martes, 7 de mayo de 2013
PARA “GANAR A COSTA DE UNA DEVALUACION QUE TENGA QUE PAGAR EL PUEBLO VAN A TENER FUE ESPERAR OTRO GOBIERNO”, ADVIRTIO CRISTINA
La presidenta Cristina Kirchner cuestionó el pregón de los devaluacionistas, advirtió sobre su especulación electoral, criticó a quienes lo plantean y recordó, fundamentalmente, la mala experiencia argentina en la materia y a quiénes benefició.
Por Raúl Dellatorre
Quienes esperaban que la presidenta de la Nación le diera “respuesta” a la brutal presión devaluacionista de los sectores dominantes y grupos especulativos, ayer deberían haberse dado por conformes. “Mientras yo sea presidenta, los que pretenden ganar plata a costa de una devaluación que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar a otro gobierno”, les aconsejó Cristina Fernández de Kirchner desde el estrado, en medio de un discurso en el que, además, anunció que los productores de trigo podrán recuperar el valor de los derechos de exportación (retenciones) que cobra el fisco a las cerealeras. En un tono reflexivo, didáctico como en sus mejores piezas oratorias, lejos de la exaltación que le atribuyen quienes la combaten, Cristina defendió la política del Gobierno, explicitó objetivos, y rechazó las críticas y a quienes la formulan. “Se vuelve a hablar de devaluación para asustar a la gente, para lograr títulos escandalosos”, y en boca de ex ministros “que les recortaron haberes a los jubilados en el gobierno de la Alianza y pretendieron extender el ajuste a las universidades, pero después duraron cuatro días y terminaron echados por la Franja Morada”. O por quien “fue uno de los responsables de la política de la década de los ’90 y después volvió, para endeudar al país en 40 mil millones de dólares que nadie sabe dónde fueron a parar y provocar la crisis de 2001”. Seguramente, los ex ministros José Luis Machinea, Ricardo López Murphy y Domingo Cavallo estarían siguiendo el discurso por TV de Cristina, que les prodigó sendas dedicatorias, aunque sin necesidad de mencionarlos.
“Están volviendo con esto porque están en período electoral; cada vez que hay elecciones aparecen con la economía o los escándalos, ya es típico”, postuló la presidenta. Pero a todos ellos les aclaró que, “al menos, mientras yo sea Presidenta, los que pretenden ganar plata a costa de devaluaciones que tenga que pagar el pueblo van a tener que esperar otro gobierno, no con nosotros”.
La concurrencia que seguía el discurso dentro del Salón de las Mujeres estalló en aplausos y ovaciones. En primera fila, los titulares de las mayores cerealeras que operan en el país (Cargill, Nidera, Los Grobo, ACA) acompañaban con respetuosos aplausos, pero sin euforia. Cristina retomó de inmediato para explayarse en uno de los pasajes más sabrosos de su exposición.
“Y no se trata solamente de una cuestión de sensibilidad social, ni nada, simplemente de inteligencia y de lectura correcta de lo que ha pasado en la Argentina en los últimos cincuenta años con los procesos devaluatorios recomendados e impulsados”, propuso desa-fiando al repaso. “Como dependíamos del Fondo Monetario Internacional por los créditos que teníamos, aparecía (la devaluación) como una recomendación del Fondo. Pero al Fondo iban los correveidiles de la Argentina a decirle lo que teníamos que hacer (...). En realidad nos decían lo que quería un grupo así chiquitito de argentinos, que durante cincuenta años lucró, y mucho realmente, con el hambre, la miseria y la desindustrialización del país. Cuando hay desindustrialización, hay desocupación; y cuando hay muchos de-socupados, los salarios bajan, hay gente que come menos y cuando se come menos, se puede exportar más. De todo: trigo, carne, harina, maíz, lo que fuere.”
La Presidenta llevó más allá el análisis. “Está visto que esto tampoco funcionó, porque daba lugar a crisis recurrentes, donde cambiaban los gobiernos, pero no las políticas. Lo más gracioso de todo es que culpaban de lo que pasaba a los políticos, que seguían haciendo lo que querían los sectores económicos. Por eso los cambiaban, la política seguía pagando los costos. Este es el cuentito de la Argentina.”
Cristina repasó cifras ya publicadas por Página/12, que muestran la evolución del valor del dólar en la Argentina y en países limítrofes, en comparación a la evolución de los precios internos. Contra los argumentos de que la Argentina perdió competitividad por retraso cambiario, por un dólar que aumentó menos que los precios, la Presidenta mostró que, siguiendo el mismo criterio, Brasil debería llevar el dólar a 6,40 reales, contra 2,01 que cotiza actualmente, o Uruguay a 58,80 pesos, frente a los 18,90 actuales. Países que, paradójica y contradictoriamente, son presentados como el modelo que la Argentina debería imitar en materia económica.
