domingo, 2 de febrero de 2014

Cambia, todo cambia


Año 7. Edición número 298. Domingo 2 de Febrero de 2014
El próximo miércoles será de dominio público que Fútbol para Todos va a cambiar de manos. Esta iniciativa de estatizar las transmisiones televisivas tomada en agosto de 2009 quizá fue la manera más eficaz de poner sobre el tapete algo que todos ya sabían y que requería una modificación de 180 grados: el grupo Clarín a lo largo de los noventa, con la exclusividad de las transmisiones de fútbol, logró consolidar el poderío de una cantidad de operadores de televisión por cable en todo el país y de darle un crecimiento exponencial a Torneos y Competencias, un emprendimiento del empresario Carlos Ávila de principios de los ochenta, que luego entró en sociedad con Clarín. Fútbol para Todosfue el primer capítulo de un gran debate cultural, llamado lucha contra las posiciones dominantes en los medios, que permitió la llegada de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Lo que se conocerá el miércoles es la vuelta de TyC, ahora propiedad de dos grupos mediáticos multinacionales. Uno es Fox, propiedad del ultraconservador Rupert Murdoch, nacido en Australia, residente en el Reino Unido y principal operador de medios en Estados Unidos. Fox en la Argentina tiene una cara visible, Fernando Niembro, destacado periodista deportivo y también activo militante del menemismo. Directv –socio local de TyC– tiene como principal accionista a Gustavo Cisneros, un empresario venezolano que pasó por todas las estaciones: desde el golpe de Estado –frustrado– a Hugo Chávez en abril de 2002 a un acercamiento al chavismo. Cisneros y Murdoch, en 2004, fusionaron Skynews y Directv para el continente. Ambos son confesos defensores del Área de Libre Comercio para este continente.
Pero TyC no estará solo en Fútbol para Todos. Porque quien comanda esta nueva etapa es Marcelo Tinelli, quien ahora tiene como socio en Ideas del Sur a Cristóbal López, el empresario de Comodoro Rivadavia que logró diversificar sus operaciones iniciadas con el petróleo hacia el juego y más recientemente hacia los medios de comunicación. TyC e Ideas del Sur tendrán la concesión de un espacio que hasta ahora fue sostenido por el Estado y que, probablemente, no tenga sustanciales modificaciones en cuanto a su esquema financiero.
Tinelli fue convocado por el propio Jorge Capitanich no solo porque el jefe de Gabinete es amante del fútbol y preside el club Sarmiento de Chaco, aunque ahora está en uso de licencia. Más allá de esto, la centralidad lograda por Capitanich desde su llegada al Gobierno Nacional le permite sumar la pasión argentina por el balón y el prestigio de Tinelli como animador televisivo a su eventual candidatura presidencial.
Lo inquietante, más allá de la figura del jefe de Gabinete, es que este cambio en Fútbol para Todos se da en el contexto de la aceptación de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual de la propuesta de adecuación de licencias presentada por el directorio de Clarín, encabezado por Héctor Magnetto. Si bien la desinversión de Clarín y Fútbol para Todoss corren por cuerdas separadas, hay algunos temas que no pueden ser soslayados. El propio Tinelli pidió la salida de la pantalla de Javier Vicente, conocido como el relator militante. El animador televisivo lo dijo sin vueltas: no quiere el grado de politización que significa Vicente en esta etapa. El periodismo deportivo está tan cruzado de militancias como lo están otros sectores de la vida pública. El caso de Niembro, aunque ahora no tenga relación directa con la pantalla de Fútbol para Todos, es tan emblemático como el de Vicente. Y nadie puede negar la trayectoria periodística de Niembro. Ahora, si el estilo Vicente molesta a algunos, no son pocos los que desaprueban los diálogos entre el hombre de Mataderos y el relator Mariano Closs. Y, sin embargo, siguen aprovechando la solvencia profesional de esa dupla. Vicente fue compañero de estudios de quien escribe estas líneas en la primera camada de la licenciatura en Comunicación Social de la UBA. Después de recibirse, el relator militante hizo una Maestría en Comunicación y Educación en la Universidad de Barcelona y lleva más de dos décadas como periodista y relator deportivo. Para los que viven en la mitología de que militancia es igual a plata fácil, vale la pena saber que Vicente no le cuesta un peso extra al Estado: trabaja hace años en Radio Nacional y está –hasta ahora– asignado al programa Fútbol para Todos con el mismo sueldo, más el extra que paga Radio Nacional por cada transmisión, no más de 600 pesos por partido y los viáticos, si son fuera del perímetro metropolitano.
Una última consideración: podrá argumentarse que Closs es un número uno desde hace muchos años. Justamente, estos años de la Argentina mostraron que se pueden cambiar las cosas y también las caras y los canales donde se transmite. Por otra parte, la audiencia del fútbol, pasión nacional, no depende de relatores y comentaristas sino del partido. La mitología al respecto fue derribada estos años: los canales 7 y 9 tuvieron altísimos niveles de audiencia y, además, sin necesidad de pagar.
