“El 2014 ha sido un año excepcional para nosotros, todo lo que nos propusimos lo alcanzamos. El año próximo va a ser complicado desde el punto de vista del contexto internacional, se nos viene una tormenta de afuera y la vamos a tener que campear. De todos modos, el norte sigue siendo el mismo, no ha cambiado para nada”, señaló el presidente de YPF, Miguel Galuccio, en una charla con directivos de la petrolera estatal, según reconstruyó Página/12. Galuccio destacó la firma de varios acuerdos de inversión entre YPF y compañías multinacionales, para avanzar en la explotación del yacimiento no convencional de Vaca Muerta, y el crecimiento de la producción interna de hidrocarburos. Negó que la baja del precio del petróleo pueda llegar a estropear los planes de YPF, aunque admitió que va a exigir respuestas rápidas y creativas.
“En el exterior hay una tormenta generada por la baja del precio del petróleo. Pero acá, en esta torre de YPF, yo recibo todos los días a grandes empresarios que quieren llegar a acuerdos con nosotros, por ejemplo, por Vaca Muerta. Son acuerdos a 15 años, que no se fijan en lo que pasó en los últimos meses. Ya concretamos varios de esos acuerdos y concretaremos más.” Ese fue el mensaje tranquilizador de Galuccio a los gerentes de YPF reunidos en los últimos días en el edificio de la petrolera en Puerto Madero. “Nuestro plan no está en peligro. Invertiremos seis mil millones de dólares en 2015, porque estamos respaldados por una estrategia a largo plazo”, enfatizó el titular de la firma.
La última novedad en materia petrolera fue el acuerdo entre el gobierno nacional, provincias, empresas productoras, refinerías y sindicatos para reducir un 5 por ciento el precio de las naftas y el gasoil en pesos, a partir del 1º de enero. La merma en el precio al consumidor tendrá su correlato en el valor del barril que reciben las compañías, con una baja de siete dólares. Además, como parte del paquete anunciado, habrá una modificación en las escalas de las alícuotas de las retenciones para las exportaciones de crudo, una reducción de los impuestos internos a las naftas del 10 por ciento y estímulos para los exportadores.
La decisión de bajar el precio de la nafta responde a la fuerte caída en el precio del barril de petróleo, que se desplomó de casi 110 dólares a menos de 55 dólares en un semestre. Y las perspectivas a futuro no son buenas. “Puede ser que los precios no vuelvan a estar por encima de los 100 dólares”, admitió Ali al Naimi, ministro de Petróleo y Recursos Minerales de Arabia Saudita. El desplome del precio afecta directamente a los exportadores, particularmente a Arabia Saudita, Rusia, Venezuela, Irán y Nigeria. La mayor debilidad de esos países para acceder a las divisas genera psicosis en el mercado financiero, que impacta sobre las cotizaciones de las monedas domésticas, como pasó recientemente en el caso del rublo ruso. Sin embargo, también la baja del petróleo permite a los países importadores aliviar su factura energética, particularmente a Estados Unidos y China, algo que incluso podría mejorar, según el FMI, el crecimiento mundial.
Según Galuccio, “los fundamentos que hacen al precio del petróleo a largo plazo no han cambiado, con lo cual lo que hay que hacer es mantener el norte y capear la tormenta”. El titular de YPF planteó a segundas líneas de la empresa que “este nuevo contexto mundial nos agarra bien parados, bien firmes. Tenemos equipo, así que no veo problemas. Vamos a mantener el nivel de actividad de este año. Cuando uno tiene un proyecto de este tipo, que es recuperar la independencia energética, lo importante es no perder de vista hacia dónde uno va. Por supuesto que en este contexto el mercado refinador puede funcionar, y la industria y la Argentina, en su conjunto, seguir siendo competitivas. Si tenemos suficiente cabeza y somos lo suficientemente inteligentes, vamos a encontrar la solución”, arengó Galuccio.
Sobre la economía argentina se reproduce, de algún modo, el doble efecto de la baja del petróleo. Por un lado, le permite al Estado un ahorro en la cuenta de importación de combustibles por aproximadamente 2000 millones de dólares al año. Sin embargo, en el camino hacia el autoabastecimiento, que requiere enormes inversiones de parte de las empresas del sector y en particular de YPF, la baja de la rentabilidad petrolera es un problema. De hecho, el Gobierno, a la par de la baja del precio de la nafta, anunció medidas “estímulo” en torno de los 1200/1400 millones de dólares para las petroleras, que reduce el ahorro para el Estado a 600/800 millones.
Además, el Ejecutivo estableció que aquellas compañías que incrementen su producción recibirán entre 2 y 5 dólares más por barril de crudo, medida que alcanza a PAE, de la familia Bul-gheroni, la china Sinopec y Petrobras. En ese sentido, Galuccio indicó que “lo más importante es encontrar en la coyuntura una solución que adecue a la industria para seguir invirtiendo, dando trabajo, para seguir teniendo equipos de perforación, y que esos proyectos, de alguna manera, tengan a largo plazo una buena rentabilidad”.
El año que se va
“Ha sido un año excepcional para nosotros. Todo lo que nos propusimos, lo alcanzamos. Cerramos acuerdos con Petronas, con Pampa Energía, compramos el área de Petrobras y dejamos lista la instalación de la planta de coque”, recordó Galuccio. Destacó que la petrolera alcanzó “el umbral de 6 mil millones de dólares de inversión” y que “hubo un 30 por ciento de crecimiento en la producción de gas y petróleo”.
Según los últimos datos disponibles, en el tercer trimestre YPF incrementó su producción de hidrocarburos en un 15,4 por ciento interanual, a partir de una suba de 4,6 en petróleo y 26,1 por ciento en gas. En tanto, la utilización de la capacidad instalada de procesamiento en las refinerías alcanzó el 94 por ciento, que mejoró la marca del mismo período del año anterior.
En términos de facturación, los ingresos del tercer trimestre ascendieron a 38.209 millones de pesos, una suba interanual del 57,6 por ciento, a partir del incremento de las ventas de gas natural y de combustibles refinados al mercado interno. En ese cálculo, la fuerte suba en el precio de la nafta en el último año, a pesar de la reciente baja del 5 por ciento, hizo una contribución de relevancia. La utilidad neta resultante fue de 3212 millones de pesos, 127,2 por ciento superior a la correspondiente al tercer trimestre de 2013. En tanto, las inversiones sumaron 13.776 millones de pesos, 71,6 más que en el tercer trimestre de 2013.
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