Reseña biográfica
La intimación (28 diciembre de 1868)
Luego de la batalla de Lomas Valentinas, mientras el Mariscal López se retiraba, todavía resistía el baluarte de Angostura sostenida por tres jefes, 50 oficiales y 320 soldados, casi todos artilleros. En Angostura se reunieron tras la caída de Pikycyry, algunos jefes, unos 3.000 hombres y 500 mujeres. Totalmente sitiados y acosados por el hambre, intentaron algún golpe de mano sobre el abasto enemigo.
El 28 de diciembre reciben una intimación a rendirse sin condiciones. La nota argumentaba que el ejercito había sido totalmente destruido y que la guerra estaba prácticamente terminada, y que la única resistencia era Angostura, agregando que la rendición sería un acto humanitario para atender a los heridos paraguayos y brasileros que podrían ser embarcados desde Angostura hacia Asunción.
La intimación (28 diciembre de 1868)
Luego de la batalla de Lomas Valentinas, mientras el Mariscal López se retiraba, todavía resistía el baluarte de Angostura sostenida por tres jefes, 50 oficiales y 320 soldados, casi todos artilleros. En Angostura se reunieron tras la caída de Pikycyry, algunos jefes, unos 3.000 hombres y 500 mujeres. Totalmente sitiados y acosados por el hambre, intentaron algún golpe de mano sobre el abasto enemigo.
El 28 de diciembre reciben una intimación a rendirse sin condiciones. La nota argumentaba que el ejercito había sido totalmente destruido y que la guerra estaba prácticamente terminada, y que la única resistencia era Angostura, agregando que la rendición sería un acto humanitario para atender a los heridos paraguayos y brasileros que podrían ser embarcados desde Angostura hacia Asunción.
Manuel Trujillo, marino artillero paraguayo que estaba en servicio en Angostura, relata en sus “Gestas guerreras”, que recibida la intimación, se reunieron jefes y oficiales donde se dio lectura a la nota y “Un grito al unísono resonó en aquel instante, un grito ensordecedor de las tropas: ¿Rendirnos?...Jamás. Recordemos a los heridos en Yatay y Corumbá, que después de haber entregado sus armas fueron hechos prisioneros y degollaos en su mayor parte”
La intimación fue rechazada contestando por intermedio de los mismos parlamentarios que las comunicaciones debían dirigirse al Cuartel General.
También se aproxima un acorazado brasileño enarbolando bandera blanca, haciendo caso omiso a las señas de los sitiados para que se detuviera, haciéndolo recién luego de ser hostilizado por la artillería. Este hecho dio lugar a una formal queja ante Caxias por abuso de la bandera de parlamento, quien prometió averiguar el hecho y sancionar al responsable, aprovechado a su vez la oportunidad para pedir la rendición, haciéndole saber a los sitiados que la guerra estaba concluida y el propio López aniquilado.
Ante las noticias y la angustiosa situación, los sitiados consideran inútil la resistencia, y el día 30 comunican a los Aliados la decisión de evacuar la guarnición, a condición de hacerlo bajo los honores de guerra, conservando los jefes y oficiales sus espadas y rangos. Las condiciones fueron aceptadas de inmediato y al mediodía cayó Angostura en manos de los Aliados.
Las tropas no querían rendirse y hasta se temió un sublevación, según el relata Manuel Trujillo. Algunos jefes paraguayos tampoco estuvieron de acuerdo con la rendición, entre ellos los tenientes Blas Fleitas y José Urdapilleta. El primero abandonó la trinchera a media noche y cruzando las filas enemigas espada en mano, llegó hasta Cerro León. Urdapilleta, ante la impotencia y desesperación, arreó la bandera paraguaya y envolviendo con ella una bala de cañón, la arroja al río para que no cayera en manos del enemigo.
Testimonio de Manuel Trujillo
Las tropas paraguayas desalojan Angostura, que inmediatamente ocupan los brasileños, y se dirigen a Lomas Valentinas a deponer las armas. El artillero Manuel Trujillo en sus citadas “Gesta Guerreras” relata:
“La llegada a Lomas Valentinas, el acto de la deposición de las armas y la disolución de la fuerzas, testigos oculares me han relatado, porque debo hacer presente que yo me negué a marchar con ellos y conmigo resistiéronse también la mayor parte de los marinos.