Estas líneas no son para afirmar que una nueva etapa de las transmisiones del fútbol debe tener a Vicente como relator sino simplemente para dar cuenta de cuáles son los fundamentos por los cuales Tinelli cree que es inconveniente su presencia. Si se pretende una etapa abierta y no confrontativa o, de modo encubierto, lo que se busca es politizar al fútbol en otra dirección, una que ya es ultraconocida y se apoya en el mal sentido común, el del doble discurso, el que pretende que para hacer política es mejor no hablar de política.
Tipo de cambio y cambio de tipos. El fútbol de verano no alcanzó a convertirse en pasión de multitudes. Las estrellas son las finanzas, los precios y los salarios. Si hubiera que relatar el partido, el vértigo hace que la cámara no pueda detenerse y congelar el plano en algunos de los jugadores patéticos que están en el campo de juego. En una entrevista con Víctor Hugo Morales, el miércoles pasado, Alberto Príncipe, presidente de la Cámara de Comercio Automotor, decía que era imposible tener precios. Víctor Hugo le decía que eso podía ser especular con la situación y Príncipe insistía que era un tema “profesional” porque solo podían fijar precios como reflejo de los autos cero kilómetro. Apenas un mes atrás, el 15 de diciembre, los medios reflejaban los números de la Cámara. Príncipe decía: “Seguimos marcando récords. Cumplidos los primeros once meses del año vemos un crecimiento de las ventas respecto a los años 2011 y 2012”. Cristiano Ratazzi, que sabe de cero kilómetros y preside Fiat Argentina desde hace décadas, por Radio Mitre dio su opinión de que el aumento de los aranceles de importación de autos de lujo fue como un rayo: el Gobierno “fulminó la venta de altísima gama, la fulminó”. El que salió medido, simpático y no confrontativo, haciendo más gambetas que pateando al arco, fue Eduardo Eurnekian, que jugó su partido de vuelta con Jorge Lanata. El primero había sido con acusaciones duras, el de Aeropuertos Argentina 2000, en medio de la calentura, llegó a acusar al periodista de querer sangre y no paz social. Pero eso fue en agosto de 2013. En cambio, esta vez, se prodigaron sonrisas. A propósito, Lanata le preguntó si seguía pensando que Jorge Capitanich era un buen CEO para la Argentina y Eurnekian lo reafirmó, dijo que necesitaba tiempo. Tras cartón, Lanata le preguntó por Axel Kicillof y el empresario se rió sin ningún rubor por unos cuantos segundos. Resultaba obvio, pero Lanata no iba a perder la oportunidad de mostrar a un empresario cercano al Gobierno diciendo que al ministro de Economía le faltaba experiencia. Lo mismo Eurnekian dijo algo que sonaba sensato: la necesidad de convocar al Consejo Económico Social. Nada indica que haya, dentro del Gobierno, la idea de abrir el abanico y convocar a los sectores sindicales y patronales. Mucho menos a la oposición. El esquema de juego es aguantar con una línea de tres: el jefe de Gabinete, el ministro de Economía y el presidente del Banco Central.
Yendo a lo central, o mejor dicho al Central, la gran pregunta es si esta nueva cotización del dólar oficial en torno de los ocho pesos es sustentable o habrá nuevas devaluaciones. La apuesta oficial es mantenerlo, aun vendiendo reservas, aun aceptando que la brecha con el blue sigue en torno del 50 por ciento. El aumento de la tasa de interés de estos días pretende derivar fondos privados al ahorro bancario. De paso, parece que hay una operación que hacen los sojeros que con el toque a la tasa se les complica un poquito. Es decir, los sojeros guardaron parte de la cosecha en silobolsa, esperan que siga la devaluación y, en el mientras tanto, toman crédito en pesos pensando en que para fines de marzo, cuando vendan, van a ganar todavía más plata. A propósito, la Bolsa de Cereales de Rosario –jamón del medio del mundo sojero, valga la comparación– tiene operaciones de mercado a futuro (Rofex): para febrero, el billete verde cotiza 8,19; para abril (mes de venta de la soja) cotiza a 8,62 y para octubre la cosa pasa de verde a rojo: un dólar cuesta 10,40 pesos.
Así están las cosas país, y nosotros se las contamos, dice un presentador de noticias muy sobrio. Sebastián Vignolo tiene una frase de despedida más modesta: gracias por tanto, perdón por tan poco. En el caso de Closs, indudablemente logró añadir a su talento profesional esa rara manera de pronunciar algunas vocales y hasta algunas consonantes. Así, se lo escucha saludar a su coequiper y el televidente nunca puede saber si le dice Miembro o Miembra. En fin, con tantos cambios, muchos de ellos sin que se sepa para qué son, Miradas al Sur también puede, alguna vez, distender el estilo y hacer un guiso de crónica deportiva y charlas de quincho.

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