El debate que analiza el proyecto elevado por el Poder Ejecutivo para disolver la exSIDE y crear la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) comenzó con la exposición de Saín, diputado provincial y especialista en Seguridad, quien respaldó la iniciativa al sostener que se trata de “una reforma profunda, posible y tangible”, y consideró que “no sólo se cambia el nombre sino que tiene una anatomía funcional diferente”.
Por otro lado, Saín propuso mejorar la redacción del proyecto y sugirió, por ejemplo, abandonar el concepto de inteligencia interior, entre otras cuestiones técnicas de “prosa legislativa”.
Además, sostuvo que la propuesta del Poder Ejecutivo “supone cambios trascendentes en este sistema” y calificó de “apropiada" a "la transferencia de las escuchas al Ministerio Público Fiscal”, porque ello “está en sintonía con los cambios incluidos en la reforma del Código Procesal Penal, que coloca a los fiscales como los encargados de la investigación”.
Por su parte, Verbitsky exhortó a la oposición a rever "su decisión de desertar" del debate porque "hay que estar en esta discusión" y recomendó "al partido de gobierno, la necesidad de tomarse más tiempo para el debate de este proyecto tan importante".
El CELS consideró que la reforma del aparato de inteligencia "se puede tornar ineficaz si se aumentan las competencias de la Agencia Federal de Inteligencia" y recomendó "no superponer" en el nuevo organismo "las tareas de investigación e inteligencia criminal".
Además sostuvo que "los mecanismos de control de fondos de la AFI y de acceso a la información, demandan un fuerte control parlamentario" e indicó que "el proyecto tiene que definir mecanismos de control" porque "no se puede dejar a cargo del decreto reglamentario".
Ayer, también con la ausencia de la oposición, abrieron el debate el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli.
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