Entrevista con Poli, de la murga La Redoblona. Una charla sobre los comienzos, los desafíos y las luchas por un Carnaval para todos y todas. “Es como que la gente ya no tenía ni idea de que existía el Carnaval”.
Por Juan Ciucci
APU: ¿Cómo surge la murga La Redoblona?
Poli: La Redoblona surge en el año `98 en la Radio FM La tribu. En principio solamente como canto, a cantar al estilo del coro uruguayo, fue lo primero que se armó e incluso había algunos uruguayos en su inicio. Al año siguiente se incorpora mi hermano, es decir, los pibes más jóvenes y se incorpora el baile. A partir de ese momento está pensada como una murga rioplatense, porque tiene el baile bien porteño y el canto al estilo uruguayo; que es con arreglo de dos, tres, cuatro voces y todo un hilo conductor de una idea del espectáculo. En lo porteño tenemos los colores típicos de la murga porteña, que cada uno se identifica con un color; y La Redoblona tiene violeta, blanco y amarillo.
APU: Me decías que surgió en el ´98, en todo ese período había discusiones, mucha lucha para que vuelvan los feriados del carnaval ¿Cómo los encontraba esa discusión?
P: Eso es algo que quedó para la historia, porque cuando vuelven a hacerse los corsos en el `99, siempre se hicieron pero en provincia, acá en Capital en el 98 La Redoblona hace un corso, y estábamos anotadas 17 murgas. No me olvido más porque tenemos siempre las leyes cuando se habla de la lucha y del feriado y de recuperarlo, La Redoblona, como que no nos quieren acá en Capital por ser diferentes, nos reconocen eso, la lucha que hace 18 años que estamos en el carnaval. Uno de los corsos era el nuestro que hacíamos en la puerta de la Radio FM La tribu, en ese momento era una lucha constante. Hoy hay 130 murgas anotadas en la Capital, en todo el circuito de la ciudad. Se fueron sumando murgas, pero hay murgas históricas que tienen más de 50, 70 años, pero no salían en esa época donde estuvo recontra prohibido el carnaval.
APU: ¿A partir del feriado oficial, cómo ves la situación?
P: Desde el 2010, cuando lo restituyen, se nota que está empezando a recuperarse esa fiesta, todos los municipios y también el Estado nacional dedican presupuesto durante esos cuatro días para festejar, están armando eventos y convocan a las murgas. En todas las provincias argentinas se festeja el Carnaval y bajan un presupuesto donde pueden poner la artística y pueden pagarle a las murgas para que desfilen y deja solamente de ser el Carnaval de Gualeguaychú o comerciales pero en todos los municipios. Nos han llamado incluso, de lugares como Navarro que nunca me hubiera imaginado que en Navarro se festejara, ahora nos invitaron a Gesell. Es más visible que tengas un feriado de Carnaval, es como que la gente ya no tenía ni idea de que existía el Carnaval, no estaba ni como feriado, en el almanaque se eliminó en la época de la dictadura. Sólo con que esos dos días se empiece a decir que es feriado por el Carnaval, la gente empieza a pensar un poco más en que estuvo prohibido, en qué pasó pero faltan como años para que se puedan volver a recuperar aquellas fiestas de antes. Donde no se perdió es en las provincias, ahí es como que la gente lo tiene más vivo el carnaval. En la Capital es terrible, hay mucha gente que no está de acuerdo, no quiere los cortes de calle, les parece que es una molestia, a pesar de que estén los días feriados, es como más difícil acá en Capital.
APU: Antes mencionabas que no eran tan queridos porque eran distintos ¿Cómo es eso?
P: Es así. Nosotros al mezclar, no somos ni la murga tradicional que ellos le dicen porteña. La Redoblona aparece con una puesta que cambia todos los años de vestuario según la temática de la que vayas a hablar. Un año se hizo un homenaje a la niñez y salíamos todos disfrazados de niños de una calesita, otro año eran los miedos, cómo nos paralizan los miedos y éramos todos unos personajes típicos de los que le tienen miedo, yo era La llorona, por ejemplo, estaba Drácula, el Espantapájaros. La temática era cómo nos infunden el miedo para no poder avanzar y quedarnos con ese miedo y no poder hacer más nada y quedarte dentro de tu casa.
