Se tiene una sensación de que uno tiene su vida en sus manos al andar en bicicleta en Roma a la noche. Es posible que te pise un taxi a toda velocidad. Pero el mayor peligro son los baches en las rutas, algunos del tamaño de aljibes pequeños, que por propia admisión del alcalde se hacen más grandes porque la ciudad sólo los rellena dos veces por siglo.
“Con el dinero que tenemos actualmente, soy capaz de realizar el mantenimiento de rutas cada 52 años y limpiar 500.000 alcantarillas de la ciudad cada 24 años. Esto no es realmente el mantenimiento”, dijo el alcalde Ignazio Marino, esta semana en su enfrentamiento con el gobierno nacional y, en especial, con el nuevo primer ministro de Italia, Matteo Renzi. En el corazón de la crisis hay un agujero por 20 mil millones de euros que se abrió en las cuentas de la ciudad, después de décadas de incompetencia, corrupción y negación.Pero el déficit financiero de Roma se está acelerando. En una repetición de los enfrentamientos de la ciudad versus Estado vistos en Estados Unidos –en especial en Detroit y en 1970 Nueva York–, Marino le dijo a Renzi en términos muy claros, la semana pasada, que el gobierno nacional debe proveer los fondos de emergencia necesarios para pagar los servicios vitales y los salarios de los funcionarios públicos, o la ciudad se apagaría desde la mañana del lunes.
Sin la inyección de un rescate de 500 millones de euros, Marino predijo que sobrevendría el caos. “En marzo no habrá dinero para pagar a 25 mil empleados de la ciudad, para pagar el combustible para los autobuses, para mantener los jardines de infantes de la ciudad, para recoger la basura o para organizar la canonización de los dos papas, un evento de escala planetaria”, dijo. Presumiblemente, Renzi pensaba que ser culpado por llevar a la capital del país al default no se vería bien en su primera semana en el gobierno. Respondió ayer al firmar un decreto de fondos de emergencia para pagar 500 millones de euros a las arcas de la ciudad, a pesar de que no estaba contento con la actitud del alcalde.
“Me gustaría invitar a todos a moderar su lenguaje. Los motivos de Marino son comprensibles. Su tono no lo era”, dijo el primer ministro irritado, quien renunció a su propia oficina de alcalde de Florencia hace poco más de una semana. El decreto de emergencia va a pagar los sueldos de los trabajadores municipales y asegurar que servicios como el transporte público y la recolección de basura continuarán, pero de ninguna manera solucionará los problemas financieros crónicos de Roma. Roma planea pagar sus deudas de casi 14 mil millones de euros en 2048. Pero la ciudad de unos 2,6 millones de personas es rescatada por el gobierno central cada año desde 2008.
Las deudas se han ido acumulando durante medio siglo, pero se dispararon de manera alarmante en los últimos diez años. De acuerdo con un reciente informe de Ernst & Young, el déficit de Roma –el exceso de gasto anual– llega a más de 800 millones de euros.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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