El río es ancho, amarillento y turbio. Mas allá de la arenosa ribera crecen las casuarinas y cuando el viento agita sus hojas de encaje hacen un ruido como de voces humanas.
Los indígenas las llaman "el árbol que habla", y dicen que si se halla uno a medianoche debajo de uno de ellos se oyen voces de gente desconocida contando secretos de la tierra.
W.S.M.
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