Contra ese tipo de recetas, Cristina Fernández insistió en defender “un modelo que privilegia la producción y la industrialización, porque genera trabajo”. Admitió que la producción agropecuaria alcanzó altos estándares tecnológicos, que la dotó de gran eficiencia, “pero uno puede ser el más competitivo del mundo en un sector que me genera mucha rentabilidad, pero poco empleo”. Y, en el camino de profundizar la reindustrialización y la generación de empleo, advirtió que “nadie espere de este gobierno medidas que sean contradictorias con el corazón mismo del modelo. El corazón del modelo rechaza todo lo que signifique transferencias compulsivas de ingresos de los sectores mayoritarios, sus clases medias y medias bajas, los pequeños y medianos productores, pequeños comerciantes. ¿Adónde quedaría ese proceso de industrialización con un dólar que se dispara cuando, en realidad, todavía dependemos en gran medida de la importación de insumos básicos para seguir industrializando el país?”.
Subió el dólar
El dólar oficial, ayer, se apreció un centavo, para ubicarse a 5,21 pesos al público para agencias y casas de cambio oficiales del microcentro porteño. Por su parte, el precio del blue en el segmento informal cedió un centavo y cerró a 9,88 pesos. En el mayorista, el Banco Central se alzó con una compra de 60 millones de dólares, lo que casi duplica el ritmo de absorción de la semana pasada. El stock de reservas creció en 20 millones de dólares, a 39.486 millones, luego de descontarse el pago a organismos multilaterales. En lo que va del año, la divisa estadounidense acumula un alza de 5,9 por ciento en el circuito formal. El ex ministro de Economía Roberto Lavagna reconoció que con una devaluación abrupta no se ganaría nada. “Las devaluaciones que se hacen fuera de contexto son muy negativas, tenemos los ejemplos de 2001 y principios de 2002; sería una manifestación del fracaso, no ganaríamos nada, como tampoco ganamos nada con la inacción del Gobierno”, expresó Lavagna. En la Bolsa las acciones continuaron la racha positiva y los papeles líderes ganaron el 1,6 por ciento, con un volumen de negocios que superó los 77,5 millones de pesos.
DEVOLVERAN A LOS PRODUCTORES LO QUE SE RECAUDE POR RETENCIONES
Apuesta a que crezca el trigo
La medida implicaría una renuncia a ingresos fiscales por alrededor de 500 millones de dólares, que se volcarán por completo y en forma directa a favor de los productores. Apunta a expandir el área sembrada y la producción.
Por Sebastián Premici
“Todos los derechos de exportación que se cobren sobre la producción triguera van a ir a un fondo fiduciario que va a administrar Nación Fideicomiso, junto con un consejo que integrarán representantes de todos los sectores productivos involucrados (...). Estos recursos se van a distribuir entre todos los productores de trigo.” Con estas palabras, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la puesta en marcha de los Certificados de Estímulo a la Producción Agropecuaria, a partir del cual todos los productores trigueros recibirán parte de las retenciones pagadas. Será una devolución de aproximadamente 30 dólares por tonelada, equivalente a 15 por ciento del precio. El objetivo es incrementar el área sembrada de trigo que ha disminuido en los últimos años. “Esperemos que se salde definitivamente la discusión entre sectores privados y el Estado”, destacó la Presidenta.
A diferencia de otros anuncios, donde se proponía directamente una baja de retenciones o un esquema de compensaciones, este nuevo sistema les reconocerá a los productores una devolución de los derechos de exportación previa declaración de la cantidad de granos producidos y vendidos. “Es un gran esfuerzo para el Estado, porque si fijamos una producción de 16,5 millones de toneladas de trigo, serían casi 500 millones de dólares que va a dejar de percibir el Estado y les va a ser reintegrado a los productores”, agregó Fernández de Kirchner.
Del encuentro participaron las grandes multinacionales del sector, como Nidera y Cargill, la nacional Aceitera General Deheza (propiedad del ex senador Roberto Urquía), las cámaras empresarias que nuclean a las multinacionales, las cooperativas de AFA, ACA, Cafer, la industria molinera y la Cámara de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), que lidera Ider Peretti. También estuvo presente la agrupación Grito de Alcorta, una línea opuesta a la conducción de Eduardo Buzzi en la Federación Agraria. “Es un anuncio que va en la dirección correcta, aumentará el área sembrada, tal cual se planteó. Pero no hay segmentación (de retenciones), por eso la producción seguirá concentrada. Pero es un anuncio correcto”, sostuvo a Página/12 Pedro Peretti, dirigente de la Federación Agraria que integra Grito de Alcorta.
