Fue la única, velada alusión que hizo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la marcha del 18 de febrero: “Nosotros nos quedamos con el canto, con la alegría, con ese grito de ‘viva la patria’, y a ellos les dejamos el silencio. Siempre les gustó el silencio. ¿Saben por qué? Es porque no tienen nada que decir o porque realmente no pueden decir lo que piensan”. En tanto, un grupo de académicos, intelectuales, periodistas, artistas y miembros del Poder Judicial difundieron una carta en las redes sociales en donde cuestionaron la convocatoria a la marcha. Los intelectuales repudiaron lo que consideraron una “parodia democraticista de un pequeño grupo de fiscales” y denunciaron que se está haciendo un “uso político” de la muerte de Nisman.
La Presidenta no habló de la marcha durante el mensaje que se transmitió por la cadena nacional. Sólo hizo esa mención en un discurso posterior, ante la multitud de militantes que la vivaban en el patio interior de la Casa Rosada. “A ellos les dejamos el silencio”, tituló. “Somos el amor por la patria, el amor por el otro –afirmó la mandataria– Dejemos que los demás tengan odio. El odio termina enfermando. El odio, el agravio, la calumnia se los dejamos a ellos.”
La carta de los intelectuales, en tanto, tiene cientos de firmas. Entre otros, de los escritores Tununa Mercado, Noé Jitrik y Pacho O’Donnell, Eduardo Aliverti, el semiólogo Oscar Steimberg, los sociólogos Juan Pegoraro, Luis Alberto Quevedo, Mario Margulis y Fortunato Mallimaci, y el secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, Ricardo Forster, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, el economista Abraham Gack, Dora Barrancos, Osvaldo Bayer, Rubén Dri, Mauricio Kartun y Villanueva Cosse, el actor Fabio “Mosquito” Sancinetto. Además firmaron la carta un grupo de integrantes de la Defensoría General porteña, la Asociación Argentina de Actores y el coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres Eduardo de la Serna.
Entre los convocantes, están el escritor Mempo Giardinelli y el presidente de Argentores, Roberto “Tito” Cossa, quien manifestó la “preocupación de los firmantes, pero que es generalizada, por la ofensiva de algunos sectores que están buscando voltear al Gobierno, o que llegue al final muy debilitado”. “Somos muchos los argentinos que no estamos de acuerdo, por lo que estamos alerta por esta avanzada golpista que se nota y está clara. Nosotros vamos a resistir, cada uno desde su lugar, para que eso no ocurra.” Cossa destacó que siguen llegando adhesiones.
La carta indica que quienes la firman están “en favor del estricto cumplimiento de la Constitución y por la salud de la Democracia, el saneamiento profundo de la Justicia, el respeto irrestricto de los Derechos Humanos y el imperio de la Paz en la República y en contra de toda forma de violencia. Incluso la aparentemente sutil y subliminal, como la que se incita desde el terrorismo periodístico disimulado, la financiera, la empresaria y/o cualquier otra”.
Los firmantes repudian “todo intento de desestabilización institucional, exigen que se cumplan las leyes, todas, sin chicanas ni cautelares como las que es costumbre político-judicial disponer en beneficio de los poderosos, sean personas o grupos empresariales”.
Sobre la marcha del 18 de febrero, remarcan que se trata de una “parodia democraticista de un pequeño grupo de fiscales, desprestigiados casi todos, apadrinados por los medios hegemónicos en la convocatoria a una marcha a todas luces sectaria y provocadora”. Repudiaron también “el siempre renovado oportunismo de dirigentes políticos capaces de todo tipo de inconductas y servilismos a gobiernos extranjeros, y a irritantes violencias verbales”.
“La República Argentina necesita seguir trabajando en paz, para avanzar aún más en las conquistas sociales y laborales ya logradas, la inclusión social, la defensa del patrimonio público, la independencia económica y la soberanía política que la ciudadanía ha recuperado después de la crisis terminal de 2001 y 2002”, sostiene la carta.
Los firmantes exigen “una investigación seria y honesta sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman; la designación de una Corte Suprema de Justicia completa, como manda la ley; una transformación democrática y profunda de las estructuras de inteligencia”. Y concluyen: “No a la mentira y el uso político de la muerte de Nisman. No al golpe ‘suave’. Más democracia, Más Justicia”.
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