El ex capellán militar de Bahía Blanca, Aldo Omar Vara, prófugo de la justicia en el marco de una causa por delitos de lesa humanidad cometidos en esa ciudad bonaerense, fue detenido por Interpol en Ciudad del Este, en Paraguay.
"Interpol detuvo en Ciudad del Este al ex capellán militar de Bahía Blanca Aldo Vara", informó Fiscales.gob.ar, en su cuenta de Twitter.
Vara, de 80 años, era buscado desde el 6 de agosto de 2013 y en diciembre de ese año el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ofreció una recompensa de 100.000 pesos para quien aportara datos para ubicar al cura acusado de delitos de ser cómplice de secuestros, torturas y desapariciones.
El sacerdote, que se desempeñó como capellán auxiliar en el Comando V del Ejército Argentino en Bahía Blanca, entre 1971 y 1979, tenía pedido de captura nacional bajo la acusación de haber sido cómplice de secuestros, torturas y desapariciones.
Según los fiscales de la unidad especial, Miguel Palazzani y José Nebbia, el excapellán "de acuerdo al reglamento de operaciones psicológicas, es un oficial orgánico y en ese plano está probado también que, de acuerdo al reglamento, el oficial en su ámbito de actuación operaba en la inteligencia y en el aporte al plan criminal desde su lugar de sacerdote, tratando de entrar por ese lado a las personas que estaban en cautiverio".
El más conocido de los casos que involucran a Vara es público desde el juicio a las Juntas gracias al testimonio de un grupo de estudiantes de la Escuela de Nacional de Educación Técnica No 1 que fueron secuestrados en diciembre de 1976 y torturados durante un mes en "La Escuelita". Abandonados en una ruta, otro grupo de militares simuló rescatarlos y los llevó al Batallón, donde recibieron varias visitas del capellán. Uno contó que "nos traía galletitas, cigarrillos, preguntaba cómo habíamos llegado ahí, pero no le avisó a nuestros padres como le pedíamos". Gustavo Aragón consideró una ironía que Vara fuera a llevarles "la palabra de Dios" y a hacerlos rezar mientras seguían en cautiverio. Gustavo López contó que a veces iba con sotana y otras con pantalón, siempre con cuello blanco. José María Petersen declaró que les daba "una especie de contención", pero cuando relataban las torturas permanecía en silencio. Recordó una respuesta de antología que el tribunal apuntó en la sentencia: Vara sugirió que los secuestradores eran paramilitares que actuaban por su cuenta y que los estaban buscando.
"Interpol detuvo en Ciudad del Este al ex capellán militar de Bahía Blanca Aldo Vara", informó Fiscales.gob.ar, en su cuenta de Twitter.
Vara, de 80 años, era buscado desde el 6 de agosto de 2013 y en diciembre de ese año el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ofreció una recompensa de 100.000 pesos para quien aportara datos para ubicar al cura acusado de delitos de ser cómplice de secuestros, torturas y desapariciones.
El sacerdote, que se desempeñó como capellán auxiliar en el Comando V del Ejército Argentino en Bahía Blanca, entre 1971 y 1979, tenía pedido de captura nacional bajo la acusación de haber sido cómplice de secuestros, torturas y desapariciones.
Según los fiscales de la unidad especial, Miguel Palazzani y José Nebbia, el excapellán "de acuerdo al reglamento de operaciones psicológicas, es un oficial orgánico y en ese plano está probado también que, de acuerdo al reglamento, el oficial en su ámbito de actuación operaba en la inteligencia y en el aporte al plan criminal desde su lugar de sacerdote, tratando de entrar por ese lado a las personas que estaban en cautiverio".
El más conocido de los casos que involucran a Vara es público desde el juicio a las Juntas gracias al testimonio de un grupo de estudiantes de la Escuela de Nacional de Educación Técnica No 1 que fueron secuestrados en diciembre de 1976 y torturados durante un mes en "La Escuelita". Abandonados en una ruta, otro grupo de militares simuló rescatarlos y los llevó al Batallón, donde recibieron varias visitas del capellán. Uno contó que "nos traía galletitas, cigarrillos, preguntaba cómo habíamos llegado ahí, pero no le avisó a nuestros padres como le pedíamos". Gustavo Aragón consideró una ironía que Vara fuera a llevarles "la palabra de Dios" y a hacerlos rezar mientras seguían en cautiverio. Gustavo López contó que a veces iba con sotana y otras con pantalón, siempre con cuello blanco. José María Petersen declaró que les daba "una especie de contención", pero cuando relataban las torturas permanecía en silencio. Recordó una respuesta de antología que el tribunal apuntó en la sentencia: Vara sugirió que los secuestradores eran paramilitares que actuaban por su cuenta y que los estaban buscando.
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