No fui a Lomas Valentina porque no me sentí capaz de soportar tanta afrenta como humillación que se iba a consumar al pabellón de mi Patria.
Triste y con el alma acongojada bajé a la playa de Angostura sin una disposición tomada, ni rumbo fijo. Diviso que se acercaba una goleta que navegaba aguas arriba, llega al lugar donde estoy, y conseguí subir a bordo, continuando viaje hasta Asunción.
Desde que llegué me dediqué al comercio, como hasta hoy, no habiendo jamás aceptado puesto público alguno, ni menos me he inclinado ante nadie para pedirlo.
Vivo de mi trabajo honrado, sin otra ambiciones que la tranquilidad y el bienestar de mi familia. Dedico a mis hijos esta pagina de mi historia.”
La intimación fue rechazada contestando por intermedio de los mismos parlamentarios que las comunicaciones debían dirigirse al Cuartel General.
También se aproxima un acorazado brasileño enarbolando bandera blanca, haciendo caso omiso a las señas de los sitiados para que se detuviera, haciéndolo recién luego de ser hostilizado por la artillería. Este hecho dio lugar a una formal queja ante Caxias por abuso de la bandera de parlamento, quien prometió averiguar el hecho y sancionar al responsable, aprovechado a su vez la oportunidad para pedir la rendición, haciéndole saber a los sitiados que la guerra estaba concluida y el propio López aniquilado.
Ante las noticias y la angustiosa situación, los sitiados consideran inútil la resistencia, y el día 30 comunican a los Aliados la decisión de evacuar la guarnición, a condición de hacerlo bajo los honores de guerra, conservando los jefes y oficiales sus espadas y rangos. Las condiciones fueron aceptadas de inmediato y al mediodía cayó Angostura en manos de los Aliados.
Las tropas no querían rendirse y hasta se temió un sublevación, según el relata Manuel Trujillo. Algunos jefes paraguayos tampoco estuvieron de acuerdo con la rendición, entre ellos los tenientes Blas Fleitas y José Urdapilleta. El primero abandonó la trinchera a media noche y cruzando las filas enemigas espada en mano, llegó hasta Cerro León. Urdapilleta, ante la impotencia y desesperación, arreó la bandera paraguaya y envolviendo con ella una bala de cañón, la arroja al río para que no cayera en manos del enemigo.
Testimonio de Manuel Trujillo
Las tropas paraguayas desalojan Angostura, que inmediatamente ocupan los brasileños, y se dirigen a Lomas Valentinas a deponer las armas. El artillero Manuel Trujillo en sus citadas “Gesta Guerreras” relata:
“La llegada a Lomas Valentinas, el acto de la deposición de las armas y la disolución de la fuerzas, testigos oculares me han relatado, porque debo hacer presente que yo me negué a marchar con ellos y conmigo resistiéronse también la mayor parte de los marinos.
No fui a Lomas Valentina porque no me sentí capaz de soportar tanta afrenta como humillación que se iba a consumar al pabellón de mi Patria.
Triste y con el alma acongojada bajé a la playa de Angostura sin una disposición tomada, ni rumbo fijo. Diviso que se acercaba una goleta que navegaba aguas arriba, llega al lugar donde estoy, y conseguí subir a bordo, continuando viaje hasta Asunción.
Desde que llegué me dediqué al comercio, como hasta hoy, no habiendo jamás aceptado puesto público alguno, ni menos me he inclinado ante nadie para pedirlo.
Vivo de mi trabajo honrado, sin otra ambiciones que la tranquilidad y el bienestar de mi familia. Dedico a mis hijos esta pagina de mi historia.”
Fuentes:
- Testimonios de la Guerra Grande. Colección imaginación y memoria del Paraguay. t.II
- O´Leary, Juan. La guerra del Paraguay.
- Castagnino L. Guerra del Paraguay La Triple Alianza contra los paises del Plata.
- La Gazeta Federal: www.lagazeta.com.ar
- Testimonios de la Guerra Grande. Colección imaginación y memoria del Paraguay. t.II
- O´Leary, Juan. La guerra del Paraguay.
- Castagnino L. Guerra del Paraguay La Triple Alianza contra los paises del Plata.
- La Gazeta Federal: www.lagazeta.com.ar
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