domingo, 9 de junio de 2013
Inés Weinberg de Roca, nueva integrante del Tribunal Superior de Justicia La jueza favorita Por Tali Goldman
Preferida. Inés Weinberg de Roca está denunciada por cobrar doble sueldo como jueza. Protege al Pro.
Imaginarse a un hombre en el gimnasio no resulta tarea difícil. Musculosa, pantalones cortos, toalla atada al cuello y una botella de agua en la mano. El sudor, en esos ámbitos, es moneda corriente y no espanta a nadie. Ahora, hay que agregarle a ese sujeto nombre y apellido: Mauricio Macri. El jefe de gobierno suele llevar adelante lo que se conoce como “rosca política” nada menos que en el gimnasio “Ocampo Wellnes Club”, ubicado en el exclusivo Barrio Parque. Allí no sólo conoció a Juliana Awada, su esposa, sino que entre cinta y bicicleta fija también se topó con otra mujer, la entonces camarista del fuero Contencioso Administrativo porteño, Inés Weinberg de Roca, hoy flamante integrante del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la ciudad, que fue recientemente electa en una votación express en la Legislatura, con votos del Pro, Proyecto Sur y Buenos Aires para Todos.
Luego de tres años de estar vacante el puesto, se incorpora como quinta integrante del máximo ente jurídico de la ciudad autónoma una mujer que no proviene del mundillo político, sino del ámbito privado y que a principio de los ’90 ingresó en la carrera judicial. Además, entre 2003 y 2008, fue miembro del Tribunal Penal Internacional para Ruanda por la Asamblea General de las Naciones Unidas, motivo por el cual se despertaron varias sospechas en torno al cobro de sus honorarios. Desde que es camarista, tuvo algunas actitudes favorables para con el equipo amarillo.
Una de ellas fue en el medio del conflicto por el traspaso del subte. Cuando quedaban pocos meses para que se acabara con la transferencia de subsidios del Estado nacional al porteño, muchas medidas cautelares frenaban las maniobras del Pro, por ejemplo, para que no subiera la tarifa. Todas caían en manos de la jueza Patricia López Vergara, titular del 6º Juzgado Contencioso Administrativo de la ciudad, que venía fallando en contra del equipo amarillo. Por lo tanto y pese a que Mauricio Macri sostenía públicamente que iba a actuar conforme a lo que dictara la jueza, lo cierto es que por abajo su único objetivo era correr a López Vergara del medio. Una de esas ayudas provino de la mano de Weinberg de Roca. Mientras la titular del juzgado número 6 estaba de licencia y en medio de algunas quejas, la entonces presidenta de la Sala y actual jueza del TSJ pidió los originales de una de las causas con el objetivo de desviarla del caso. Ese pedido causó cierto asombro en el tribunal, que le recordó a Weinberg que ya tenía una copia en su poder y que no era necesario que se llevara esos originales.
Otra de las causas en las que Weinberg también le quitó un dolor de cabeza al jefe de gobierno porteño fue cuando se desató la polémica por la suspensión del aborto no punible en la CABA. La Cámara que ella comanda resolvió por unanimidad “no hacer lugar a la apelación interpuesta por la Asociación Civil Pro Familia con el fin de que el Gobierno de la Ciudad se abstenga de realizar un aborto en un hospital porteño (…) La decisión depende, entonces, de un juicio médico debidamente fundado en criterios científicos admisibles, sobre la base de las circunstancias objetivas”. Es decir, la camarista corrió del eje la discusión política, sacando del medio al Pro, para que sean los médicos los que tengan que decidir sobre el aborto ya pautado y pese a que había una ley votada por la Legislatura porteña en ese mismo sentido.
Por eso, Mauricio Macri pensó en ella a la hora de ocupar la silla vacante dentro del TSJ, aunque sabía que se venía una batalla complicada dentro de su propio bloque, encabezada por Daniel “Tano” Angelici, el presidente de Boca y principal operador de su partido en el ámbito de la Justicia. El “Tano” cuenta con dos aliados en el Consejo de la Magistratura: Ricardo Félix Baldomar y Juan Sebastián De Steffano y, además, con tres legisladores porteños: Martín Ocampo (presidente de la Comisión de Justicia), Oscar Zago y María Raquel Herrero. Si bien Angelici es orgánico y se reunió en varias oportunidades con Weinberg de Roca, fue claro: “Si Mauricio insiste, yo no me voy a oponer, pero no soy yo el que voy a hacer lobby para juntar los votos que usted necesite, tiene que buscárselos sola”, le aclaró el radical-Pro. Por caso, cuando la magistrada fue como invitada especial a un almuerzo del bloque comandado por Cristian Ritondo, no vino de la mano de Ocampo –que es quien lleva a los personajes vinculados a la Justicia– sino que la trajeron Lidia Saya y de Carmen Polledo, dos legisladoras del Pro, que la conocen a la jueza de círculos de la alta sociedad.
En ese sentido, no sorprendió que la votación en el recinto de Perú al 100 se cayera dos veces en varias semanas, ya que el Pro no había conseguido los votos necesarios para aprobar el pliego. Pero casualmente –o no– la votación para nombrar a Weinberg de Roca se realizó en una sesión especial, el mismo día (30 de mayo) en el que también se votaba el proyecto de ley que modificaba (casi de modo irrelevante) el DNU presentado por Macri a favor de Clarín para “defender la libertad de expresión”. Alrededor de las 16 horas y en veinte minutos, el bloque del Pro junto a los legisladores de Proyecto Sur, UCR y Buenos Aires para Todos juntaron 40 votos positivos y así se elevó a cinco la nómina de magistrados del alto tribunal. El único que se abstuvo, junto al bloque kirchnerista, fue Rafael Gentili, que pertenece al espacio que comanda Pino Solanas, ya que había realizado varias denuncias en contra de la jueza. Según argumentó, Weinberg cobraba paralelamente su sueldo como camarista (pese a que estaba de licencia), así como también el sueldo del tribunal especial de Naciones Unidas, algo que por ley es incompatible. En su breve discurso, Gentili sostuvo que “en el año 2010, primer año de funcionamiento de ese tribunal (de la ONU), la doctora Weinberg de Roca cobró 63.600 dólares; en el año 2011, cobró 55.200 dólares; en el año 2012, 54-000; y en lo que va de este año va a cobrar 9.000 dólares. Se ha ausentado aproximadamente un mes y medio por año del país, con el sueldo pago por todos nosotros por su cargo de jueza camarista de la ciudad de Buenos Aires, y terminó cobrando en total 181.000 dólares”.
Pocas horas después, y casi con la misma nómina de diputados –salvo algunas excepciones–, se convertía en ley el proyecto (impulsado por Proyecto Sur y la Coalición Cívica basado en el DNU original de Macri), tras el rumor de una “posible intervención a Clarín”. Pero la política y la casualidad no son atributos complementarios. Los artículos 30 y 31 establecen la creación de un “Tribunal de Defensa de la Libertad de Expresión de la Ciudad” que regule el accionar del proyecto. Pero hasta que se constituya este tribunal, el órgano encargado de esa tarea es el Tribunal Superior de Justicia que ya tiene nueva jueza y se llama Inés Weinberg de Roca, la elegida de Mauricio Macri.
Revista Veintitrés
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