindis de fin de año en la Casa Rosada con el que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner agasajó a los legisladores del oficialismo y sus aliados fue el corolario del discurso en el que destacó la importancia de trabajar en equipo: “Estoy orgullosa de pertenecer a un proyecto político que ha dado derechos”, señaló y recordó una de las características que el kirchnerismo mostró en los últimos once años: “La adversidad nos retempla, nos hace sacar fuerzas, coraje y ganas, porque nos animan las ideas y el sentimiento de un país mejor”.
“Somos un proyecto de inclusión, inclusive de aquellos que no están de acuerdo, porque también son incluidos y porque se está mejorando la vida de los argentinos”, sostuvo Fernández de Kirchner en su arenga de fin de año a los legisladores propios y aliados de ambas cámaras legislativas. El gesto presidencial fue festejado por los diputados y senadores que esperaron ansiosos la llegada de la Presidenta para escuchar sus palabras. “Quería tener este encuentro con todos ustedes; la verdad es que es un momento tan especial, porque se dijeron tantas cosas, que terminaba el año patas para arriba y resulta que es el mundo el que está patas para arriba”, señaló destacando la tarea legislativa que sostuvo el mandato presidencial del modelo iniciado en el 2003 y fue uno de los pilares en los que se apoyó el Poder Ejecutivo.
Pasadas las 20 ingresó Fernández de Kirchner con los presidentes de las cámaras y los jefes de bloque a quienes se sumaron integrantes del gabinete nacional como el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el flamante secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández. El ex senador fue uno de los que se llevó algunos de los reproches de la Presidenta, siempre en tono de broma. Cuando preguntó si no les habían dado de comer a los legisladores se dio vuelta y le señaló a Fernández: “Esto con Parrilli no pasaba”, provocando las risas de los diputados y senadores. “Cuando salen ya está arreglado que les den un tupper para que se lleven a sus casas”, retrucó el secretario con su habitual rapidez y humor filoso.
Allí se pudo ver a los diputados Andrés “Cuervo” Larroque, Horacio Pietragalla y Juan Cabandié –uno de los nombres que suena fuerte en el oficialismo para lanzar para la Jefatura de Gobierno porteña–, así como Sandra Mendoza, de Chaco, Héctor Recalde y Adriana Puiggrós del FpV, Carlos Heller y Juan Carlos Junio del aliado Nuevo Encuentro, y los senadores Marcelo Fuentes y Roxana Latorre, entre muchos otros.
La espera había sido larga para diputados y senadores que habían llegado con puntualidad a las 18.30, horario que estaba estipulado para el brindis de fin de año. Primero les sirvieron la cazuela de mariscos y el sushi para matizar una jornada que venía larga por la intensa agenda presidencial. Después pasaron a la mesa de dulces y finalmente salieron a los pasillos internos de la Casa Rosada para estirar un poco las piernas y continuar alguna que otra conversación. Poco antes de que llegara Fernández de Kirchner para presidir el brindis de fin de año, le cantaron el feliz cumpleaños al diputado Remo Carlotto, e inmediatamente después la misma letra, pero con la base musical de la marcha peronista.
Lo primero que hizo la Presidenta fue pedirles disculpas por la espera y la demora, pero señaló que tenía “muchas ganas de agradecerles” el trabajo que habían realizado durante el año.
“Estoy orgullosa de pertenecer a un proyecto político que ha dado derechos a los argentinos”, dijo la Presidenta felicitando a su equipo legislativo, y destacó “las cosas logradas en estos diez años que nunca antes habíamos logrado”, y apuntó a que “el reconocimiento no es a un gobierno, sino a un modelo, a una matriz económica productiva y cultural”. Con las copas en alto finalmente brindó “por el país, la patria y los cuarenta millones de argentinos”, que fue seguido por los legisladores que, después de chocar copas e intentar sacarse una foto con ella comenzaron a cantar “porque Néstor no se fue, lo llevo en el corazón, con la jefa los soldados de Perón”.
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