Esta medida fue elaborada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y las cooperativas exportadoras, ahora nucleadas en Capeco. “Es un buen anuncio, incluso es una idea superadora a la que no-sotros presentamos en su momento. Ahora todas las retenciones por las exportaciones de trigo, ya sean granos o harinas, volverán a los productores. Además, el Ministerio de Agricultura está estudiando una serie de créditos a tasa subsidiada que incentivarán mucho más la siembra”, explicó a este diario Néstor Pereda, presidente de AFA.
En el período 2002-2003 hubo 6,3 millones de hectáreas sembradas, de las que se obtuvo una producción de 12 millones de toneladas. Para el período 2010-2011, las hectáreas sembradas fueron 4,6 millones, con una producción de 15,9 millones de toneladas. Con esta medida, el Gobierno pretende recuperar área sembrada e incrementar la producción de este cultivo. “A través de este certificado queremos lograr un aumento considerable en la producción de trigo, y que esto no impacte en los precios internos”, sostuvo la Presidenta durante su discurso.
La ausencia de los dirigentes de la Mesa de Enlace contrastó con la presencia de pequeños y medianos productores del sur de Santa Fe (Teodolina). “Muchos quieren vivir de la renta. Hoy el que quiere trabajar en el campo puede hacerlo, y es rentable. Lo que pasa es que acá también se necesita un cambio cultural. En vez de quejarnos tanto, tenemos que hacer”, lanzó a este diario Oscar Battani, un productor que pasó de brindar servicios a comprarse sus propios campos, hasta llegar a las 160 hectáreas. “Hay una mentalidad que viene de años. Los grandes no quieren industrializarse, quieren territorio. Por eso necesitan de la Mesa de Enlace, necesitan quilombo, para que alguien represente sus intereses”, agregó Raúl Bernardoni, un chacarero dueño de 70 hectáreas y contratista en otras 300.
spremici@pagina12.com.ar
IMPACTO EN LA SUSTENTABILIDAD
Pensar en el suelo
El objetivo del incentivo fiscal al trigo es darle un nuevo impulso a la cosecha. Se trata de un grano relevante para la demanda del mercado interno, con el que se elaboran alimentos de consumo masivo. Durante los últimos años, la producción retrocedió hasta ubicarse en niveles bajos en términos históricos. Distintos especialistas precisan que la medida viene a resolver cuestiones no sólo económicas, sino de ineficiencia del mercado para garantizar la sustentabilidad de la producción.
Durante 2013 la cosecha de trigo alcanzó 9.000.000 de toneladas, con una superficie sembrada de 3.160.000 hectáreas. Estos números evidencian una de las peores campañas de los últimos años. Eso lo explican dos situaciones. La primera es un elemento de coyuntura. Hubo “excesos hídricos” y anegamientos por lluvias que causaron perdidas de rendimiento. La segunda, en cambio, empezaba a dar señales de estar convirtiéndose en un factor estructural. A partir del 2008, los productores del campo, guiados por criterios de rentabilidad, comenzaron a eliminar este cultivo invernal de la rotación y en algunos casos hasta lo reemplazaron por cebada, colza, garbanzo y arvejas.
El punto central es que esos cambios no ofrecen el mismo beneficio para los suelos, poniendo en riesgo el potencial de la tierra para los próximos años. “Desde el punto de vista técnico, sin el trigo se pierde el volumen de rastrojos en la rotación y el aporte de carbono que sostiene la fertilidad de las áreas sembradas”, afirman ingenieros agrónomos. Por lo tanto, recuperar la siembra de trigo, un cultivo tradicional para el campo argentino, es vital para sostener el sistema agrícola.
Distintos analistas son optimistas y plantean que si existe la decisión política, como lo demuestra la medida de otorgar incentivos fiscales a los productores, el trigo volverá a registrar cantidades por arriba de los 18.000.000 de toneladas. Eso es lo justo para asegurar la sustentabilidad de los suelos, afirman. “Una de las claves es que la flexibilidad del agro, a diferencia de la ganadería que requiere más tiempo, permite que en una sola campaña se revierta una tendencia negativa como la del trigo”, explicó a Página/12 Daniel Miralles, especialista en cerealicultura de la UBA. Agregó que además ahora se suma que las condiciones de humedad (estimadas) vuelven a ser favorables.
07/05/13 Página|12
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