Tres sonrisas y una foto.
Aún miran de frente al ojo que envejeció.
Posan en la libertad de toda casita del suburbio, el jardín.
Frontera huidiza de vientos, caracoles, regada tarde a tarde.
El dedo que hizo click, las espolvoreó entre la luna y hoy
que es siempre.
Cada una de vez en vez se monta
en su barca /
hecha de manos/ (palmas, nudillos, dedos entrelazados y apretones)
y salen a buscar corazones:
en los ríos cóncavos, los mares rotos, los deshielos, los charquitos de la esquina.
Para después posarlos en las mesitas de luz, las cómodas de antaño, las paredes.
Los espolvorean hoy que es siempre.
Lindas estampitas, milagrosas de amor.
GB
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