jueves, 20 de febrero de 2014
RODOLFO KUSH DIXIT.
“En las sociedades gobernadas por la alta tecnología, el hombre cero actúa como servomecanismo de la máquina pero el Sistema lo compensa, en cierta medida, con el confort y el bienestar material (alta calidad de vida). En cambio en los países del Tercer Mundo, esas mismas tecnologías -que en aspectos específicos podrían prestar servicios altamente positivos- al ser vehiculizadas por inescrupulosos intereses, practican algo semejante al etnocidio y contribuyen a mantener a los grupos sociales en estado de indefensión. Se puede entonces afirmar…que las tecnologías comunicacionales -tal como hoy se despliegan desde los centros de poder-, constituyen la contribución más efectiva de un aspecto de la ciencia y la técnica del Occidente moderno a la dependencia de los pueblos del Tercer Mundo. (…)La identidad cultural aparece entonces como uno de los principales motores de la historia. (…)La palabra de la sociedad no es un discurso único ni homogéneo, sino múltiple y heterogéneo. La uniformidad es muerte. La vida es siempre particular y local” (En: Identidad Cultural y Cambio Tecnológico en América Latina, 1985, Buenos Aires, Cela, p43-44)
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