martes, 11 de junio de 2013

El último topo del ciberespionaje Por Walter Goobar

Hasta hace unos días pocos conocían detalles de las furtivas operaciones de espionaje digital que disimulaban los edificios de cristal negro de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la agencia más secreta de los EE UU. Pero una serie de artículos publicados este fin de semana en los diarios The Guardian y The Washington Post han revelado que la NSA tenía acceso a registros telefónicos y a las cuentas de Internet de millones de usuarios en Estados Unidos y el extranjero. El masivo programa de ciberespionaje estadounidense involucra además a Gran Bretaña porque, según el periódico británico, el centro de escuchas de los servicios secretos del Reino Unido utiliza desde 2010 el programa estadounidense Prism, para recolectar información privada de los principales servidores de Internet. La fuente de todas estas revelaciones es Edward Snowden, un ex técnico de la CIA de 29 años, que trabajó durante cuatro años como consultor para la NSA, como empleado de varias compañías contratistas del Pentágono como Booz Allen Hamilton, desde la que tuvo acceso a la información secreta. Según las revelaciones de Snowden, la NSA recopila a diario "metadatos" de llamadas telefónicas en los Estados Unidos, que incluyen números, duración o localización de las llamadas, algo que autoriza un grupo de jueces por períodos de 90 días. Además, el ultrasecreto programa Prism permite acceder directamente a los servidores de nueve de las mayores empresas de Internet, entre ellas Microsoft, Google, Facebook o Apple, para vigilar mensajes, videos o fotos en el extranjero con los que encontrar patrones relacionados con supuestas actividades terroristas. Bajo la chapucera fachada de la lucha contra el terrorismo todo vale: el espionaje comercial, financiero, científico... Con semejantes herramientas en la mano ¿por qué se privaría EE UU de utilizarlas en cualquier terreno que redunde beneficio propio? Edward Snowden, el topo –que ayer se esfumó del hotel de Hong Kong donde se hospedaba–, ha estado una década relacionado con la inteligencia estadounidense, primero como ingeniero informático de la CIA, basado en Ginebra, y después como consultor en varias empresas que colaboran con la NSA. Con más de 37 mil empleados civiles y militares, las revelaciones de Snowden permiten corroborar lo que para algunos es "la punta de un iceberg que salió a la superficie con las revelaciones del soldado Bradley Manning a WikiLeaks. Ese muchacho de 29 años, acusado de la mayor filtración de información clasificada de la historia, está siendo juzgado en una base militar que es el corazón de la ciberinteligencia de los Estados Unidos. La propia existencia de la NSA, creada en 1952 por el presidente Harry Truman, se ocultó durante más de 20 años, y pese a la llegada de Obama y sus promesas de transparencia sus poderes siguen siendo tan amplios ahora como durante los años de George W. Bush. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la NSA consiguió poderes más amplios para controlar las comunicaciones dentro y fuera de Estados Unidos y filtrar montañas de datos que –en teoría–, permitirían prevenir un complot terrorista. La mayoría de las reglas por las que se rige la más oscura agencia federal estadounidense son secretas y sólo conocidas en detalle por un puñado de asesores del presidente Barack Obama, algunos legisladores y jueces en Washington. Desde 2008, la NSA ha creado el mayor complejo de análisis de datos digitales existente en la actualidad, y en los próximos meses la agencia concluirá un complejo en el desierto de Utah que ha costado miles de millones de dólares y permitirá procesar y almacenar el equivalente a cinco veces el total del tráfico anual de Internet a nivel mundial, según una investigación de Fox News. El verano pasado, el general Keith Alexander, director de la NSA desde 2005, visitó por primera vez la reunión de hackers más importante de los EE UU, Defcon. Allí calificó de "absurdos" los rumores de que la agencia tiene archivos de 260 millones de ciudadanos estadounidenses y recordó que sus funciones se limitan a la "inteligencia en el exterior". Sin embargo, los documentos filtrados por Snowden desmienten las afirmaciones del director de la NSA, Keith Alexander, porque demuestran que la agencia recopiló cerca de 3000 millones de piezas de información de computadoras estadounidenses en 30 días del pasado mes de marzo, pese a que el área de acción de esa agencia esta orientada principalmente al ciberespionaje en el exterior. Según esta nueva filtración Irán fue el país del que la NSA obtuvo el mayor volumen de información de inteligencia, seguido de Pakistán, Jordania, Egipto y la India, mientras que China, Arabia Saudita y el propio territorio estadounidense son otras "zonas calientes". Por su parte, William Binney, ex director técnico de la NSA, criticó duramente esas declaraciones y adelantó que la agencia tiene la capacidad –y la ejecuta– de recabar sin control judicial datos de redes sociales, de correos electrónicos y registros de llamadas telefónicas tanto fuera como dentro de los Estados Unidos. "Dejé la NSA porque comenzaron a espiar a todo el mundo dentro del país", aseguró el verano pasado en una entrevista con la revista Wired. Este fin de semana Binney fue más contundente: en una entrevista con el Washington Times, aseguró que estas filtraciones son sólo "la punta del iceberg", ya que la NSA dispone de hasta 20 mil millones de registros telefónicos y correos electrónicos de estadounidenses. Al salir a la superficie y dar la cara, explicando que actuó por idealismo, Snowden ingresa en el selecto club de patriotas que por razones de conciencia han arriesgado su libertad para destapar el velo del secreto en la primera potencia del plantea. El soldado Bradley Manning, de 25 años, enfrenta una corte marcial y se arriesga a una condena a cadena perpetua por haber filtrado a la organización Wikileaks más de 700 mil documentos del Pentágono y el Departamento de Estado. En la misma línea de conducta están Philip Agge, un ex agente de la CIA que escribió Dentro de la Compañía, y Daniel Ellsberg, el ex alto funcionario del Pentágono que a principios de los años setenta filtró los llamados papeles del Pentágono, se salvó porque el juicio se anuló por las irregularidades en la investigación por parte de la Administración Nixon. Ellsberg se ha declarado "impresionado" por la actitud de Snowden, quien a su juicio ha prestado "un servicio incalculable" a los ciudadanos. Si hubiera conocido los programas secretos de la NSA "habría hecho exactamente lo que (Snowden) ha hecho", dijo este fin de semana el responsable de filtrar los documentos que revelaron la auténtica situación de la Guerra de Vietnam y lo que pensaba el Departamento de Defensa sobre ese conflicto. Snowden explica que ganaba unos 200 mil dólares anuales y vivía una vida "muy cómoda". "Estoy dispuesto a sacrificar todo esto porque, en buena conciencia, no puedo permitir que el gobierno de los EE UU destruya, con esta máquina de vigilancia que ha construido en secreto, la privacidad, la libertad en Internet y las libertades básicas de personas de todo el mundo", dijo el último de los topos estadounidenses cuyo paradero es ahora un misterio. Algunos sostienen que Snowden quiere pedir asilo en Islandia, pero tendría que llegar hasta allí. 10/06/13 Infonews

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