El juez de la Corte Suprema, que estuvo a cargo de la comisión que redactó la propuesta, criticó a Sergio Massa y aclaró que el documento que hasta el momento se conoce es sólo "un borrador" que aún debe sufrir modificaciones. "Este no es el anteproyecto de nadie en particular; yo hubiera hecho otra cosa, pero es un texto consensuado, y hemos consensuado en virtud de que es necesario tener un código penal, que hoy no tenemos", remarcó además en Tiempo Argentino.
El juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni rechazó las críticas del diputado Sergio Massa contra el proyecto de reforma del Código Penal y advirtió que "con sus reacciones está demostrando la pobreza e inmadurez de la clase política".
"Lo que veo en las reacciones como las del señor Massa (es que) está demostrando la pobreza de la política argentina; está demostrando la inmadurez de nuestra clase política", afirmó el juez en Radio Cooperativa.
Zaffaroni le pidió a Massa "que no sea ridículo" y abordó el tema: "La excarcelación es una prisión procesal, no es del código penal, el código no regula la excarcelación ni la prisión preventiva". "Que Massa estudie un poco eso", le pidió.
Además, Zaffaroni dio su opinión sobre la necesidad de la reforma del Código Penal en Tiempo Argentino.
"Considero que no hay que apresurarse: el anteproyecto lo tiene el Ejecutivo y el Ministerio sabrá cuándo lanzarlo y ponerlo en discusión. No hay publicación oficial, de modo que lo que se discute es sobre un borrador que algún colaborador poco confiable ha hecho circular sin nuestro consentimiento. Esto se tendrá que discutir en el Congreso de la Nación, habrá consultas, se difundirá el texto cuando se lo haga proyecto", explicó Zaffaroni.
En este sentido, agregó: "Sabremos si la clase política argentina tiene la madurez suficiente para discutir con seriedad un nuevo Código Penal, como se hizo hace noventa años, cuando se sancionó el que hoy está descuartizado por las demagogias vindicativas de las últimas décadas. No es una prueba para quienes consensuamos un proyecto, sino para los políticos".
Sobre el proyecto, indicó que no es el anteproyecto de nadie en particular; yo hubiera hecho otra cosa, pero es un texto consensuado, y hemos consensuado en virtud de que es necesario tener un código penal, que hoy no tenemos. Todos los integrantes de la comisión hemos cedido posiciones en varios puntos, nadie se atrincheró en cosas secundarias. Nos dimos cuenta de que en este caso, lo que cada uno creía mejor era en definitiva enemigo de lo bueno, que era aproximar posiciones y consensuar".
¿Habrá llegado la hora?
Por Eugenio Raúl Zaffaroni
Sobre la reforma del Código Penal, considero que no hay que apresurarse: el anteproyecto lo tiene el Ejecutivo y el Ministerio sabrá cuándo lanzarlo y ponerlo en discusión.
Sobre la reforma del Código Penal, considero que no hay que apresurarse: el anteproyecto lo tiene el Ejecutivo y el Ministerio sabrá cuándo lanzarlo y ponerlo en discusión.
No hay publicación oficial, de modo que lo que se discute es sobre un borrador que algún colaborador poco confiable ha hecho circular sin nuestro consentimiento. Esto se tendrá que discutir en el Congreso de la Nación, habrá consultas, se difundirá el texto cuando se lo haga proyecto y, en definitiva, sabremos si la clase política argentina tiene la madurez suficiente para discutir con seriedad un nuevo Código Penal, como se hizo hace noventa años, cuando se sancionó el que hoy está descuartizado por las demagogias vindicativas de las últimas décadas.
No es una prueba para quienes consensuamos un proyecto, sino para los políticos. Este no es el anteproyecto de nadie en particular; yo hubiera hecho otra cosa, pero es un texto consensuado, y hemos consensuado en virtud de que es necesario tener un código penal, que hoy no tenemos. Todos los integrantes de la comisión hemos cedido posiciones en varios puntos, nadie se atrincheró en cosas secundarias. Nos dimos cuenta de que en este caso, lo que cada uno creía mejor era en definitiva enemigo de lo bueno, que era aproximar posiciones y consensuar.
Nosotros estamos abiertos a todas las observaciones críticas, no creemos que hayamos escrito una obra inmejorable ni mucho menos, pero siempre que se lo haga en un marco de seriedad y tecnicismo. Así se hizo hace noventa años.
¿Tendrá nuestra clase política la madurez de comprender que algunas cosas deben quedar al margen de los objetos que se arrojan en las contiendas por el poder? En 1891, cuando se publicó el proyecto de Rivarola, Piñero y Matienzo, no lo tuvo. En 1906, cuando se lo simplificó y resucitó, tampoco. En 1916 lo tuvo y así se sancionó el código de 1921. Desde 1993, en la democracia, se vienen proponiendo reformas estructurales, jalonadas por diversos proyectos parciales y alguno total. Hasta ahora no se logró la madurez para discutirlo fuera de la contienda política. Quizá haya llegado la hora, quizá no. Si no llegó, quedará como un documento más en este camino, esperando que la clase política madure para dejar los muertos y las libertades fuera de la disputa por el poder y ponerse a discutir en serio un texto que, créase o no, es siempre un apéndice de la Constitución, es el que nos dice qué está penado y qué no lo está.
Si nos llaman acudiremos, explicaremos, daremos razones y, si nos hacen notar errores o soluciones más racionales, con todo gusto las aceptaremos. Si aún no llegó la hora, lo lamentaremos, pero de toda forma, habremos dejado una baldosa más en el camino de reconstrucción de nuestra legislación penal.
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