Una publicidad bancaria utiliza la imagen de Enrique Santos Discépolo y bromea con su monólogo en El hincha. Mal gusto y una nueva ofensa para con uno de nuestros mayores artistas populares.
Por Juan Ciucci
Una de las mayores desgracias de la llegada del mundial son las propagandas que suscita. Diversas empresas sin ninguna relación ni con el deporte ni con la pasión del fútbol; intentan comerciar sus productos apelando a códigos que las compañías publicitarias les dicen que son futbolísticos.
Quizás de las más patéticas sean las de los bancos, instituciones que por definición se encuentran enfrentadas con la pasión (del fútbol). Pero como la mayoría de sus clientes sí entienden esa pasión, más aun en los mundiales, tratan de llegar a ellos con ofertas varias.
De las más comunes son puntos por compras que quizás permitirían llegar a tomarse un avión para Brasil, aunque nunca dejan demasiado en claro cómo y qué es lo que uno ganaría. Siempre en tono con el humor, esas propagandas ofrecen un entretenimiento que sirva para reafirmar la marca del banco, e ilusionar con un premio mundialista un tanto incierto.
En este marco, la última propaganda de Santander-Rio, utilizando la imagen de Enrique Santos Discépolo ya ofende. No sólo por usar al compañero para sus tristes y mezquinos intereses, sino por ofender también al hincha nacional.
Utilizan quizás el fragmento más conocido de la prolífica carrera cinematográfica de Discepolín, cuando en El hincha define de un modo perfecto la pasión por el fútbol que vivimos aquellos que amamos a un club. “¿Qué sería de un club sin el hincha? Una bolsa vacía. El hincha es el alma de los colores, el que no se ve. El que se da todo sin esperar nada. Ese es el hincha”.
Aprovechamos la oportunidad para recomendar fuertemente la película, no sólo por el trabajo descomunal de Discépolo, sino por la crítica certera que hace al fútbol, a los jugadores, a los periodistas, a los dirigentes, a los propios hinchas….
Ahora, para algún creativo publicitario (como se hacen llamar los que hacen estos avisos para vender productos) parecía gracioso cambiar esas palabras por los placeres que ellos le ofrecen alhincha vip que promocionan. Pobre de aquellos que crean disfrutar así el fútbol. Por suerte todos los domingos los hinchas niegan en la práctica, como corresponde, tantas pavadas. Sigue indignando ver que quieran usar absolutamente todo para vender. Cambalache también en el Siglo XXI.
agencia paco urondo
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