...la adrenalina de las pintadas
en las noches del 76 o del 77.
... a Pocho, y su sonrisa
ancha como su cara,
su fanatismo por la Acadé...
sus lunfardo sanisidrense.
Su pelo negro, ensortijado,
su optimismo victorioso.
Extrañar lo que se dice extrañar, a Ana,
la Rusa,
y su berretín de actriz de teatro,
su amistad a los diecisiete, de pura amiga:del PRT a la Orga.
Porque sí, porque sos vos, de Monteviejo, en Beccar,
a las reuniones en la Plaza San Martín de Retiro,
en la otra tierra.
....a la frase: San Isidro capital de la guerrilla.
....al Mundial 78, porque cantamos la Marchita
en las calles hasta quedarnos afónicos.
Y la gente que se prendía.
Al cartel gigante que entró al Obelisco
con miles atrás...simplemente decía AVELLANEDA.
Y Pocho entreverado entre decenas de bombos, adelante,
"esta columna es nuestra!!!"vociferaba esa noche de los Campeones del Mundo.
A la Villa la Caba, cuando entraba y salía silbando bajito,
llevando y trayendo, esperanzas, consignas, ilusiones,
peronismo eterno.
A la Standard Electric, la Vucotextil, la Papelera,
las volanteadas de madrugada,
los laburantes guardando el volante en el bolsillo,
en el tobillo, llevando noticias en bici.
Extrañar lo que se dice extrañar,
cuando con el pretexto de un asado,
un casamiento, un partido de fútbol entre barrios,
nos juntábamos, 200 o 300,
y en medio del campo gritábamos, de noche,
cuando el Diablo no nos veía...
Y pégue, y pégue, y pégue,Monto pégue, y pégue, y pégue.
A vos, a ella, al otro, a todos aquellos,
a la Ramón Cesáris, a las otras,
a esa mañana fría de Mayo, a esa tardecita cálida de octubre,
a El, lúcido, sonriente, abrazador como pocos,
a la muchedumbre ondulante,
al fuego que nos sobraba,
luz de memoria,
extrañar lo que se dice extrañar,
creo que esto o casi todo,
ah! y la carcajada de Sergio, el Tucán,
antes de cada paseo nocturno dibujando la Revolución
con brocha gorda y pólvora descamisada.
Porque sí o de puro nervio y susto que tenía.
Como yo, o como casi todos.
GB
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