martes, 11 de junio de 2013
¿Qué miran en la oposición?
Mañana vence el plazo para inscribir los frentes electorales y los dirigentes opositores están en una carrera contrarreloj para unir fuerzas en los distintos distritos con el fin de disminuir el poder del kirchnerismo en el Congreso y de posicionarse para las presidenciales del 2015.
Por Jorge Cicuttin
Mientras el oficialismo no necesita definir en estas horas ni nombres ni ubicaciones en las listas porque se inscribirá como Frente para la Victoria en los distintos distritos, en el caso de la oposición la urgente necesidad de alianzas pone en evidencia vanidades, especulaciones, oportunismos, luchas internas y los intereses en juego de cara a las elecciones presidenciales que en dos años discutirán en el país si es el cierre o la continuidad del proyecto kirchnerista.
Ya sea por el reclamo que escuchan los dirigentes opositores tanto en las multitudinarias marchas antikirchneristas como en los grupos mediáticos que desean ver a Cristina fuera de la Casa Rosada, ya sea por urgencias personales para no caerse del tablero político, las alianzas las ven como una necesidad que en algunos casos fuerza uniones resistidas por las propias bases.
Hoy se registran distintas alianzas endebles para no perder en el corto plazo. Forzadas. Frágiles. A tal punto que gran parte de lo que pondrá en juego la oposición depende de lo que hagan dos figuras políticas que desde hace diez años forman parte del kirchnerismo.
¿Qué miran importantes dirigentes opositores para definir su estrategia electoral? Qué harán los bonaerenses Daniel Scioli y Sergio Massa. Que los nombres claves que puedan delinear los movimientos políticos tanto para las legislativas de este año como para las presidenciales del 2015 formen parte del kirchnerismo habla no sólo de la fragmentación y fragilidad de la oposición, sino también de la falta de un proyecto creíble.
El caso del intendente de Tigre es un claro ejemplo de cuánto influyen los movimientos dentro del kirchnerismo en la oposición. Hoy se espera que Massa se encuentre –después de varias postergaciones– con un nutrido grupo de jefes comunales bonaerenses, con los cuales va a definir si en estas elecciones juega dentro del Frente para la Victoria o si se pasa a las filas opositoras.
El final de esta indefinición marcará, obviamente, las posibilidades electorales del oficialismo, pero en cuanto a la oposición, tendrá un efecto clave en la trabajosa y conflictiva alianza entre Francisco de Narváez y el PRO. "El Colorado" espera para cerrar el acuerdo con el macrismo si Massa va por fuera o dentro del FPV. En el primer caso, cerraría filas con el PRO. En el segundo, congela toda negociación.
Teniendo en cuenta lo esencial que es para el macrismo la unidad –más en la provincia de Buenos Aires– con el peronismo anti-K, cómo Massa jugará sus fichas es una incógnita que le quita el sueño a Mauricio Macri.
Las miradas –y las presiones– están puestas también en Daniel Scioli. En este caso, más que para las legislativas, las expectativas opositoras –tanto de la política como desde los grupos mediáticos anti-K– están puestas en lo que sucederá en las presidenciales del 2015.
Desde Hugo Moyano hasta el Grupo Clarín trabajan incansablemente para llevar al gobernador bonaerense a una ruptura pública con Cristina. Ya habían tratado de hacerlo en 2011, y fracasaron. Ahora vuelven a la carga.
Estas miradas –y esperanzas– puestas sobre dos dirigentes que acompañaron a Néstor y a Cristina en la última década hablan más de la oposición que del oficialismo.
Como habla del armado opositor lo que ocurre en la Ciudad de Buenos Aires con el Frente Amplio Progresista y la UCR. Lo que podría mostrarse hacia fuera como un éxito político, tiene pies de barro. Y esto lo reconocen los propios candidatos. Ante un FAP fracturado, los radicales lograron un acuerdo con algunas de las fuerzas que integraban el Frente y pocos días atrás lo sellaron con la dupla que integran Elisa "Lilita" Carrió y Fernando "Pino" Solanas. Competirán en las internas abiertas de agosto próximo y esperan contar con los votos suficientes para conseguir el senador por la minoría, de los tres que se pondrán en juego en octubre por este distrito.
Hasta allí todo parecía marchar sobre rieles y generaba optimismo en este sector anti-K porteño, pero estas alianzas forzadas ofrecen grietas profundas y por ella se escapan y se hacen público los choques internos.
Fue Pino Solanas quien dos días antes de inscribir la alianza ya le puso fecha de vencimiento. "Aspiramos a continuar con las fuerzas que conforman Coalición Sur, con los radicales y (Alfonso) Prat-Gay es una alianza táctica que no seguirá más allá de octubre", anunció Solanas en una entrevista. Es decir, llaman a votar por una "alianza táctica" que tiene tantas diferencias internas que no aspira a ninguna construcción futura. ¿Qué es lo que votará entonces el porteño más allá de un sentimiento anti-K?
La diputada Victoria Donda, que forma parte de la alianza, se distanció de "Pino" Solanas: "Por supuesto que no lo comparto. Venimos trabajando con el sector de la UCR de Gil Lavedra, con la Coalición Cívica de Prat-Gay, y nos une una cantidad de propuestas que las resumimos en ocho puntos que firmamos hace seis meses", sostuvo.
Sirve como ejemplo. Alianzas a las que sus protagonistas le ponen un plazo de vida aun antes de firmarse; los más rabiosos antikirchneristas que miran a dirigentes del oficialismo como su carta de triunfo para las elecciones. Una pintura de la oposición a un día de sellarse los frentes para octubre.
11/06/13 Infonews
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