De vez en cuando Daniel Scioli convoca a Carlos Tevez para un picadito, pero al que incorporó de manera definitiva es a otro jugador que también se mueve bien por derecha: el economista del PRO Carlos Melconian.
Cuando Juventus se lo permite, Tevez hace sus aportes a La Ñata, el combinado de fútbol del gobernador. Melconian, en cambio, fue invitado como consultor externo del mandatario bonaerense, en el marco de su ambicioso proyecto presidencial.
El economista se acercó al sciolismo silbando bajito, haciéndole fintas a la atención que suele despertar con su tono canyengue y su larga cabellera azabache. Sin embargo, ya lo vieron subir al piso 19 de la sede porteña del Banco Provincia, en San Martín y Bartolomé MItre, base de operaciones de la campaña "Scioli-2015".
Melconian se suma así al listado de gurúes económicos de Scioli que, con más o con menos participación, ya integran desde Mario Blejer hasta Miguel Bein, pasando por Roberto Lavagna y –por qué no– la titular de la cartera de Hacienda bonaerense, Silvina Batakis.
En sus últimas declaraciones, este economista fanático de Racing se mostró incrédulo con la decisión oficial de flexibilizar las restricciones cambiarias. "No se crean que van autorizar muchos dólares, van autorizar dos mangos con cincuenta", dijo. En el crepúsculo de 2013 había ironizado con la "década ganada", el eslogan kirchnerista. Dijo que, en verdad, se trató de la "década malgastada". El último miércoles el diario Clarín le publicó una columna de opinión. Allí dio un paso más: directamente se refirió a la "década perdida".
En los comicios de octubre estuvo a punto de ser candidato a diputado de Mauricio Macri en la provincia de Buenos Aires. Lo bajaron sobre la hora. Él creyó que fue por su sobreexposición. "Si para un determinado momento histórico, el perfil que uno tiene luce alto para lo que hay que conformar, se esperará otra etapa desde la vocación y el lugar para aportar algo a la Argentina", arrancó. Pero después dijo no poder dilucidar exactamente qué fue lo que pasó. "No sé si el PRO no me presentó en la lista o si Massa no quiso integrarme", especuló, en alusión al acuerdo electoral que sellaron el jefe de gobierno porteño y el ex intendente de Tigre.
Scioli por ahora lo preserva del público, todo lo contrario a lo que hizo con Blejer, a quien expuso deliberadamente en fotografías días antes de participar del Consejo de las Américas, en Nueva York.
Blejer fue presidente del Banco Central en tiempos de Eduardo Duhalde y es conocida su postura contraria al control de los comercios. Incluso desacreditó los motes de "inescrupulosos" y "antipatrióticos" que les endilgó la Casa Rosada a los empresarios. "Ellos tratan de maximizar sus rendimientos para no perder", los exculpó.
Distinta fue la visión de Bein, quien ganó el centro de escena cuando Cristina Kirchner lo citó para reflejar el espíritu desestabilizante del sector financiero. "Los mercados venían muy envalentonados de que iban a volar al gobierno por los aires. No lo digo yo, no lo dice Axel (Kicillof), ni 'Coqui' Capitanich, ni ningún chico de La Cámpora ni un 'ultra K': lo dice un hombre identificado con el radicalismo", abundó la presidenta en una cadena nacional.
En efecto, Bein fue subsecretario de Pequeñas y Medianas Empresas de Raúl Alfonsín y secretario de Programación Económica de Fernando de la Rúa. Para integrar el gobierno de la Alianza desarmó la consultora que compartía con José Luis Machinea, un heterodoxo que llegó al ministerio de Economía.
En su arenga, Cristina le agradeció a Bein por "el invalorable aporte a la compresión, racionalidad y manejo no sólo de los mercados sino de los grandes medios que les hacían el juego a Cavallo".
Es tan cierta y demostrable esa apreciación de la mandataria como el silencio que el gobierno a pleno realizó cuando Guillermo Moreno sancionó económicamente a la consultora de Bein por difundir estimaciones de precios que "inducían al error o a la confusión". Finalmente el pago de la multa –de 500 mil pesos– aplicada por la secretaría de Comercio fue revocado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo.
Esos escarceos poco y nada le interesan a Batakis, atareada por estas horas con otros menesteres no menores, como el de responder a los reclamos salariales del sector público sin desbalancear el presupuesto de la Provincia. Menuda tarea la suya si de esa estabilidad depende la carrera política de Scioli, quien de todos modos volvió entusiasmadísimo de los Estados Unidos. Allí defendió la política económica Argentina en base a las señales que en las vísperas le hicieron llegar el ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, el CEO de YPF, Miguel Galuccio, y el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega.
Ante inversores extranjeros habló de un inminente acuerdo con Repsol, del avance en las conversaciones con el Club de París, de un seguro replanteo de la política de subsidios, de la liquidación de la cosecha y del nuevo índice de precios al consumidor, que le devuelve al Indec la credibilidad perdida.
Claro, eso no es exactamente lo que piensa Lavagna, quien mantuvo su escepticismo sobre los cambios que insinúa la Casa Rosada. "Es un paso adelante, de todas maneras hay que ser prudentes. Quienes presentaron el índice son los mismos que desde hace siete años vienen mintiendo respecto a la inflación. No generan mucha confianza", sostuvo.
De hecho, el ex ministro de Duhalde y Néstor Kirchner sigue alertando sobre la eventualidad de un nuevo "Rodrigazo", en alusión al espiral inflacionario que, en tiempos de Isabel Perón, resultó de la carrera entre precios y salarios.
Scioli, por su propia naturaleza, es más optimista que Lavagna, a quien de todos modos le agradece denodadamente sus consejos. Habrá que ver si eso alcanza para que el economista tenga a futuro una participación más activa como asesor del gobernador, o si –como hasta ahora– seguirá navegando a dos aguas: algunas veces subiéndose a la lancha off-shore del ex motonauta, otras a las lanchas-colectivo del Tigre, que lo aproximan a Massa.
Infonews
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