Cuplé se le dice a lo que uno cuenta arriba del escenario, siempre va con una temática y la vestimenta incluida, eso en las murgas porteñas no existe. La murga porteña tiene su traje típico que es una levita, tenés que salir con esa levita y como mucho le ponés apliques. Eso ya era raro, nos decían “ustedes son de teatro”; y otra cosa que nos critican son los cambios de instrumentos y de ritmos que tenemos cuando se supone que una murga tiene que tocar el bombo con platillos y nada más. La Redoblona viene como a romper todos esos esquemas y lo que nos pasa hoy es que, en agosto hubo un congreso y fuimos, ya nos reconocen, nos dicen que está bueno, que a la gente le gusta y que ya con 18 años dentro del Carnaval, somos parte del Carnaval les guste o no les guste. Lo que ha pasado es que muchas agrupaciones dividieron las murgas en Centro Murga que serían esas tradicionales que uno ve, “Los amantes de la Boca”, murgas gigantes que se dividieron con agrupaciones murgueras, donde entramos nosotros, y ahí sí podés meter instrumentos melódicos. Las mismas murgas empezaron a armar nuestro palo, murgas que quieren otra cosa, no esa tradicional donde suena el bombo con platillos.
APU: ¿Cuántos son los integrantes de la redoblona?
P: Por primera vez somos 55, nunca rondamos más de 35 y este año se acercó mucha gente. Por ende, tuvimos que tomar dos micros porque en uno van todas las cosas de utilería. Es el primer año pero siempre fuimos 35, 40 como mucho y es un número manejable entre nosotros, no queremos tampoco ser un murgón de mucha gente porque es imposible. Nosotros hacemos una puesta en escena con todo, los chicos que bailan abajo, es como que no nos importa mucho el número, lo nuestro es la puesta, eso es lo que más llama la atención de La Redoblona. En el año 2005 hicimos un homenaje a Pepino 88, un payaso criollo que vino a la Argentina, era más rioplatense porque venía de Uruguay. Ese año incluimos el circo, a partir de ese año no paramos hasta el día de hoy. Ese año hicimos el homenaje y todos salíamos vestidos de personajes circenses. En la murga tenemos monociclos, contorsionistas, una chica que hace baile con el hula hula, tenemos malabaristas. Todo eso va en la parte de la demostración que se hace al final que es una demostración de baile de cada grupo, La Redoblona invita a que pasen y muestren un acto circense y después termina bailando la murga porteña.
APU: Antes mencionabas que se acercó gente ¿Cómo se acerca la gente, qué busca y cómo seleccionan ustedes los que se acercan?
P: Nosotros ensayamos en el Parque Centenario, del lado del Observatorio los sábados a la tarde, ahí mucha gente se acerca y nos mira, van viniendo a los ensayos, se acerca y pregunta si pueden estar. Después mucha gente que nos ve en el corso nos pregunta dónde ensayamos y luego vienen a los ensayos. Tenemos un compromiso importante, para venir a La Redoblona tenes que haber ensayado todo el año, ensayamos el cambio de espectáculo, no es que te podés poner el traje dos días antes de salir. Tenés que haber ensayado con nosotros sí o sí, en agosto cuando empezamos a ensayar el nuevo espectáculo; no es que se sube cualquiera a la murga, tenés que haber estado más comprometido.
APU: Y con tanto vestuario, con tanta puesta todos los años, ¿cómo logran solventarse, reciben alguna ayuda?
P: El Gobierno de la Ciudad baja un presupuesto para las 132 murgas que estamos anotadas y vos desfilás por corsos que te dan ellos, te dan dos o tres actuaciones. De hecho cobrás algo pero que es ínfimo, que no podés ni pagar los micros, no se llega a pagar los 13 días de micros. Lo que hacemos nosotros es buscar una fiesta o un festival, eventos, cualquier lugar donde podamos demostrar algo con la murga y generar algún dinero. Otra cosa que hacemos, mi mamá es la vestuarista y recicla trajes viejos, lo que era un pantalón lo transforma en un short y así va cambiando las levitas y así va cambiando. Una vez una mariposa que estaba pintada a mano la cambió y la hizo pollera, al reciclar el vestuario no gastamos dinero, las zapatillas las forramos, las galeras las hacemos nosotros.
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